Tres casas extraordinarias

  • Arte, Arte contemporáneo
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
  1. Foto: Cortesía Museo Universitario del Chopo
    Foto: Cortesía Museo Universitario del Chopo
  2. Foto: Cortesía Museo Universitario del Chopo
    Foto: Cortesía Museo Universitario del Chopo
  3. Foto: Cortesía Museo Universitario del Chopo
    Foto: Cortesía Museo Universitario del Chopo
  4. Foto: Cortesía Museo Universitario del Chopo
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  5. Foto: Cortesía Museo Universitario del Chopo
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  6. Foto: Cortesía Museo Universitario del Chopo
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Time Out dice

4 de 5 estrellas

La noción de espacio privado fue fundamental para la creación de la civilización y de nuestras ciudades como las conocemos ahora. En algún momento de la historia, el hombre dejó de recorrer el mundo de manera nómada y se estableció en una zona de la cual se apropió y denominó hogar.

De esta manera, el espacio y el ambiente físico, que antes eran sólo territorios transitorios se convirtieron en algo que adquirió un sentido asociado al resguardo. ¿Qué sucedería si esos lugares que conocemos como casa perdieran esa funcionalidad? ¿Qué pasa cuando ya no son un recinto de refugio como el seno materno? Ésa es la reflexión que plantea el artista japonés Kyoto Ota en la exposición Tres casas extraordinarias.

La muestra individual presente en el Museo Universitario del Chopo utiliza el concepto de lo extraordinario no ligado a lo magnífico o a lo bello, sino a objetos que trascienden lo previsto. Las casas no aportan estabilidad porque están trastocadas con elementos que las convierten en espacios incompletos: una escalera que no llega a ninguna parte o un interior inundado de agua transforman lo magnífico en algo realmente terrorífico que violenta lo que asociamos históricamente con seguridad o confort.

Casa vacía (2014), Casa de lluvia (2016) y Casa de Alicia (2017) son parte del trabajo que tiene el artista con la noción de “contrauretuz” en la que la memoria lejana y vital de lo materno son modificadas en un espacio inhabitable mediante materiales tanto de la naturaleza como de la mano del hombre como agua, aire, luz, piedra, hierro, plomo, madera e incluso el mismo vacío.

Kyoto Ota nació en Sasebo, Nagasaki. Emigró de Japón en 1972, casi tres décadas después de la explosión de la bomba atómica en su ciudad natal. Desde entonces, ha participado en más de 100 exposiciones en diferentes países, como México, Paris, Madrid, Los Ángeles y San Francisco. Su obra rompe los límites entre los objetos y su ambiente, y es asociada con la de la mexicana Helen Escobedo. También tiene influencia de la tradición oriental y el arte de posguerra japonés conocido como Mono-ha.

En Tres casas extraordinarias Ota pone al descubierto la materialidad de los objetos, tanto naturales como industriales, para explorar cuál es el límite de los elementos escultóricos; así como la fragilidad que hay en ambientes construidos como hogar y espacio privado, como lo demostraron las catástrofes naturales y las acciones humanas como las guerras y las bombas.

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Escrito por
Luis Ángel Ramírez

Detalles

Dirección
Precio
$30
Horas de apertura
Mié-dom 11am-7pm
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