Carnaval de Bahidorá 2020 en las Estacas
Foto: Cortesía Carnaval de Bahidorá

Iñigo Villamil, director del Carnaval de Bahidorá, nos cuenta sobre los 10 años del festival

La edición 2022 celebrar el regreso después de la pandemia, además de su primera década

Gil Camargo
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Gil Camargo
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Todavía recuerdo mi primer Bahidorá. La verdad no estaba muy convencido de viajar hasta Las Estacas para un festival, pero unos amigos me convencieron y viajamos hasta allá solo para ver a CocoRosie. Nunca me imaginé lo que viviría; aquí la música, la locación tropical y la energía entre los asistentes creó una de las mejores experiencias que se pueden vivir en México, en la que actividades tan sencillas como caminar de un escenario a otro, pararte a comer, sentarte a ver el río, nadar o solo recostarte en el pasto, se convierte en un gozo.

A 10 años de su primera edición, el Carnaval de Bahidorá se convirtió en un evento imperdible, que año con año nos sorprende con su line up, sus instalaciones artísticas y con todas sus acciones para cuidar el medio ambiente. Tristemente no pudimos disfrutar del llamado Bahidorá el año pasado, pero su próxima edición —del 18 al 20 de febrero—  promete ser una de las fiestas del año. Aquí lo que nos dijo Iñigo Villamil, director del Carnaval de Bahidorá, sobre el regreso.

Recomendado: Carnaval de Bahidorá 2022.

¿Cómo impactó al festival el COVID?
Fuimos muy afortunados de que pudiera suceder Bahidorá en 2020. Esquivamos la bala por unas semanas, pero cuando pasó lo del COVID lamentablemente tuvimos que cerrar el changarro. En 2021 quisimos explorar la posibilidad de hacer el festival pero fue muy complicado porque había mucha incertidumbre. Pensamos en hacer una versión reducida o una digital, aunque esta última la descartamos muy pronto porque Las Estacas y la energía de estar juntos es irremplazable.

Para 2022 seguimos siendo escépticos. Normalmente nosotros comenzamos a planear un Bahidorá tan pronto termina el anterior y en este caso nos esperamos hasta agosto, o incluso septiembre. Pero a la hora de la hora, todos se han puesto la camiseta y han hecho un gran esfuerzo por organizar el proyecto.

¿Cuáles son los retos para la próxima edición?
Dependemos mucho de la participación de la gente. Nosotros pondremos lineamientos y condiciones de acceso —carnet de vacunación completo o prueba COVID de menos de 72 horas— pero una vez dentro, sólo podemos hacer recomendaciones sobre el uso de cubrebocas y la aplicación de gel antibacterial. Ahora, en el pasado nos ha dado muy buenos resultados hacer recomendaciones con un mensaje adecuado. Me refiero al programa de sustentabilidad que tenemos y a la invitación que hacemos al público de cuidar el espacio. A lo largo de los años nuestro público ha madurado con respecto a eso y hoy, Bahidorá es un festival muy limpio. El gran reto con el COVID es el mismo, solicitar la participación de la gente y contagiar a nuestro staff de esa responsabilidad.

Las tendencias de COVID van a la baja y la vacunación va a la alza. Eso nos da la confianza de que pueda suceder el evento sin mayor riesgo para los asistentes. Las políticas de cuidado no sólo son durante el festival, sino también durante las semanas previas. Nos tenemos que comprometer todos los días.

Este ya es su décimo aniversario. Hasta ahora, ¿cuál ha sido tu momento favorito de Bahidorá?
Uno de mis shows favoritos de Bahidorá fue el primero, un dúo mexicano llamado Verano Peligroso compuesto por Esa Mi Pau y Gil. En esa edición tocaron también CocoRosie, Astro y varios DJs. Éramos muy chavos los que estábamos haciendo el festival y queríamos algo que se asemejara a los festivales que habíamos visto en el mundo. Veníamos de experimentar y queríamos hacerlo ahora con nuestra gente. Lo planeamos con muy poca experiencia y de repente ya estábamos en el carnaval y se escuchaba de pelos. Era mágico. Nos dimos cuenta que habíamos creado algo muy lindo que podía trascender.

¿Hay alguna banda que no han podido traer por cuestiones de agenda o logística?
Muchas. Para llegar a un cartel final de 40 artistas necesitas buscar y conversar con 200. No es contratar a los artistas que se te ocurren primero, sino los que tienen más sentido. Nosotros curamos el carnaval pensando en cada momento del día, en generar una atmósfera para cada espacio.

¿Alguna banda súper ruidosa, que le hayan tenido que bajar porque se escuchaba en todas Las Estacas?
No es lo mismo el escenario principal a las 9pm del sábado, que el asoleadero a las 10am del domingo. Nos ha pasado que a las 10am del domingo ponemos a un DJ que de repente toca muy fuerte y nos damos cuenta que son las 10 am. No corresponde. De la misma forma nos ha pasado que el festival está a tope, con muchísima energía y de pronto ponemos a una banda muy suavecita.

¿Hay alguna edición a la que le tengas mucho cariño?
Está difícil eso de tener preferencia con tus hijos y querer más a uno que a otro. No puedo contestar la pregunta pero sí puedo decir que hay momentos muy bonitos en la evolución del carnaval. Personalmente, abrir nuevos espacios ha sido muy importante, porque empezamos sólo con un escenario. El segundo que abrimos fue el que ahora llamamos El Amate, porque está a lado de un Amate, un árbol precioso que dicen que tiene más de mil años. Ahí se toca música electrónica y a mí me gusta mucho, particularmente el estilo que traemos a Bahidorá, más underground. Con ese escenario se abrió una nueva dimensión. Luego abrimos La Estación y con él, otra dimensión de música afrolatina y urbana. Luego el del viernes por la noche, El Umbral. Siempre traemos a colectivos invitados que curan ese escenario y este año tenemos a Tresor Berlin, un club fantástico. Cada nueva edición del carnaval sentimos que es mejor porque tiene todo lo anterior... y un poquito más.

¿Hacia dónde va Bahidorá? ¿Cuáles son las metas a largo plazo?
Nos gustaría que el carnaval durará, al menos, otros 10 años. Personalmente me gustaría que hubiera más música, más diversidad y más arte, afinar la curaduría y la producción. Hacia el futuro nos encantaría que las personas y grupos que son responsables de estos espacios se involucren y hagan más suyo el carnaval. Hay muchas posibilidades, por ejemplo queremos diseñar distintos campamentos y que cada uno tenga su propia personalidad. Nunca nos cansamos de imaginar qué más hacer.

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