Luc Besson Drácula
Foto: Cortesía
Foto: Cortesía

Drácula regresa al cine, ahora de la mirada del legendario Luc Besson

El creador de El Quinto Elemento, Luc Besson, nos ofrece su mirada del vampiro más grande: Drácula. Nos cuenta por qué lo hizo

Stivi de Tivi
Publicidad

Luc Besson es uno de los grandes referentes del cine francés con proyección internacional. Director, guionista y productor, ha dejado un sello visual y narrativo en títulos como El gran azul, Léon: El profesional, El quinto elemento y Lucy, además de impulsar sagas globales como Taxi, Transporter y Taken.

Ahora regresa a la cartelera nacional con Drácula, donde reinventa el mito de Bram Stoker. La historia sigue a un príncipe cuya pérdida amorosa lo lleva a abrazar la eternidad como vampiro, hasta que siglos después se cruza con una mujer idéntica a su gran amor perdido, desatando una obsesión tan romántica como peligrosa. Protagonizada por Caleb Landry Jones y Christoph Waltz, la cinta mezcla drama gótico, pasión y la épica visual característica del cine de Besson.

Platicamos con el realizador francés sobre este proyecto y sobre su nuevo actor favorito.

Deberías ver: Otro Viernes de Locos, el regreso del Disney de los 2000

 Luc Besson Drácula
Foto: Cortesía

¿Qué parte de esta leyenda de Drácula sentiste que no habían explorado y tú deseabas hacerlo?

Honestamente, no estaba interesado en Drácula ni en hacer una película de terror, pero me enamoré de Caleb Landry Jones, este gran actor con el que trabajé en Dogman y que me pareció fabuloso. Necesitaba volver a trabajar con él, así que empezamos a jugar con la idea de nuestro siguiente proyecto: ¿qué te parece hacer una película sobre Jesús, Mahoma, Napoleón, Zapata? Salió Drácula y me pareció interesante, así que volví a leer el libro de Bram Stoker. Lo que me atrajo de ese libro no fue el horror o los efectos especiales, sino el amor: este hombre espera 450 años solo para volver a ver al amor de su vida una vez más. Eso me pareció romántico, hermoso, y quise contar esa historia, la de un hombre que espera 400 años por el amor de su vida.

En tu carrera has trabajado con tantos actores, pero ¿qué has encontrado en Caleb Landry Jones que te hizo crear una historia para volver a trabajar con él?

Primero, su forma de ser en la vida. Es alguien generoso, muy sensible. Vive en una pequeña casa. No sale de fiesta ni hace esas cosas de Hollywood. Toca música. Yo lo veo como un pequeño niño genio en una caja: cuando no está trabajando, está en su caja sin hacer nada, pero cuando es momento de abrirla, sale con todo. La manera en la que te escucha como director… Yo lo estuve alimentando por meses con el personaje y no me decía nada, solo “sí, sí, sí”. Estaba tomando toda la información para luego digerirla. Busca complacerte, pero no quiere existir por ti. Me han tocado actores que solo quieren verse hermosos y que me dicen “mi personaje no puede hacer eso”, pero Caleb quiere seguir tu visión. Es generoso. Puede hacer 15 tomas y, si no te gusta, hacerla de una manera distinta. No le da miedo trabajar. Es un placer hacer cine con él.

Drácula necesita sangre para sobrevivir, pero tú como director, ¿qué necesitas para estar vivo creativamente?

Lo mismo: sangre. (Broma). Es curioso cómo el dinero es importante, pero a veces es necesario solo para asegurar un espacio donde puedas crear sin que el dinero sea lo central. Especialmente en esta película, donde fuimos un equipo de 900 personas talentosas, creamos una pequeña burbuja en la que teníamos ideas, colores, talento… hablábamos todo el tiempo sobre cómo hacer la mejor película posible antes de regresar al mundo real, donde todo es dinero, distribución y esas cosas. Amo esa pequeña burbuja en la que estamos reunidos puros artistas platicando, tratando de hacer lo mejor. Eso es lo que me da vida.

Tus películas son protagonizadas por personajes que no son entendidos por la sociedad. ¿Te has sentido incomprendido por la industria en la que trabajas?

Claro. Es normal. De hecho, cuando hice Subway todos me decían que no debía filmar en el metro, que no entendían la historia. Luego, cuando hice Léon, nadie quería que hiciera esa película: “¿Por qué está en inglés?”, “¿Por qué el tipo es malo?”, “¿Por qué no haces la secuela, la tres o la cuatro?”. Luego El gran azul: “No, eso no va a funcionar, una película sobre el mar no le importa a la audiencia”. Funcionó y querían que hiciera secuelas. Lo mismo con Nikita. Los productores te piden lo único que saben hacer. En este momento el cine es aburrido porque tenemos la película número ocho o diez de Marvel. Me cansa que todo tenga el mismo sabor. Prefiero una película que tenga diez minutos que valgan la pena, y no una que en dos horas no te dé nada más que lo mismo.

Drácula nunca deja de buscar a Elisabetha. Tú como director, ¿hay algo que nunca has dejado de buscar?

El amor. Soy como Drácula: siempre busco amor.

No te pierdas: 

Recomendado
    También te puede gustar
    También te puede gustar
    Publicidad