Desaparecer por completo
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Desaparecer por completo

Una historia sobre un fotógrafo con grandes ambiciones que podría acabar muy mal. Hablamos con su protagonista.

Stivi de Tivi
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Stivi de Tivi
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Santiago Mendoza es un fotógrafo de nota roja ambicioso que con tal de sacar las mejores imágenes de una escena de un crimen termina obteniendo un terrible maldición que le arrebata los 5 sentidos de manera progresiva, siendo este hecho, algo que lo orilla a buscar una solución pronta y precisa antes de que su mundo desaparezca. Esta es la trama de Desaparecer por Completo, nueva película de Luis Javier Henaine (Solteras) que se adentra al género del terror.

El filme es protagonizado por el actor mexicano Harold Torres, quien platicó con Time Out México sobre esta producción que estuvo en la competencia oficial de la pasada edición del festival internacional de cine de Morelia en donde obtuvo excelentes críticas.

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¿Qué te atrajo a este proyecto? Es la primera vez que Luis Javier Henaine trabaja en el género de terror, ¿No dudaste?

Desde el principio fue la historia y el personaje porque veía un personaje bastante complicado para realizar. Yo no tuve dudas de si podía ir por el buen camino del terror porque también estaba cobijado por Pablo Zimbrón que ya tiene experiencia con películas de terror como en Las tinieblas. Entonces yo le vi muy buenas cosas desde un inicio, así como complicadas y fue lo que me llamó la atención, un reto.

¿Cómo fue crear esta paranoia sensorial?

Fue muy complicado porque si bien teníamos ideas de hacia dónde podíamos ir, no tuvimos tiempo suficiente como para poder resolver todas las dudas antes de entrar al set, además en cualquier película una cosa es lo que uno tiene la cabeza y otra cosa, lo que realmente hay y otra cosa lo que uno va de repente entendiendo que el personaje requiere. En este caso hubo unos sentidos que a través de cuestiones cinematográficas se pudo resolver de una manera más sencilla, pero, por ejemplo, con el tacto tuvimos muchísima plática con que hacer y estuve buscándole bastante. Hay escenas que hicimos en diferentes intensidades con la pérdida del tacto para poder contar la historia de una manera degradada. El personaje pasa por una degradación de inicio a final, eso debemos tenerlo muy claro, porque independientemente de que todo los filmamos en una etapa. Las escenas tampoco fueron contadas por cuestiones de logística y de locaciones. Entonces filmar la escena 34 con la escena uno el mismo día.

¿Cómo es cargar toda la película en tus hombros?

Esa es una contradicción un poco porque si bien sí es un gran riesgo y es mucho peso el que tienes que cargar. Por otro lado, también cuando te toca a ti contar la historia, también tienes toda una película para hacerlo. Cuando tienes un personaje breve, tipo dos escenas, tienes dos escenas para hacerlo. Cuando tú eres el eje principal, evidentemente los focos de atención están puestos sobre ti. Yo lo disfruto mucho cuando puedo contar la historia de esa manera, pero fue bastante desgastante. Filmar todos los días durante cierto tiempo termina siendo desgastante y en alguna forma también en lo personal los personajes terminan pasándome algo de su energía. Lo cual lo vuelve bastante oscuro, bastante pesado y eso termina llevándome a mí a buscar contrastes. En esta película en específico estuve tratando de hacer todo lo contrario entre tomas es decir con una energía muy arriba para que yo mismo no me fuera en ese mismo nivel del personaje y que el personaje no me ganara tanto como persona o como dramáticamente dentro de las escenas. entonces yo andaba echando mucho relajo con una energía muy alta para poder hacer un contraste con el personaje.

En un país en el que ser periodista puede ser una de las profesiones más peligrosas que existen, ¿Cómo es para ti tocar el tema de una persona que por cumplir su trabajo termina obteniendo una terrible maldición?

En efecto, vamos descubriendo que la gente que está cercana a los demonios que generan los problemas de este personaje están muy cercanos al poder. Y eso es una realidad, lo acabamos de ver ayer que le quemaron el auto a una periodista y sigue pasando y va a seguir pasando si no se crean esfuerzos para contrarrestar ese poder y esa posibilidad de amedrentar a los periodistas. Creo que en nuestra cinematografía hay muchas cosas que lo hablan y sigue siendo un tema importante. Tenemos números malos impresionantemente a nivel México, a nivel ciudades de diferentes puntos donde si termina siendo una cuestión que no puede uno quitar el dedo del renglón para seguir exigiendo que un periodista pueda hacer su trabajo sin ser amedrentado y sin ser incluso asesinado. Ese es un terror más fuerte que el que estamos planteando en la película, es una cosa real.

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