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[title]En las inmediaciones de la playa más tranquila —y nadable— de San José del Cabo se encuentra El Ganzo, un hotel boutique de cinco estrellas que además de su rooftop con infinity pool, me conquistó por su historia y su programa cultural. Si te apasiona la música tanto como a mí, sigue leyendo.
La utopía artística a unos pasos del mar cuenta con un estudio de grabación en el sótano, The Underground. El espacio es un nido para “todo tipo de artistas irreverentes”. LP, Erlend Øye, Caloncho, L’impératrice, Siddhartha, Khruangbin, Porter, Ximena Sariñana, Natalia Lafourcade, Anderson .Paak, Rüfüs Du Sol y Josh Lloyd-Watson de Jungle son solo algunas de las figuras que han pasado por aquí.
En mi visita a El Ganzo tuve el enorme placer de escuchar a Jojo Abot. Ella y decenas de artistas más han dado conciertos en las instalaciones del hotel. De hecho, platicando con el director musical descubrí que Slash de Guns N’ Roses fue el que inauguró esta dinámica.
El motor de este lugar es la experimentación creativa y la residencia artística, un programa en el que diversas figuras —no solo musicales— permanecen en el hotel por unos días y a cambio, ofrecen presentaciones o intervienen los espacios. En mi estancia me encantó encontrarme con piezas de Saner y Helena Garza.
La escapada perfecta a San José del Cabo…
Antes de tomar el vuelo con destino al paraíso yo conocía muy poco sobre el lugar. Aunque me hospedé pocos días, el tiempo fue suficiente para disfrutar de otras dos joyas en la región; Crania y el beach club Veleros.
El post-funcionalismo es la base de la experiencia en Crania. Una disco al aire libre con restaurante y espacio de campamento que, antes que cualquier cosa, ondea la bandera de la sustentabilidad. El spot se encuentra justo enfrente de El Ganzo, en lo que antes era un lote abandonado y ahora es el punto de encuentro nocturno favorito de San José. Reconocidos djs pasan cada fin de semana por aquí.
Sobre el restaurante de Crania, el menú y los alimentos frescos de Baja se llevan las palmas. Cortesía del chef Javier Ornelas y los chefs invitados al gastro pop up, disfrute de una de las mejores cenas de mi vida. Sin exagerar.
Esa noche me quedé en una tent del reclaim camp y la experiencia me sorprendió, para bien, por su balance entre lujo y naturalidad. Aquí las prácticas holísticas son el estandarte y la yoga matutina es un imperdible después de la desvelada.
Veleros, por su parte, no está alejado de la premisa de los otros dos espacios y ofrece una experiencia distintiva. La carta tiene los clásicos de beach club, sándwiches y botanas, pero coquetea —con mucho éxito— con una barra fresca de mariscos y platos de especialidad como el pulpo adobado con piña y el Po’ Boy. Este último, mi favorito.
La apuesta en Veleros también es la colaboración. Tuve la fortuna de disfrutar de un par de tragos cortesía de El Gallo Altanero —uno de los bares más populares de Guadalajara—, que se encontraba en takeover poniéndole sazón a la mixología durante esos días. Spoiler: sigo soñando con los Negronis.
¿Quieres vivir la experiencia?
Checa las cuentas de IG @hotelelganzo, @velerosbeachclub y @craniareclaim para enterarte de las próximas actividades.
Te adelantamos que en Año Nuevo se pondrá espectacular. Los choyeros —surcalifornianos— lo confirman.