Capo, cantante, compositor y productor originario de Tijuana, México, lanza “Cuático”, sencillo que forma parte de su próximo EP. A lo largo de su carrera ha publicado cuatro discos de estudio: Un corazón se quema (2010), Florecer (2013), Navegantes (2016) y No soy un Celta (2021).
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Su propuesta mezcla rock con tintes western y dream pop. Aunque su proyecto nació en la CDMX, Capo integra influencias del norte del país con guitarras acústicas, synths y melodías de tono surrealista. Temas como “Es Natural”, “Qué”, “Fantasma” y “Dispara” reflejan esa mezcla de estilos.
Tras una pausa, David “Tito” Vargas retoma el proyecto con nuevas canciones y un EP titulado Lo-Fi Collection, previsto para 2025, que incluye temas inéditos y algunas reversiones de su discografía anterior.
De esto, conversamos con él:
¿Cómo ha sido el proceso creativo durante estos cuatro años después de la salida de No soy un Celta?
Es un disco que trabajé con Adrián, quien siempre fue el baterista de Capo, y con Vicente. Al final, Vicente decidió salirse de la banda. Yo continué con el disco, estuve haciendo ruido un rato, pero se me atravesó la pandemia. Fue complicado porque mucha gente ya no estaba tan involucrada en la música, y eso fue cambiando un poco la escena. Me costó promocionarlo bien. Luego me aventuré con una rola que está en este nuevo EP, que se llama “Pedacito”, y ahora presento esta nueva que se llama “Cuático”. En este disco busqué un sonido diferente, otras esencias, puliendo el arte de mezclar. Es un reto lograrlo. Me traje mi estudio aquí a Tijuana, estoy cerca de la playa y prácticamente eso fue mi inspiración.
Durante este proceso, ¿qué surgió primero, la melodía o la letra?
“Cuático” surgió a partir de una estructura armónica. Literalmente fue piano y voz, eso fue lo primero que salió. De ahí vino la historia. Me senté en el piano, y ese arreglo me inspiró la letra. Así fue el proceso para esta y las demás rolas. Siempre he compuesto con guitarra acústica, pero esta vez el piano me ganó.
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¿Qué hay de las historias de estas nuevas canciones que conformarán el EP?
Pues… la verdad es que son de amor y desamor. Siempre he sido así al componer. Hablan de esos amores que se quedan para siempre, güey. Por más que quieras olvidarlos, ahí están. Por eso en la canción se dice: “cuático es el mundo”. Es una palabra chilena que me gustó mucho y la adopté. Cuando compongo, improviso un poco. Como cuenta la historia, no sabes cuándo vas a volver a encontrarte con esa persona, y las cosas resurgen. “Pedacito”, aunque no existió esa persona, se volvió mi musa. Y así son las referencias en mis canciones (risas).
Curiosamente, Navegantes fue el último disco de Capo con una tripulación más amplia de músicos…
Es que en ese momento sí éramos unos navegantes. Es padre cuando hay una tripulación haciendo música junta, pero a veces no se puede, y terminas siendo el único en ese barco.
¿Fue casual que el disco se llamara Navegantes?
La idea fue de Adrián, el baterista. Él propuso el nombre porque sentíamos que éramos los únicos que llevábamos ese navío. De ahí salió. Literalmente éramos los navegantes, y ese disco nos dio muchas oportunidades. Creo que es el que más le ha gustado a la gente.
De forma creativa, ¿sueles recurrir a otras herramientas como la literatura para inspirarte?
Sí, recurro mucho a la literatura. Cuando me siento frío o me falta poesía, paro y leo un rato. Alguna frase de algún libro, o escucho música. Me apoyo mucho en eso también. Uno se inspira de lo que ve, escucha o siente; todos los músicos nos inspiramos de los grandes.
Ahora, en esta etapa, ¿quién conforma Capo? ¿Estás solo o te acompañan otros músicos?
En este momento, yo represento a Capo. Aunque desde hace un tiempo estoy haciendo una modificación artística. Capo empezó como grupo, pero ahora soy solo yo. Inició conmigo y con Adrián, luego con Vicente Jáuregui, pero cada quien tomó su camino y me quedé solo otra vez.
¿Este proceso te dejó mucho como músico y artista?
Claro. Aventarte a hacer cosas distintas te deja mucho. En este disco experimenté emociones y me dejé llevar, me solté, me quité prejuicios. Grabé todos los instrumentos, y el piano fue la musa principal.