Función nudista de Giro Negro

  • Gay y lésbico
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
  1. Giro Negro (Foto: Cortesía Giro Negro)
    Foto: Cortesía Giro Negro
  2. Giro Negro (Foto: Cortesía Giro Negro)
    Foto: Cortesía Giro Negro
  3. Giro Negro (Foto: Cortesía Giro Negro)
    Foto: Cortesía Giro Negro
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Time Out dice

3 de 5 estrellas

Recientemente, esta obra mezcla de mini teatro, cabaret, performance sado, show stripper y últimamente cuarto oscuro, cumplió nueve años y 750 funciones ininterrumpidas en la cartelera del Centro Cultural El Foco.

Giro Negro de un tiempo para acá ha incluido la variedad de función nudista, en la que disfrutas del espectáculo en calzones o de plano encuerado, si el pudor no es lo tuyo. Para este tipo de noche (una al mes), te piden que lleves una mochila con una toalla y sandalias, aunque yo pude quedarme con los calcetines y tenis puestos sin ningún problema, por otro lado, entiendo que la toalla es para que las nalgas no salgan tan rasguñadas después de las poco más de dos horas que dura la pieza, por lo maltratado del forro de los asientos.

Quizás muchos ya saben que la idea de Giro Negro (Wilfrido Momox) es la de generar una sensación inmersiva de estar entrando a un bar oscuro, surrealista y altamente sexual llamado El Albatros, por lo que el lobby de El Centro Cultural El Foco se convierte en un preámbulo resguardado bajo luces infrarrojas y meseros cachondos que te orientan como quitarte las pertenencias y guardarlas en la barra mientras pides un trago. Durante y solo en las funciones nudistas, hay actores que te manosean como para ponerte en la temperatura necesaria.

Una vez arranca el espectáculo gay —después del número musical inspirado en un cover de Eugenia León a José Alfredo Jiménez—, un actor fortachón en atuendo leather recorre los asientos para cachondear a los asistentes con caricias, besos y a mí me tocó hasta una intensa sesión de sexo oral en primera fila, mientras la obra se fragmentaba en monólogos dispersos sobre historias de fracaso, números bondage de toque drags e interacciones con el público un tanto accidentadas. Mientras, el espectador observa la función dividido: entre los que se mullen en sus asientos sonrojados y quienes se masturban frente a todos, como en los mejores tiempos de los cines porno.

Durante el intermedio aproveché para ir al baño descubriendo que en el pequeño recibidor afuera del área de las butacas se había desatado una pequeña orgía gay en la que interactuaban el público y los actores de la obra que hacen a la vez de meseros y gogo dancers que te proponen tragos y fantasías durante el resto de la función que nunca supe averiguar si iban en serio, es decir, si había que pagar, o eran parte de la experiencia teatral, o sea gratos.

Giro Negro es más un pretexto escénico para desahogar el erotismo gay que una pieza teatral formalmente por lo que su contenido puede ser confuso, aunque cumple su cometido básico de fomentar la adrenalina sexual.

En las funciones nudistas predomina el público homosexual, pero la noche que fui, me tocó ver a un matrimonio aparentemente buga y la esposa en el algún momento subió al escenario para participar con los actores más musculosos por lo que si, podemos hablar de un espectáculo abierto para todo público, mayores de 18 años obviamente. 

Giro Negro sucede cada sábado a las 9pm, pero la función nudista (que recomendamos) solo un sábado de cada mes.

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Escrito por
Wenceslao Bruciaga

Detalles

Dirección
Precio
$300, función nudista $500
Horas de apertura
Sáb 9pm
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