Platicamos con Zoe Joffre, activista, conductora y fundadora de "Somos Humanos".
Su trabajo se centra en el apoyo a las mujeres, especialmente a las mujeres trans, y en la promoción de la igualdad, el respeto y el reconocimiento de su valor más allá de la apariencia física. Lucha por el apoyo mutuo entre mujeres y aborda la violencia de género, valorando también el trabajo de las mujeres que la precedieron en la lucha por los derechos. Nos cuenta sobre su nueva alianza con American Eagle (AE), en el marco de la celebración Love For All, de la marca.
Sabemos que una de tus labores es capacitar a las personas heterosexuales, en temas de equidad, respeto, identidad y género dentro de una empresa, es una responsabilidad muy grande en ese sentido, ¿cómo son tus proyectos con AE?
El capacitar corporativos, empresas multinacionales, nacionales, centros de distribución, tiendas, para mí es una responsabilidad grande, pero por el cariño que le tengo a la marca y porque he colaborado con ellos, que han confiado en mí para sus eventos y campañas, les tengo un cariño muy especial y la responsabilidad es enorme.
Conozco sus valores y entiendo el compromiso real que tienen con la comunidad LGBTTTIQ+. El reto siempre es hacer que las personas reflexionen un poquito sobre por qué no somos empáticos con el otro. La idea no es ir a adoctrinarla o “transexualizar” a nadie; la misión es que tengan información certera, correcta y que ellos puedan tomar sus decisiones a través de la información.

¿Para ti qué es lo más importante en una capacitación y qué le dejas a la organización como parte de la comunidad LGBTTTIQ+?
Este tiempo he aprendido que la meta es que nos veamos como iguales por lo que nos une, dejando diferencias de lado. De inicio, cuando alguna empresa ve que se trata de diversidad, ya saben qué nos diferencia, por quién se siente atraído y cómo se identifica o qué género expresa cada persona. Lo importante es ir a descubrirnos iguales en estos talleres.
Entender qué nos acerca como seres humanos, porque al final la meta es que nos veamos como iguales y que las y los miembros de la comunidad puedan sentirse en un espacio seguro. Me gusta que la gente pueda hacer todas las preguntas necesarias, porque a veces no discriminamos desde el odio, sino desde la ignorancia.
Entonces tener un espacio en donde pueden hacer todas las preguntas que quieren, en donde pueden expresarse sin miedo a equivocarse y que hay una persona que recibe esa duda y se las resuelva con el mayor amor posible para nosotros, va a ser como la meta. En American Eagle han entendido y adoptado esa filosofía, por eso me gusta colaborar con ellos.
¿Qué esperas de esta nueva etapa colaborando con American Eagle?
Lo importante siempre es aprender juntos. Yo voy y trato de sembrar una semillita porque creo que las empresas tiene la responsabilidad de dignificar a las personas, en el caso de las personas trans creo que se trata de un trabajo con un pago justo, alcanzar puestos en toma de decisiones y normalizar la presencia de todas en el día a día. Cuando las personas aprenden y se educan, es cuando se genera un proceso interno que crea estos espacios donde las personas trans y de la comunidad no van a ser, ni acosadas, ni violentadas y van a poder desarrollarse como cualquier otra.
Es ahí donde en empresas como American Eagle van a poder explorar sus habilidades, entrar al mundo laboral formal, que pienso que una vez que la comunidad entre de lleno al acceso a educación y al trabajo formal, probablemente la historia va a cambiar. Por más campañas que hagamos o por más color que saquemos en Pride si no se dignifica con trabajo a las personas, la situación nunca va a cambiar. Pero aquí vamos juntos y ellos han confiado en mí, por eso me encanta la marca.

Como profesional, activista y fundadora de la ONG “Somos Humanos”, ¿qué sigue para ti?
Mi labor y lo que yo trato de dejar en el mundo, esa semilita, es abrir puertas para que otras personas las ocupen. A lo mejor no me emociona estar en un escritorio detrás de una compañía o hacer una campaña global, mi misión es abrir puertas. Preparar el espacio para que otras lleguen y ocupen de manera segura, digna y profesional espacios y que tengan esa oportunidad que yo tuve. Deseo que muchas otras lo logren y esa es la meta de esta nueva colaboración con AE.
Lo más importante que he aprendido en este trayecto es que tienes que hacer las cosas con amor; suena cliché, pero es real. El amor que yo tengo es de dentro hacia afuera. Desde los ocho años, Zoe tenía incertidumbre sobre qué iba a ser su vida, a qué se iba a dedicar. Tenía claro que, si decidía ser yo misma, el futuro era incertidumbre.
Pero quiero animar a otras mujeres al abrir estas puertas, romper esos techos y dejar el espacio para que alguien más lo ocupe. No dimensionamos en ocasiones cuántas vidas podemos cambiar solo con la voluntad. Por ejemplo, en lo laboral me di cuenta de que a mi alrededor había gente que veía talento en mí y que tuvo la voluntad de escucharme y apoyarme.
Eso me dejó la enseñanza de que se necesitaban replicar en otros espacios laborales, el reto hoy es que no se trate solo de una, sino de todas. Que la lucha se trata de las generaciones que vienen detrás para que esta puerta ya esté abierta.
