Asesinos de la Luna, la nueva película de Martin Scorcsese
Foto: Cortesía AppleTV+

Rodrigo Prieto, el mexicano que trabajó con Martin Scorsese en Asesinos de la Luna

Platicamos con él sobre su experiencia en esta cinta, su trabajo en la película Barbie y su debut como director con Pedro Páramo

Stivi de Tivi
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Stivi de Tivi
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Con tres nominaciones al Oscar bajo el brazo y una carrera de más de 30 años, el cine fotógrafo mexicano Rodrigo Prieto estrena su nueva aventura con el respetado director neoyorquino Martin Scorsese; Asesinos de la Luna producción de AppleTV+ que llegará esta semana a cines de todo el país para disfrutarla en su máximo esplendor.

Basada en un hecho verídico, conocemos a las familias de la nación Osage, Oklahoma durante los veinte. De un momento a otro estas personas se vuelven ricas, pero poco a poco empiezan a ser asesinados sin que nadie reciba castigo, así que el FBI intervendrá para descubrir quién está detrás de todas las muertes. 

A propósito de esto, Rodrigo Prieto platicó con Time Out México sobre este trabajo y su debut como director.  

Leonardo DiCaprio y Robert DeNiro ha aparecido juntos en This Boy Life, el cortometraje publicitario The Audition y ahora Los Asesinos de la Luna. ¿Qué nos puedes decir sobre ellos?
En The Audition yo también salgo como actor, que loco. Ese para mí fue una especie de ensayo para conocer sus energías y era un juego en el que los dos audicionan para el mismo papel, fue super divertido. Ahora es verlos a estos dos grandes actores junto con Lily Gladstone, ver a estos tres monstruos creando su personajes, fue un proceso muy bonito porque cada uno tiene su energía y su manera de trabajar. Lo que he aprendido de estos años trabajando con Scorsese (cuatro veces) es que el punto de vista de los actores es importantísimo para él, no los ve como a alguien que va a darle vida a un personaje, son colegas y colaboradores, encuentran a los personajes juntos, incluso los diálogos se componen entre todos por eso hay libertad de improvisación. Es un privilegio estar ahí porque lo ves convertirse en esta persona. 

Esta es la segunda vez que te toca trabajar en exteriores con Scorsese. ¿Qué diferencias encontraste entre Silence y este proyecto?
Los exteriores son las cosas más complicadas para hacer fotografía porque no está bajo tu control, como sale el sol, si está nublado, con mal clima, te tienes que enfrentar a eso. Scorsese bromea que como es de Manhattan no conoce la naturaleza y si le digo esto se tiene que filmar en la mañana porque el sol nos dará tal brillo, para él es algo que no entiende, yo no sé por dónde se mueve el sol. Pero si nos tocan momentos difíciles, hasta amenazas de tornado. Yo siempre procuro poner las horas de las escenas de acuerdo con la posición del sol y en esta película en específico porque para la nación Osage es importantísimo el sol. En Fairfax, la calle principal ahí si pudimos controlar un poco más la luz porque se construyeron muchas fachadas con algunas originales, pero en esta calle no podemos controlar el sol porque ya está como está por lo que debimos tener marcos para suavizar la luz, grúas y más cosas que hacen que sea un trabajo complejo, pero se logró.

¿Qué opinas de la duración de las películas? Martin Scorsese dijo: si pueden ver 7 horas de series, ¿por qué se molestan de tres horas y media de cine?
Ese famoso “binging” que hace la gente me parece muy curioso, debe ser psicológico, de bueno una hora, bueno otra más y como está separado no te das cuenta, pero si ya lo pones como 3 horas y media de mi vida pues es difícil. Las historias yo pienso se deben de contar en el espacio que se debe de encontrar o el material mismo te lo pide y esta película es tan vasto el tema por todo lo que fuimos aprendiendo que creó un mundo. Esta es una experiencia más que solo verla con palomitas. Yo ahora con Pedro Páramo intento no apurar las cosas, entonces batallo por encontrar ese lugar porque he visto películas que echan a perder por querer contarla rápido sin dejar que la escena respire Entonces Scorsese nos permite sentir la historia. Por ejemplo, Greta Gerwig sufrió al recortar Barbie porque el guion era gigante y tenía que dar una película de máximo dos horas porque era comercial o si no espantaba a la gente y muchas cosas que filmamos dejamos afuera. 

Este año parece que ha sido uno de los más prolíficos de tu carrera; Barbie que a nivel comercial fue un suceso; esta nueva colaboración con  Scorsese y la filmación de tu primera película como director que es la adaptación de la legendaria novela Pedro Páramo. ¿Cómo te sientes?
Es muy impresionante si lo pones de esa manera, pero son producciones en las que empecé a trabajar desde 2019 como Asesinos de la Luna, que se fue gestando desde hace años. Terminando esa película me dio tiempo de preparar, filmar y post producir Barbie y luego preparar y filmar Pedro Páramo, para mí ha pasado mucho tiempo entre un proyecto y otro, pero ahora es cuando el público conoce el trabajo. Si es muy emocionante que salgan juntas sobre todo por lo contrastantes que son las películas. Los temas de estas películas me importan mucho, la exploración de la sexualidad y género, lo que significa ser hombre y mujer, patriarcado, todo eso me fascina. Cuando me ofrecieron dirigir Pedro Páramo estaba yo en Oklahoma filmando con Scorsese cuando me hablan para decirme que tenían los derechos de la novela, ¿Quieres dirigirla? 

¿Ya habías pensado antes en dirigir o te llegó inesperadamente?
Ya lo había pensado, pero mi intención con Pedro Páramo no es que se me considere ser ya director, quiero que sea una faceta más de ser cineasta. Hace mucho hice unos cortos que disfruté mucho, tengo ahí unos proyectos para dirigir desde hace años que creo se convertirá en una miniserie mexicana, repito no es nuevo, pero es algo que me es natural. 

Nuestra reseña:

  • Cine

El día que tristemente Martin Scorsese, ahora de 80 años, cuelgue definitivamente su claqueta está cada vez más cerca, pero el gran hombre no se irá tranquilamente de noche. Su última entrega, una saga criminal absolutamente apasionante, impecablemente construida y cargada políticamente, limpia el polvo de un rincón olvidado de la historia indígena en Estados Unidos –los asesinatos en serie de los nativos americanos Osage en Oklahoma en la década de 1920– para contar una historia subversiva de codicia, violencia y violencia sistémica, que se encuentra junto a algunos de sus mejores trabajos.

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