Entrevista con Pablo Berger por Mi amigo Robot

Dog es un perro solitario que vive en Manhattan, un comercial le ofrece una idea: la de tener un robot para siempre hacerle compañía. Una hermosa amistad nace entre Dog y Robot, una conexión que parece irrompible, pero el destino hace que ambos se alejen y aquí comienza la verdadera aventura. De eso va Mi amigo robot (Robot Dreams), cinta del español de Pablo Berger nominada a Mejor Película de Animación, y que recientemente ganó premios en los Goya 2024 y los Annie Awards. Hablamos con Berger -quien creemos que está en un viaje para revivir el cine mudo- sobre su cinta.

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¿Por qué el protagonista es un perro y no un gato u otro animal?
Aquí es importante hablar del origen de la novela gráfica, la razón por la cual Sara la escribió tiene que ver con su amor por los perros, en especial un perro que ella adoraba, pero se enfermó y lo tuvo que poner a dormir. Ella siempre sintió una gran culpabilidad y esto la lleva a crear la historia. Aquí Sara Varon era Dog y el Robot era su perro. La novela le ayudó a superar la pérdida. Otro dato: si nos fijamos en el comportamiento del robot de la película, es lo que entendemos de un perro, esa generosidad, esa inocencia, ese amor por el prójimo, darlo todo sin esperar nada a cambio. Cuando decimos que el perro es el mejor amigo del hombre, es real y es que todos los que tenemos perro, o hemos tenido perros, sabemos que hay algo en su comportamiento que es excepcional, el cómo te miran, te apoyan, te entienden.

¿Qué significa la fantasía en tu trabajo?
Es muy importante para mí. Yo trabajo siempre desde el subconsciente, el mundo de los sueños es fundamental para mí. El cine es magia y siempre pienso en los orígenes del cine, como Georges Melies. Los directores somos ilusionistas, entonces yo hago cine que se ancla en emociones reales, pero siempre desde un mundo con ciertos tintes fantásticos. Mis películas no son realistas, pero son verdaderas, hablan desde la verdad y siempre buscando en el humanismo la razón de hacer cine. Yo creo que el cine tiene que hablar de emociones por lo que me considero un director humanista o un contador de historias.

Pudiste haber escogido cualquier ciudad o solamente mostrar una gran urbe metropolitana, pero eres muy puntual en decir ‘esto es Nueva York’, y no cualquier etapa de Nueva York sino en los ochenta. ¿Por qué?

La razón es muy sencilla, en la novela gráfica no se identificaba en qué ciudad se desarrollaba la historia, pero era una ciudad americana; Decidí que se desarrollaba en Nueva York por una razón, clara: yo viví [ahí] 10 años, la conozco bien y me permití hacer una carta de amor a esta ciudad. Fue muy importante [también] cuando decidí que los protagonistas de la película iban a ser Robot y Dog en la ciudad de Nueva York en una época muy concreta, porque es el Nueva York que yo conocí la primera vez que fui en los setenta y luego fui multitud de veces en los ochenta. [Ahí] crecí como cineasta, pero también como persona, me convertí en un adulto en esta ciudad. Me gustaría pensar que el espectador que vaya a ver "Robot Dreams" en el cine va a viajar en el tiempo a este Nueva York que ya no existe. Un Nueva York que hemos recreado con la máxima fidelidad y credibilidad.

Septiembre. ¿Qué significa el mes de septiembre para ti?
Es muy importante en la película porque la historia inicia en septiembre y termina en el siguiente. Bueno, estaba presente en la novela gráfica que se desarrolla de septiembre a septiembre y a mí me interesaba mucho esta parte de la historia, ya que la magia del cine te permite en hora y media que puedas contar un año en la vida de unos personajes, esto gracias al montaje y al uso del punto de vista. Yo siempre considero que septiembre es el inicio de algo, en España es un mes precioso y en Nueva York también, septiembre es eso es un mes precioso.

El ser humano debe de constantemente enfrentarse a la perdida, ¿Qué significa la pérdida para ti? ¿Cómo has aprendido a lidiar con ella?

Este tema de la pérdida está muy presente en la película y en la novela gráfica, sin duda era uno de los atractivos que a mí me animaron a hacerla. Cuando leí la novela gráfica en el 2010 me gustó mucho, pero no pensé hacer una película, no veía la película, sino simplemente me gustó la novela. Luego hice Blancanieves y Abracadabra, pasaron 8 años… En esos años yo perdí a mis dos padres y también perdí a uno de mis mejores amigos. Yo vi la película de una manera diferente, y releí la historia de una manera diferente. Te quiero contar una anécdota: recientemente a la salida de unos premios se me acercó una periodista cinematográfica y me dijo “Tu película me ha salvado la vida”. Me sorprendió esa declaración. Ella me dijo: “Acabo de romper con mi pareja, me acabo de separar y tu película la he tenido que ver varias veces seguidas durante varios días porque habla de cómo superar la pérdida”, me decía “Yo soy el robot, yo he sido abandonada en la playa, no como una analogía”.

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