Gershwin: La vida en azul
Foto: Cortesía
Foto: Cortesía

Así se vive Gershwin: La vida en azul, un viaje musical con más de 80 artistas

Entrevistamos a tres de sus protagonistas sobre cómo se prepararon para combinar actuación, canto y baile en homenaje a Gershwin

Stivi de Tivi
Publicidad

Gershwin: La vida en azul es un espectáculo escénico que rinde homenaje al legendario compositor George Gershwin, combinando música, danza y narrativa bajo la dirección musical de Alondra de la Parra. Con más de 80 músicos en escena, la puesta en escena revive la energía del Nueva York de los años 20 con una propuesta visual y sonora vibrante.

Conversamos con tres de sus protagonistas: el pianista Thomas Enhco, quien además interpreta a Gershwin en escena; el bailarín y actor nominado al Tony, Robbie Fairchild —exestrella del New York City Ballet y protagonista de An American in Paris en Broadway—; y la mezzosoprano Neïma Naouri, cuya voz conecta jazz, ópera y emoción pura. Tres talentos internacionales que le dan vida, cuerpo y alma a esta experiencia que se presentará en Querétaro, San Luis Potosí y León, Guanajuato.

No te pierdas: El Fantasma de la Ópera en la CDMX 

¿Cómo esta experiencia tan cinematográfica los retó?

Thomas Enhco: Fue todo un reto porque yo simplemente soy un músico. Yo toco, compongo, estoy en el escenario, pero no actúo, no soy actor y no planeo serlo. Aunque crecí en una familia de músicos que, por más de un siglo, también ha sido de actores, pintores, directores de teatro y cineastas. Mi familia cruza muchos géneros, así que crecí acostumbrado a ver a mi abuela en el escenario como actriz. Estoy contento de haber tenido la fortuna de que algo así me sucediera. Todo comenzó hace tres años. Estaba interpretando a Mozart en un espectáculo sobre sus últimos días, donde también tocaba el piano, actuaba, improvisaba… pero este show es más intenso porque también debo bailar y cantar. Es un reto enorme, tengo que estar recordando constantemente qué debo hacer, pero me encanta.

Neïma Naouri: Es muy curioso, porque hay tantos elementos en este show que, cuando estamos en escena, no los vemos. Sabemos que están ahí, pero por ejemplo, los videos que se proyectan detrás de nosotros, no los vemos mientras actuamos. Nos los muestran en los ensayos, nos enseñan cómo se verán, pero me encantaría ser ese pequeño ratón que se escapa para verlo desde afuera. Hay tantas cosas ocurriendo en video que complementan lo que sucede en escena… hicieron un trabajo fenomenal.

Robbie Fairchild: Cuando Alondra se me acercó para que me involucrara en La vida en azul, estaban explorando las últimas palabras de Gershwin, que al parecer fueron “Fred Astaire”. Entonces, dicho eso, el baile tenía que formar parte sí o sí.

Thomas, ¿cómo fue tu interacción con Alondra de la Parra? ¿Cómo lograron estar en sincronía y cuánto se escuchan entre ustedes?

Thomas Enhco: Ella es tan buena… sin duda, la mejor directora de orquesta con la que he trabajado. Es una gran música, tiene mucho ritmo —lo cual no es tan común en la música clásica—, tal vez porque viene de México o por la cultura latina. Puede tocar el piano, hacer progresiones, puede bailar. Eso es algo especial, se siente cuando estás con ella y también lo percibe el público. Tiene un conocimiento general de la música, no solo de la clásica, sino de muchos géneros. Para alguien como yo, que soy un artista que se mueve entre estilos, trabajar con ella es emocionante. Nos entendemos muy bien.

¿Incorporaron algo de ustedes a este trabajo?

Robbie Fairchild: Thomas es un pianista increíble, y al observar sus dedos sobre el teclado, es como si sus dedos estuvieran bailando. Pensé: me encantaría que la audiencia pudiera ver eso que yo estoy viendo. Hablé con Alondra sobre mi idea: emular con mis pies lo que él hacía con sus dedos, para que el público lo sintiera en el escenario. Así que terminé siendo un híbrido: de Fred Astaire, de Gene Kelly… y ahora, de los dedos de Gershwin. Eso resume un poco cómo me involucré en el proyecto.

Neïma, Alondra nos compartió que te encontró en París y dijo: “Tú eres la indicada, tú debes estar en el show”. ¿Cómo fue tu reacción al enterarte del proyecto y qué te hizo aceptar?

Neïma Naouri: Lo primero es que, la verdad, no tenía idea de qué tan grande iba a ser el proyecto cuando me invitó. Ya conocía bastante bien a Thomas porque es un pianista francés de jazz, ya nos habíamos conocido. Él fue quien me presentó a Alondra, y en ese momento yo no tenía mucha cultura, así que no sabía quién era ella. Estaba bastante tranquila… “¿Ella quiere que esté en su show? Claro, todo bien. ¿Por qué no? Estoy libre”. Y después me di cuenta de quién era Alondra y lo grande que iba a ser el espectáculo. Me quedé como: “Ok… la presión acaba de llegar. ¿En qué me metí?”. Pero al mismo tiempo fue muy emocionante descubrir lo enorme que era todo, y eso me ayudó a valorar la suerte que tuve de estar aquí.

Deberías de ver: Por el mar (Aún si nosotras nos ahogamos)

Recomendado
    También te puede gustar
    También te puede gustar
    Publicidad