Bares para ver la Liga MX
Foto: Cortesía Unsplash

Los mejores bares para disfrutar de la Liga MX

Porque las tragos y la botana son los mejores acompañantes de un gol

Rodrigo Broschi
Editado por
Rodrigo Broschi
Publicidad

¿Quién saldrá campeón del Torneo Apertura 2022? Toluca se perfila como el máximo líder del certamen, pero en este juego no hay nada seguro. ¿Qué tal que nos sorprenden los Tigres de Miguel Herrera?

Quedan nueve jornadas más hasta descubrir al campeón. Así que nos dimos a la tarea de recopilar los mejores bares deportivos para que en compañía de una cerveza, apoyes a tu equipo favorito.

Alboa
  • Vida nocturna
  • Vida nocturna
  • Zona Metropolitana
  • precio 4 de 4

En este rincón del Centro Santa Fe agradeces que aparezca un oasis en medio del ajetreo de la zona. Al llegar, te topas de inmediato con una barra bien servida y una sala lounge para fumadores. En compañía de hasta seis amigos, puedes jugar a los bolos; justo es ahí donde sucede toda la magia: comes y bebes lo que te ofrecen sus tres restaurantes, Cranker, Avira o DAO, sin necesidad de moverte.

Clávate en la carta de cocteles de autor, diseñados especialmente para Alboa por el mixólogo español Manel Vehí. Si prefieres la ginebra, ataca directo al cadaqués, que con cuidado medido, te sabrá a lo amargo del gin, a la toronja y al jengibre, pero no te preocupes, porque el lemon grass, el romero y el jugo de limón lo vuelve refrescante y no te agobia. Si tienes ganas de algo más dulce, prueba el anahí, un martini de frutos rojos con espuma de manzana. Te recomendamos que lo acompañes con el chuletón de res del restaurante Cranker. Ahí tienen el videowall más grande de México, para que veas el partido a toda escala.

Sigue la noche en Avira. Hay presentaciones en vivo en su concert hall, o bien, visita su terraza móvil, en la que puedes disfrutar del cielo estrellado bebiendo un mojito. De la cocina de este restaurante te recomendamos las alitas de pato Pekín.

En Alboa tienes el pretexto para desvelarte, ya sea en la pista de boliche o en alguno de sus otros espacios.

  • Bares y cantinas
  • Zona Metropolitana
  • precio 2 de 4

Si alguna vez has ido a Escenaria, sabes que el lugar no se caracteriza precisamente por tener lugares con onda; más bien, es una plaza a la que puedes ir entre semana o el fin para ver una película o cenar, o para comer con tus amigos godínez. Afortunadamente Little Mommy, el nuevo bar que tomó hace dos meses el lugar que por mucho tiempo perteneció al Salute!, no se hace ilusiones al respecto.

En vez de eso, ofrece un espacio a gusto, con música decente, a buen volumen, para crudear, echar unas chelas sin prisa, o ir a ver un partido de fut con los amigos. El espacio cuenta con una terraza muy agradable que es prácticamente del tamaño del bar; afuera encontrarás tres televisiones que pasan deportes todo el tiempo, haya un partido importante o no.

Aunque lo anterior lo hace sonar como un sports bar, es un poco más que eso: además de una extensa carta de licores, tienen un menú amplio, que ofrece tanto sushi como pizzas, pastas, ensaladas y mariscos. Según me explicó uno de los socios, dejaron algunos de los platillos que mejor le funcionaban al Salute!, pero ampliaron la oferta, enfocándose específicamente en los mariscos.

Aunque en mi experiencia la mayoría de los lugares que ofrecen muchos tipos de cocina terminan por dar comida que no vale la pena, aquí la sorpresa fue agradable, pues tanto las tostadas de atún como el carpaccio de camarón que pedí estaban bastante buenos.

Lo único inexplicable es la imagen en general que le tratan de dar al lugar: los manteles y el exterior están llenos de frases que en vez de risa dan un poco de repele (el slogan del lugar es Arroz&Pachanga, frase que ni entiendo; el carpaccio de res se llama carpaccio de muu, ¿qué?) Sin embargo, ya estando ahí se te olvida, porque cumple con lo que es: no un lugar para que te vean o seas visto, sino uno para pasar el rato cuando no tengas nada por hacer.

Publicidad
  • Bares y cantinas
  • Cantinas
  • Cuauhtémoc
  • precio 1 de 4

Para los amantes de la cerveza de barril, la historia, y la buena charla,  nada más preciso que el Salón Corona. Hoy, esta cervecería “casi mítica” se ha convertido en el epicentro de tertulias, de discusiones acaloradas, y por qué no, también de los chismes sin sentido. Aquí se concentran artistas,  diseñadores, periodistas, músicos, oficinistas y cualquier otro tipo de oficio y profesión, es un lugar  plural donde todos caben.

Fundado en 1928, el Corona  como lo llaman sus parroquianos, se ubica en la planta baja de una vieja casona del siglo XVIII, antes conocida como  “Casa Borda”  en honor a un prominente minero de la época. Sus paredes han sido testigos de importantes capítulos de la historia popular, un ejemplo de ello,  es el Mundial de Fútbol México 86 que fue capturado en las fotografías que hoy cuelgan de ellas.

Su ambiente es  singular, combina lo mejor de las antiguas cantinas del Centro Histórico y ese renovado aire cosmopolita  que ha tomado este punto neurálgico de la ciudad. La carta es sencilla pero variada. Lo mismo te  comes una quesadilla, un caldo de camarón, una tostada de ceviche o un buen taco de pastor, claro todo acompañado de la especialidad de la casa, la cerveza que puede ser en caña, tarro o bola.

Cabe mencionar que acá la música simplemente no existe, en cambio su atmósfera se llena del bullicio acalorado de las pláticas y risas, todo un ejemplo de lo que hoy significa ser bohemio en una ciudad de 20 millones de habitantes.

Este lugar también puede ser tomado como el pretexto perfecto para relajarse después del trabajo, para culminar una caminata,  cerrar un negocio o comer con tu pareja. La atención de su gente es rápida, eficaz y con un toque de camaradería, lo que te hace pensar que estás en una gran reunión con todos tus amigos.

Legión Americana
  • Bares y cantinas
  • Condesa
  • precio 2 de 4

No lo juzgues a primera visita, para disfrutar el encanto de este sitio hay que estar dispuesto a la sorpresa. Si vas un jueves en la noche, por ejemplo, puede que despiertes el viernes recordando que fuiste a una fiesta en una casa increíble “por ahí por la Condesa”. Incluso puede ser que recurras a tu celular y veas, tras la octava selfie con tus amigos, que había un dj poniendo música en lo que parece una mini pista de baile al lado de una barra bien surtida.

Pero digamos que vas un martes por la noche: entonces te encontrarás con un lugar semidesierto de ambiente, digamos, peculiar. Televisiones prendidas en algún canal que a nadie le interesa, tres señores que te doblan la edad mirándote de reojo (los habituales originales, ya que es punto de encuentro de los veteranos de guerra estadounidenses que forman parte de la American Legion), salones con un montón de mesas desocupadas y un mesero que juega a ignorarte aunque sabes que te ha visto llegar. En ese momento no podrás creer que te encuentres en el mismo sitio y la decepción comenzará a invadir tu ánimo, pero justo antes de que “te pierdan” llevarán la carta y verás el menú de hamburguesas.

Entonces te reconciliarás con la extraña casona californiana. Y es que su old fashioned cheeseburger (con 200g. de sirloin y queso amarillo acompañada de papas wedge por sólo 80 pesos) es un remedio contra la crueldad del mundo. Suave, jugosa y cínicamente engordadora, es light si la comparas con otra joya del menú, la legion burger, que lleva doble carne y doble queso, aros de cebolla hechos en casa, jamón, tocino (sé de alguien que lo recibió empanizado) y queso azul.

La cerveza para pasar tremendas gringadas está en 30 pesos, así que tus finanzas, contrario a tus arterias, se mantendrán saludables. Eso sí, sólo aceptan efectivo, así que hay que ir preparado.

Si la arquitectura y amplitud del lugar te sorprende —siempre lo hace—, también puedes rentarlo para hacer una fiesta privada, con tu música y acceso sólo para tus invitados.

Intenta también ir por la tarde. Además de una buena comida, en  el segundo piso encontrarás una buena sorpresa: Under the Volcano Books, una pequeña, pero bien curada, librería especializada en publicaciones en inglés.

Publicidad
  • Bares y cantinas
  • Cervecerías
  • Roma
  • precio 2 de 4

La Cervecería de Barrio era ya un clásico de la Condesa: un concepto que surgió hace siete años, pero faltaba que abrieran la sucursal frente a la Cibeles. Ahí se consagraron. Este restaurante está inspirado en las marisquerías populares, en las que el espacio al aire libre se combina con los sabores costeños y la cerveza. Actualmente la mayor parte de los visitantes va a disfrutar de una cerveza y alguna botana, en otros casos van de precopeo y otros más van a “curarse” la resaca por una noche de fiesta.

Cuenta con mesas espaciadas y varias pantallas para que la gente vea el fut, el americano, a veces el beis o el básquet, y por otro lado cuenta con la fuente de Cibeles como paisaje arquitectónico. Y, como dijimos, se consagraron: normalmente está llena, por lo que si se pretende ir, se debe considerar que la espera es de una media hora para conseguir mesa aun con su recien inaugurado segundo piso.

El restaurante-bar presenta una variedad de tragos y alimentos que se complementan perfectamente con alguna de las salsitas picantes que se pueden encontrar en el bote al centro de cada mesa. Se recomiendan los cocteles (camarón, ceviche o pulpo), las brochetas de camarón, la torta de marlín, el medio kilo de calamar pelado, los ostiones medianos y la crepa de mariscos. Además de los alimentos, tienen prácticamente cualquier trago refrescante que se requiera como michelada, clamato, margarita, caipirinha, martini o una cerveza fría. Todo en combinación con el ambiente playero que trata de inspirar el lugar.

Es para ir con los amigos, y no precisamente para ligar o socializar, sino para disfrutar relajadamente del sabor de los mariscos y de la cerveza. Los alimentos son frescos y de calidad, pero los precios de las bebidas son altos para la oferta general en la ciudad.

Recomendado
    También te puede gustar
    También te puede gustar
    Publicidad