Razones por las que amamos Young Royals de Netflix

A estas alturas se habla mucho de diversidad en los discursos y en las representaciones. Queremos personajes queer, queremos más complejidad en los personajes femeninos, y es válido y necesario. Pero. ¿todas estas historias deben ser siempre en los mismos países? Young Royals se desarrolla en Suecia, un país que, si bien no tiene la historia de opresión y racismo como los africanos, asiáticos o latinos, sí parece ignorado en muchos discursos. Nos enseña de forma sutil sus costumbres, sus vivencias. ¿Sabías que en invierno oscure a las 3 de la tarde y tienen apenas un par de horas de luz de día? ¿Cómo afecta esto a la historia de nuestros protagonistas? Es muy interesante de ver.

Una de las cosas que más me sorprendió ver fue que el coprotagonista es latinoamericano. Simón es de Venezuela, tanto el personaje como el actor Omar Rudberg. Hace un momento hablábamos de la urgencia de representación y creemos que este es un buen ejemplo. Un latino, moreno, con desarrollo y que se aleja de los estereotipos más dañinos. Claro que su familia sí tiene problemas económicos, pero de forma general nos agrada este personaje.

Algo muy interesante de los países nórdicos es cómo en las escuelas se juntan personas de todo tipo. En el mismo salón encuentras al hijo del florista con el del gerente de una televisora. En Young Royals pasa algo similar, si bien estudian en una escuela ultra especial y exclusiva, aún en esa escuela tienen la oportunidad de estudiar personas de bajos recursos económicos, como el caso de Simón. Normalizar esto hace algo increíble, combate el clasismo. Un mal que deberíamos discutir más en México y que en esta serie se retrata muy bien.

A más de uno les habrá pasado que los padres esperan grandes cosas. Les exigen tanto que les da miedo no cumplir con esas expectativas. Pero también sucede mucho que los padres cargan con problemas que les heredan inevitablemente y sin quererlo a sus hijos. Aquí se nota eso, vemos los problemas de los padres y cómo afectan a los jóvenes, y las expectativas que algunos les ponen. Ver los problemas y vivencias de los jóvenes, es algo que hace muy bien Young Royals.

Y claro que no por ser la última razón es la menos importante, de hecho, tal vez sea la mejor. El drama se va construyendo es imperdible. Tiene subidas y bajadas como una montaña rusa que nos hace adentrarnos en la historia. Y el que se vea involucrada la realeza le da ese toque extra que hace que nos termine de encantar. Es una historia de un amor aparentemente imposible, con dos jóvenes queer, que se aman y desean, pero con mil obstáculos al frente.