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[title]El tercer sendero no es una película común, su narrativa parte de dinámicas que no son convencionales; expone ideas que giran en torno a la razón y a la sinrazón. Antes de su estreno, tuvimos la oportunidad de reunirnos con sus creadores: Jimmy Cohen, director; Erik Majzner, productor; Gloria Aguilar López y Omar Manuel Aguilar, bailarines de danzón.
¿Cómo surge la idea de hacer esta película?
Jimmy: Erik y yo empezamos a registrar una serie de cosas, de ideas. Hubo textos que nos influenciaron, como los de Samuel Beckett. También Ernesto Sábato y su ensayo La resistencia. Por otra parte Los caprichos, los grabados de Goya (actualmente en exhibición). Uno de ellos se llama El sueño de la razón produce monstruos, que es precisamente el contraste entre razón y sin razón; era algo que queríamos de alguna forma plasmar en la película. La filosofía estoica influenció también. Gabriel Schutz, filósofo uruguayo, participó en el proyecto. Él da valor a la razón, no como un instrumento frío, sino como algo necesario para estar en equilibrio con el mundo.
¿De qué va?
Jimmy: Es un pregunta complicada porque no hay una historia. Nunca fue la intención. Es algo que sí tiene un tema y una cierta narrativa, pero que no es convencional. Es un poco más sugerido, más poético de lo que estamos acostumbrados a ver.
Se divide en tres partes. La primera empieza en la ciudad, las grandes ciudades con gente, trabajo, donde hay una decadencia de la sociedad y el trabajo. La segunda parte nos lleva a un pueblo abandonado. Ahí se muestra la consecuencia no directa de un tipo de contraste con la vida urbana. Todo está compuesto por cuentos, canciones e imágenes. La tercera es un discurso de Gabriel Schutz, entre poético y filosófico. Hay mucho texto, es muy denso. Viene a ser una resolución entre las dos partes. El epílogo de la cinta son Omar y Gloria que se preparan para salir a bailar danzón.
La música juega un papel muy importante...
Jimmy: Tiene gran importancia. Maricarmen Camarena, vocalista de Radaid, y Emmanuel Macías hicieron una improvisación de órgano y voz.
Adrián Terrazas, antiguo integrante de The Mars Volta, vio dos secuencias en proceso. En la primera sesión tocó sobre la imagen, según el sentimiento que le daba. La segunda fue sin imagen, grabamos algunas ideas que tenía Adrián dentro de su baño para darle un poco de reverberación al saxo y a la flauta.
La composición musical comenzó desde que empecé a grabar. Algunas secuencias fueron musicalizadas y en otras la música estuvo primero que la imagen y la edición de video se adaptó a la música.
¿Cómo entran Gloria Aguilar López y Omar Manuel Aguilar en esta historia?
Jimmy: A Omar y a Gloria les gusta ir a bailar cuando tocan Acerina y su Danzonera. Ahí los conocí y decidí que sería el final de la película.
Gloria: Yo soy de Oaxaca. A los 14 años me vine al DF por la pobreza. Mi papá era sastre y no podía con nosotros. Cuando llegué no podía hacer nada. Después me casé y tuve hijos. Mi esposo era profesor. Ya hace 20 años que enviudé. Seguí trabajando para dar a mi hijos un poco de estudio. Hace 12 años que Omar me enseñó el danzón y me descarrilé completamente. Cuando Omar me dice: "vamos a bailar", lo hago donde sea. Lo hago para sentirme bien, disfruto mucho. Toda mi vida sufrí exageradamente. Con el baile he olvidado todo. Es una alegría increíble que siento cuando bailo. Con eso puede uno sobrellevar todos los problemas de la vida.
Después de estas palabras, nos quedamos con una idea: el baile como un bálsamo terapéutico.
De producción totalmente independiente, el filme tiene locaciones tan dispares como la Ciudad de México, Nueva York, Yahualica, Jalisco, y Mineral de Pozos, Guanajuato, y contiene influencias del director armenio Artavazd Pelechian, Chris Marker, Bach, Goya y Beckett.
Con todo este coctel, Jimmy Cohen estrena El tercer sendero, una mirada poética y contemplativa a la razón, la filosofía y los tiempos modernos. No es un cine para todos los públicos. Tampoco busca serlo.