Viggo Mortensen: "Cada generación tiene que luchar contra su ignorancia"

Ha dado tantos giros que ya no sabemos si recordarlo como un mafioso ruso peleándose en una sauna de Londres, como el padre feliz de Capitán fantástico (Matt Ross, 2016), o como el valiente Aragorn, espada en mano en la saga de El señor de los anillos.

Ahora, Viggo Mortensen nos deslumbra con su personaje como Tony Vallelonga en Green Book: una amistad sin fronteras, la última película del director Peter Farrelly —el mismo de Loco por Mary —, en el que se convierte en el chofer de Mahershala Ali interpreta al pianista Don Shirley. Ambos actores están nominados a los Premios Óscar. Platicamos con Viggo para que nos contara sobre su papel como ese regordete italoamericano .

Tu nueva película está basada en hechos reales. ¿Qué sabías de Don Shirley y de esa gira que hizo por el sur de Estados Unidos en 1962?
Poco. Escuché algún tema musical de Don Shirley, "Water boy", por ejemplo, pero no sabía nada de su vida, o de la vida de Tony Vallelonga, que fue su chófer y guardaespaldas en esa gira. A Mahershala lo conocí un año antes de empezar a rodar, cuando los dos estábamos nominados a varios premios, él por su trabajo en Luz de luna (2015) y yo por el mío en Capitán fantástico. Nos llevamos bien desde el principio y creamos una buena dinámica entre nuestros personajes.

¿Cómo eran, desde el punto de vista de la segregación racial, el sur en los sesenta?
Era jodidísimo, como vemos en la película. Las leyes discriminatorias y la ignorancia generalizada en los Estados Unidois en ese momento histórico, y no solamente en el sur, eran notables y lamentables. Seguimos con problemas de discriminación en todo el mundo. Cada generación tiene que luchar contra su ignorancia, tiene al menos la posibilidad de superar, con la educación histórica y la experiencia directa, las limitaciones y los prejuicios mutables de cada época. Es un reto que nunca desaparecerá.

Después de tu éxito en los Globos de Oro, Green Book va hacia los Óscar. Recordemos que hace un par de años ardieron con la polémica #OscarsSoWhite.
Al margen de los premios, creo que Green Book es una película valiosa, por su calidad artística e histórica, que la gente seguirá apreciando durante muchos años como un nuevo clásico. Pienso que deberían mostrarla en todas las escuelas de Estados Unidos.

Dentro de la filmografía de Peter Farrelly, Green Book es una excepción. Por lo menos funciona a una latitud muy distinta de Loco por Mary y Una pareja de idiotas.
A Farrelly, como a mí, nos fascinó la historia y sus personajes. Lo que ha logrado con esta película; entretiene más que ninguna otra que haya visto últimamente y a la vez habla de importantes temas sociales con profundidad y compasión, está a la altura del mejor cine de Frank Capra, Billy Wilder y Preston Sturges. Incluso de Berlanga.

Tu personaje, Tony, tiene la pinta del italoamericano de una película de Scorsese, comiendo pollo frito al volante con las manos grasientas, con su barriga y cabello pintado.
Tuve el apoyo constante de la familia Vallelonga. Fueron muy generosos conmigo, compartiendo sus recuerdos, las grabaciones del verdadero Tony, sus fotos, de todo. Pude visitar a varios miembros de la familia en la etapa preparativa para entender su punto de vista, su forma de hablar, de moverse, su sentido del humor.

Me pregunto si es un reto muy distinto interpretar, por ejemplo, a un ruso en Promesas peligorsas. ¿Qué recuerdos tienes de trabajar con David Cronenberg?
Esa película fue la segunda producción de Cronenberg en la que participé. Me gustó mucho aprender un poco de ruso, viajar a Rusia en la preproducción y, sobre todo, construir el personaje de Nikolai Luzin, un hombre que necesita esconder su identidad real, que tiene una doble vida.

En el fondo, ese también podría ser el caso de tu personaje en tu otra película con Cronenberg, ¿no?
En ambas me fascinó la exploración de un hecho que casi todas las personas tienen en común. Todos nos presentamos de manera diferente dependiendo de las circunstancias, de las personas que encontramos y lo que deseamos conseguir o evitar. Mis personajes en las dos cintas de Cronenberg hacen lo mismo, pero de una manera muy específica, definida, consciente y extrema.

Como actor, tienes una carrera muy variada. Has rodado en varios idiomas, has participado en superproducciones como la trilogía de El señor de los anillos y en películas como Jauja, de Lisandro Alonso.
No existe una gran diferencia al final. Siempre hay una cámara, un papel que tienes que aprender, el punto de vista específico de un personaje que intentas entender. Pero cada cuento de cine es una nueva aventura llena de desafíos. Intento elegir los cuentos que me gustan a mí, que me pueden enseñar algo nuevo.