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[title]Diego El Cigala cruza la frontera y le canta al pueblo mexicano, mezclando bolero, ranchera y canto hispánico. José Alfredo Jiménez, Manuel “Wello” Rivas, Consuelo Velázquez, Alfredo Gil y Armando Manzanero son algunos de los compositores presentes en el álbum Cigala Canta a México. Un regalo para todos los que amamos este país, sus canciones y el tequila.
El Cigala tendrá una gira por la República Mexicana, pasando por el Auditorio Nacional el próximo 5 de mayo de 2022. En la antesala de escucharlo cantar en el gran recinto de la CDMX, Diego nos platicó de su pasión, el flamenco y las rancheras.
¿Qué le viene a la cabeza cuando piensa en México?
Alegría. Fiesta.
¿Cuáles fueron sus primeros acercamientos a la música mexicana y de dónde surge la idea de hacer este disco?
Cuando yo era un chamaco de 10 años, jugaba al balón en el parque de la Corrala donde nací y me crié. En una ocasión, unos mariachis llegaron a poner un busto de Agustín Lara –que todavía está ahí–. Ese fue mi primer contacto. Cuando vi los trajes y escuché su música, me enamoré. Ahora, cada que voy a México visito Garibaldi. Tuve el honor de acompañar a Chavela Vargas durante su estancia en Cuernavaca. Siempre voy a tener presentes los consejos de esa mujer. Ella fue la que me dijo que al bolero y al ranchero les iba muy bien mi manera de cantar. Y le tomé la palabra. Siempre lo he hecho con miedo, pero sobre todo con mucho respeto, porque gracias a México es que Latinoamérica me conoce. Ustedes fueron mi puerta grande y yo tenía que hacer este tributo a su país. A la manera de Cigala.
¿Cree que la fusión es el futuro de las diversas expresiones artísticas?
No creo. Al flamenco ya lo dejaron hecho los grandes del género. El flamenco es flamenco y no necesita nada más. A mí me hubiera gustado ser más erudito de la música mexicana, pero entonces hubiera perdido la parte de Cigala. Cuando estuve con Vicente Fernández –que en paz descanse– en Los 3 Potrillos, comiendo, me dijo: “Diego, canta lo que sientes y expresa lo que eres, gitano, flamenco. Va a quedar bien en tu voz porque sabes transmitirlo”.
¿Cree que los matices de su voz transmiten ahora cosas más profundas que en 1994, cuando inició su carrera?
Sin duda. Tiene que haber una vivencia. No se puede cantar haciendo zapping en un sofá. Conforme pasan los años uno va cogiendo sabiduría… y canas. Pero sí, me gusta más ahora mi voz que antes.
Dice la “Canción de las simples cosas”, que por cierto usted interpreta de manera magistral, que “uno vuelve siempre a los viejos sitios en que amó la vida”. ¿Es importante para usted volver al flamenco puro?
Estoy en ello. Es una sorpresa que le doy a todos los mexicanos ahora mismo. Estoy metido en el estudio, trabajando en un disco de flamenco. Guitarra, palmas y percu. Nada más. Un álbum flamenco, flamenco, flamenco. Necesito acordarme ya de Paco, de Camarón y de mi tío Farina.