La mayoría de las personas dejamos de preocuparnos por la basura una vez que la desechamos, pero nunca nos imaginamos que esos desechos puedan alterar el destino de alguien más. Sobre esto habla Vanessa, una obra basada en hechos reales, datos y testimoniales. Vanessa es una joven que nació en el tiradero Neza III del Bordo de Xochiaca, a las afueras de la CDMX.
En este unipersonal, vemos en el escenario escasos elementos acompañados de audiovisuales y acciones que se asemejan al performance. Esto, se amalgama con la sólida veracidad de Mayrén —dramaturga y protagonista—, quien interpreta a diferentes personajes; cada uno con el tono necesario del microcosmo desolador que nos presenta el texto. El director Germán Castillo aporta su larga experiencia para convertir esta obra, a simple vista difícil de digerir, en una profunda reflexión que transgrede al espectador.
Tania Y. Mayrén cierra con Vanessa su trilogía Autorretrato, conformada por unipersonales de formato minimalista y multimedia que iniciaron en el 2014 con Anna, el segundo montaje, Hedda, se estrenó en 2017 y formó parte de la Muestra de Teatro de la CDMX 2018.
En las dos primeras partes de la trilogía, Mayrén saca a personajes literarios clásicos femeninos para traerlos a la realidad de la mujer contemporánea. En el caso de Vanessa, la autora toma a un personaje real para llevarla a la ficción. Entonces, nos enfrentamos a un discurso que plantan a la mujer como un ente fuerte y presente, con quien te puedes identificar fácilmente. Sin duda, una voz femenina que es necesario voltear a ver.