Sueño de un regalo de verano. Destino: Londres

British Council México lanzó la dinámica para llevar a una mexicana a un viaje de ensueño y…. Andrea Xail ganó.

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Algo tiene de maravilloso pensar en que te regalen un viaje. Algo tiene de fantasioso que el obsequio incluya hospedaje y traslado. Pero es casi sublime pensar que el paquete incluya las palabras: Londres, vuelo redondo, hotel cercano al Palacio de Buckingham y 100 libras al día.

Eso le pasó a Andrea Xail Martínez, cuando una mañana los representantes British Council México le dijeron: ¡Ganaste!

Una foto era el requisito para participar en el concurso que le daría a una persona la oportunidad de vivir así la ciudad del Big Ben. El British Council México lanzó la dinámica para llevar a una mexicana a un viaje de ensueño y.... Andrea ganó.

Esta bitácora recoge los lugares visitados en este viaje primerizo. 

"La vida es lo que hacemos de ella. Los viajes son los viajeros. Lo que vemos no es lo que vemos, sino lo que somos". Fernando Pessoa

¡Llegamos a Heathrow! Imagina la dimensión de uno de los aeropuertos con mayor afluencia de pasajeros en el mundo. Inevitablemente, sentirás la necesidad de tener una tarjeta de crédito ilimitado para elegir uno de los 180 destinos que de aquí salen. El viaje ya comenzó.

Al llegar al aeropuerto, tendrás muchas decisiones que tomar en poco tiempo y, el acento británico, podría no ser lo más amigable para entender las instrucciones a detalle. Afortunadamente, veníamos preparadas, pues previamente tomamos el curso de Speaking, en British Council. En él, el objetivo era educar el oído para entender este acento. Cuando te pregunten si quieres una Oyster (tarjeta de autobús y Metro) para 7 días o para 7 semanas, tu cartera agradecerá haber puesto atención en clase. 

La ciudad de la eterna neblina cedió paso al sol de agosto y nos recibió con una escena de película: picnics y camastros para asolearse en el Green Park, uno de los dos parques reales del centro de Londres. Cuando pienses que el oasis verde de este lugar es impactante, tan sólo bastará caminar 10 minutos para llegar al Hyde Park, un "señor" parque enmarcado con el río Serpentine, al que debes ir sólo para imaginar que, en 1969, tocaron aquí los Rolling Stones. Con esta dupla de zonas verdes será suficiente para entender la importancia de los parques en la ciudad.

Al estar aquí es imposible no mirar el Buckingham Palace. Estar frente a un palacio con 309 años de antigüedad causa una sensación poderosa. El cambio de guardia es a las 11am, por si quieres la foto de cajón con los custodios de los gorros de piel de oso negro.

Esta es una de la zonas donde las tiendas de diseñador pululan. Avanza hacia Piccadilly Street y toma el té en el Ritz, uno de los hoteles más lujosos de la ciudad a cargo de los gemelos David y Frederick Barclay, dos de los hombres más pudientes de Inglaterra. Un hotel de primera clase con invitados de la misma altura. Aquí falleció la primera ministra británica, Margaret Thatcher, en 2013. Advertimos que el dress code es indispensable en este lugar, nada de llegar en jeans.

En Picadilly, las tiendas estarán gozosas de recibir tus libras. Encuentra, por ejemplo, una elegante tea shop en Fortnum and Mason, una de las tiendas que proveen a la realeza para la hora del té. Aunque es cara (una caja sencilla de té cuesta alrededor de 15 libras), tiene elegancia que data desde 1707, cuando abrió. Puedes conseguir una reservación para tomar el té con su respectivo ritual inglés. También visita Waterstone's para encontrar un ejemplar de colección en una de las librerías más grandes de Europa.

Aquí, las tiendas Gucci, Ralph Lauren, Christian Dior, Louis Vuitton, Channel, Hermès, Prada y Dolce&Gabbana se enfilan una tras otra sobre Old Bond Street.

El mundo de la moda se apaga lentamente para acercarte a los musicales. Dirígete caminando hacia Victoria Station para ir al Victoria Palace Theatre donde Billy Elliot da función cada noche. Los musicales son parte de la vida cultural de Londres, por lo que asistir a uno debe ser parte del itinerario. Te recomendamos comprar los boletos con anticipación por internet. Los precios van de 20 a 70 libras.

Después del teatro, es una buena opción ir a cenar a The Wolseley. Reserva en su página antes de llegar. Su menú tiene platillos franceses, pero el consentido es el confite de canard. Es una fina selección de carne de pato servida con lentejas. No te vayas sin probar el helado de Pimms (un licor de frutas producido en Londres), al que le añaden un toque de champagne al momento de llegar a tu mesa.

En este punto fue indispensable la clase de niveles de formalidad, del curso de Speaking. El mesero italiano que nos atendió, nos comentó que pedir un platillo en un restaurante de cinco estrellas necesita un obligatorio: "I would like..." para sonar lo más educado posible y no ser mal visto a la hora de ordenar. 

En esta zona, el río Támesis viste el paseo. Comienza la excursión en la Tower of London, fortaleza que funcionó como prisión, pero que ahora abre sus puertas para ver las joyas de la Corona. Pregunta por la Puerta de los Traidores y por la Torre Verde, donde la realeza hacía las ejecuciones.

El cauce del Támesis te llevará al Tower Bridge, postal icónica de la ciudad de este puente elevadizo. Sigue el camino para llegar al lugar que garantizará tu visita a Londres: la Tate Modern Gallery. Una galería en su máxima expresión, con 88 salas que no tienen manera de pasar desapercibidas, pues guardan pinturas de Matisse, Dalí, Picasso y Warhol. En particular, visita la sala de Rothko con las piezas "Composición (hombre y mujer)", una invasión de color en sus característicos tonos rojos y negros, dentro de una sala de luz tenue cuyas paredes van del piso al techo con pinturas monumentales. Te recomendamos que revises la exposición temporal en su página y compres boletos previamente. Aunque son las únicas muestras que tienen precio, la calidad de esta galería es incuestionable. En agosto 2014 exhiben Henri Matisse: The Cut-Outs.

Después del paseo por la galería tendrás una sensación de que has visto lo más bello; sin embargo, Londres apenas comienza. Afuera de la galería aparece el Millennium Bridge, un puente colgante que atraviesa el río Támesis gloriosamente. Aquí se filmó una de las escenas de Harry Potter (en la que lo destruyeron, con efectos especiales, claro). Funciona como un bellísimo mirador para fotografiar el río. Al ser inaugurado tuvo que cerrar porque el peso de los transeúntes lo hizo tambalear, pero luego de mejoras arquitectónicas, está completamente funcional y seguro.

Al salir de la galería, el propio río te dictará el camino hacia Southbank Centre, un centro de arte con varios recintos que organizan eventos temporales. En esta ocasión nos tocó el festival del amor, un concepto para propiciar desde el cariño familiar hasta el amor erótico. Incluía juegos con ruedas de la fortuna, spots de colores fluorescentes con un aire carnavalesco y mercados gastronómicos. En esa zona encontrarás un skate park, una zona food trucks de postres como frozen yogurth, terrazas con jardines creados para hacer picnics, mesas de ping pong públicas, un mercado pop up de comida internacional donde te recomendamos parar para comer (el salmón fresco en panes de nuez, la comida paquistaní y los postres de té verde saben mejor que en cualquier otro lugar).


Aquí también está la Hayward Gallery. Esta es una galería que presenta exposiciones itinerantes de artistas contemporáneos. En agosto exhiben "The Human Factor", una selección de 25 artistas internacionales que trabajan bajo nuevas formas de conceptualizar la forma humana y los conceptos que atraviesan, como la sexualidad, la violencia y el voyerismo. Las piezas más impresionantes son las hiperrealistas, por ejemplo las del artista performático y escultor Paul McCarthy. En una sala, tres esculturas de mujeres desnudas sorprenden por la finura de los detalles: la forma recortada de las uñas, las venas de los párpados. O bien, las piezas del icónico Jeff Koons con su carga de kitsch. Aunque éstas no cubren explanadas, como hiciera en el Museo Guggenheim de Bilbao, sí son las piezas representativas de la exposición.El mismo camino te lleva al Royal National Theatre, uno de los recintos de artes escénicas más famosos del mundo. Vale el esfuerzo comprar boletos previamente, pues sus obras son las más acechadas de la capital. No te gustará escuchar un "llega mañana a las 5am para encontrar ticket".

Cuando llegamos a este lugar, no fue tan sencillo entender los detalles sobre la ubicación de los asientos en el teatro. Fue importante conocer cómo pedir los boletos. Sin duda, es importante escuchar diferentes tipos de acentos de los profesores del British, ya que tu oído se acostumbre a diferentes pronunciaciones y, por tanto, se hace más sencilla la comprensión.

Asómate al Queen Elizabeth Hall sólo para ver el Street art que compone su fachada. Dos figuras amorfas sostienen a otra con un trazo que simula al carboncillo sobre papel.

Cada vez estamos más cerca del icono turístico de Londres por excelencia, el London Eye, uno de los proyectos ingleses para celebrar la llegada del año 2000. La gran rueda de la fortuna tiene 32 cabinas para 25 personas que parecen una postal de la cosmopolita ciudad. Todos ascendiendo en una cabina parar mirar hasta 40 kilómetros a la redonda. Lo mejor es revisar el estado del tiempo por la mañana, para elegir un día de atardecer sin lluvia. De esta forma podrás apreciar desde ahí el Parlamento, con el Big Ben y la Terraza de los Comunes y la Cúpula de la Catedral de San Pablo. 

El barrio de Camden Town tiene un aire alternativo que se percibe desde la estación del metro homónima. Aquí encontrarás un bazar alternativo con ropa de todos tipos, desde puestos góticos hasta los de gangas: vestidos, suéteres y playeras con precios muy accesibles (15 libras por dos vestidos o playeras por 5 libras). También tiene mercados de comida con creaciones divertidas, como asientos de motocicletas adaptadas como mesas, un cine al aire libre (Backyard Cinema) y tiendas de souvenir, que venden desde lámparas árabes hasta esponjas para lavar platos con el cabello abultado de la reina.

Esta zona es para caminar y descubrir el ambiente bohemio que generan los cantantes debajo del puente que cruza con el Regent's Canal. Hay lanchas que te dan paseos en el río con trovadores a bordo, mercados de comida itinerante, terrazas con cervezas europeas a la orilla del río (como el Lockside Bar & Kitchen) y mercados excéntricos. También encontrarás un par de tiendas extranjeras, como Urban Outfiters o Vans.

Si regresas por la noche, conocerás la vida de los pub rockeros, como el Dublin Castle, donde se han presentado bandas como Blur y Travis.

Si lo alternativo no es suficiente, tienes que ir a Shoreditch. En la calle de Chance Street verás una de las muestras del trabajo de Roa, uno de los más prolíficos artistas urbanos. Un gran erizo cubre la pared de piso a techo. El tiempo lo ha intervenido con tags de otros artistas, pero el detalle de las púas del animal sigue siendo impactante.

Otro modelo moderno de negocio es el Box Park, es un pop up mal que conjunta negocios de diseñadores independientes y una terraza con mesas para compartir la comida de pequeños distribuidores. Esta caja negra reúne las propuestas de moda del barrio con marcas de moda como Just Hype y Marimekko.

A tan sólo unos pasos está Brick Lane. Ir ahí implica situarte en la escena vintage y alternativa de Londres y, por supuesto, una visita obligada a Brick Lane Bagel Bake, una institución en el horneo de estos entremeses. Por fortuna abren las 24 horas los siete días del año.

Sobre la misma calle de los bagels encontrarás una tienda de chocolate llamada Dark Sugar, las canastas con bloques de chocolate amargo con cardamomo y naranja o caramelo líquido son indiscutiblemente buenísimos. No es necesario buscar demasiado para encontrar, en esa misma acera, las tiendas de segunda mano o las de antigüedades, con títeres vintage de todo el mundo o ropa de diseñador a mitad de precio. Déjate llevar por los maniquíes con cabezas artificiales de cabello para encontrar los tesoros vintage.

Avanza en autobús 25 minutos para cambiar de barrio para ir al British Museum para ver en un mismo espacio más de dos millones de años de civilización. Aunque tendrás que recórrelo rápido, lo que sigue es igual de bello, la National Gallery, será mejor que identifiques lo que quieres ver, ya que el recorrido es extenso. Te recomendamos comprar la guía (1 libra) en la entrada para ubicar dónde están los Cézanne, Monet, Rubens, Rembrandt, Botticelli, Da Vinci y Van Gogh. Todos en el mismo espacio.

En cuanto caiga la tarde, ve a Soho, el epicentro de la vida nocturna. En particular visita el restaurante Roka, un restaurante de comida japonesa contemporánea especialista en los platillos tradicionales, como el sashimi y el sushi, pero que cuenta con platillos a la parrilla al carbón. Pide el bacalao negro con salsa misu a las brasas, los dumplings, la fuente de sashimi con huevos de codorniz incluidos o las chuletas de cordero. De postre, un pastel de chocolate con té verde líquido en el interior. Lo mejores es que al caer la noche puedes bajar a su Shochu Lounge,  su bar en el sótano, especialista como su nombre lo indica en el sochu, el destilado japonés del camote o del arroz.

En este lugar conocimos gente de Rusia, Turquía y México. Sin duda, no habríamos podido entablar conversación con ellos si no hubiéramos entrenado el oído para escucharlos. No todos tienen la gramática perfecta, pero en el curso de Speaking nos enseñaron a inferir respuestas a partir del contexto, por lo que la conversación resultó amena y... hasta hicimos nuevos amigos.

El día arrancó en el British Council London. Ya nos esperaba Michael Murphy  para explicarnos acerca de la labor de la institución a nivel internacional y la labor cultural que hacen en cada país en el que están establecidos. La dimensión del British Council a nivel internacional rebasa ampliamente el objetivo de la escuela de inglés. Su historia que data desde 1934 y su presencia en más de 100 países han hecho que la institución sea un referente sólido en Londres y en las ciudades alrededor del mundo. Luego de hacer un repaso por los lugares que habíamos hecho en el viaje, continuamos nuestro camino.

El mejor lugar para ir a comer cualquier cantidad de comida internacional gourmet es el  Borough Market, puedes encontrar desde almejas en su ostra hasta las exóticas hamburguesas de canguro y cebra. También las hogazas de pan y  están horneadas con proceso artesanales y mermeladas caseras. Justo a las afueras del mercado está el café Monmouth. Aunque esta no es la sucursal original (de 1978), es tan famosa por sus cafés de filtro que hay fila para comprar conseguir una bebida. Los dueños de esta marca viajan por el mundo buscando fincas de café de su agrado, por lo que puedes encontrar desde granos de Guatemala hasta Indonesia y África.

Luego de ahí, es ideal visitar Covent Garden para conocer su mercado y para comer en la Piazza. A 20 minutos de ahí, se encuentra el History Natural Museum, si el tiempo apremia y no puedes ver sus 70 millones de muestras, al menos visita el Darwin Centre, el lugar donde se almacena la colección de Charles Darwin, como el armadillo que sirvió para entender el proceso de selección natural.

Sal a prisa de ahí para que te de tiempo de visitar Victoria & Albert Museum, el museo decorativo por excelencia que resguarda casi 150 salas. Llama la atención la colección de vestidos de 1600 a la fecha, la columna intacta de Troya y las tumbas de la India. También aloja exposiciones gratuitas interesantes, por ejemplo "Disobedient Objects", una muestra que recorre el rol de objetos creativos que han servido a las personas para defenderse de ataques.

Muy cerca de este museo, está Saatchi Gallery, aunque toda la galería es un paseo de arte contemporáneo imperdible, no debes dejar de ver la pieza "20:50" del escultor británico Richard Wilson. Es un estanque genuino de aceite de coche que juega con la luz del techo para provocar un efecto visual interesante sobre la superficie del aceite.

Finalmente cierra la tarde en Nothing Hill, un barrio con casas adoquinadas, mercados de antigüedades y casas victorianas que dan asilo los fines de semana al mercado de Portobello, donde puedes encontrar verdaderas joyas vintage, desde abrigos de corte inglés en Stumper & Fielding, hasta placas conmemorativas de las calles más emblemáticas de Londres. También está la casa del escritor George Orwell que la reconocerás por una pequeña placa.

Despídete de Londres poniendo a prueba la comida mexicana. Viaja a Hampstead Rd al restaurante Mestizo, donde los tacos de nopales, las quesadillas y el tequila, ponen en alto la gastronomía mexicana en esta ciudad europea.

Viajar es interesante y entretenido, sin embargo, también tiene una carga de estrés y tensión cuando el idioma original no es el tuyo. No cabe duda que el curso de Speaking que tomamos previamente en British Council nos ayudó a tomar confianza para darnos a entender y a entrenar el oído para múltiples acentos en una ciudad tan cosmopolita como Londres. Aunque íbamos un poco nerviosas por no lograr entendernos, hicimos buen papel y pudimos comunicarnos de manera fluida... tanto que hasta hicimos reír a un par de estudiantes rusas, turcos y británicos que conocimos en nuestro recorrido. 

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