Poppers
Ilustración: Diana Urbano

Todo lo que querías saber sobre los poppers y no te atreves a preguntar

La famosa "droga gay" es amada u odiada por muchos, pero ¿qué onda con los poppers?

Escrito por
Wenceslao Bruciaga
Publicidad

Esta nota está siendo escrita bajo los efectos de una terrible cruda de poppers. Casi ocho horas después del último popperazo en una orgía gay, seguía con las uñas moradas, visión borrosa por un momento sentí que para la próxima orgía llegaría con un perro lazarillo y un silbido en el pecho muy de bronquitis. Por primera vez, en más de 20 años de estar inhalando esa chingadera, creí que estaba sufriendo una sobredosis de poppers, aparentemente imposible.  

No hay muchos estudios alrededor de los nitritos de amilo depositados en frascos ambar, de uso común entre los homosexuales para darle color al placer. En 2007, la revista The Lancet publicó un artículo coordinado por la Unidad de Farmacología de la Universidad de Bristol (Reino Unido), en el que ubicaba a los nitritos de amilo en el mismo espectro de las drogas legales de uso indebido; junto al alcohol, el tabaco y los solventes. Como alguna vez dijo el escritor Guillermo Fadanelli: los poppers son básicamente un chemo costoso.

Fue el doctor escocés Thomas Lauder Brunton quien en 1867 empezó a prescribir unas cuantas respiraciones para aliviar el dolor provocado por la angina de pecho por su capacidad para relajar los músculos, entre ellos los esfínteres: he aquí el punto. El efecto relajador que disminuye el dolor al momento de la penetración anal y la sensación de euforia efímera salieron a la luz y se popularizaron entre los homosexuales de Nueva York en los setenta.

Las cosas como son: se trata de una droga recreativa que en la cama te pone muy porno. La reacción de los poppers en el cuerpo dura entre 30 segundos hasta máximo dos minutos. Una vez que el vapor producido por este líquido volátil e inflamable es inhalado, aumenta la presión cardiaca que generalmente se traduce en ganas de risas. Ojo, hay marcas con fórmulas densas cuyo tiempo de efecto es el mismo pero la intensidad al momento de disminuir el efecto da la apariencia de una duración más larga.

Algunos de los efectos secundarios son dolor de cabeza, mareos y náuseas, por ello no lo deben usar personas con hipertensión arterial, problemas cardiacos o migrañas, tampoco debe ser consumido por personas con glaucoma. Que se te ponga la piel púrpura tiene que ver con la alteración en el sistema respiratorio.

Su estatus legal es ambiguo. Países como Inglaterra y Canadá han prohibido su venta en sex shops (los principales puntos de venta), amén por nosotros que lo mismo podemos encontrarlos en tiendas eróticas que en internet a precios que van desde los 300 y hasta los 600 pesos.

Sabías que...

En un principio, los poppers venían en ampolletas que al romperse hacían ¡pop!, de ahí el nombre actual.

No son considerados drogas porque no afectan al sistema nervioso central; sin embargo, se encuentran en un limbo legal. 

Algunas marcas contienen nitrito de isopropilo, sustancia que daña la retina. 

¿Dónde comprar poppers?

Gold Dreams
  • 3 de 5 estrellas
  • Gay y lésbico
  • Zona Rosa

Mucho antes de que la Zona Rosa fuera el músculo de arcoíris que es hoy, y mucho antes de los matrimonios gays y las sociedades de convivencia, Gold Dreams ya hacía de las suyas con todo lo que una sex shop puede ofrecer. Cuentan con una gran variedad de productos, desde lubricantes hasta complejos accesorios, lencería estilo Mötley Crüe y una dolorosa sección leather.

  • 3 de 5 estrellas
  • Shopping
  • Cuauhtémoc

Recién descubrí esta sex shop escondida en uno de los viejos edificios del centro (en el mismo piso gradué unos lentes por sólo 300 pesos, con todo y antirreflejante). Entré como cualquier persona entra a una sex shop: con gabardina, lentes oscuros y café en mano. 

Recomendado
    También te puede gustar
    También te puede gustar
    Publicidad