Ternura radical sería decir muy poco para intentar explicar ¿Dónde está Arte?, de Ekaterina Álvarez. Y es que en cada una de sus páginas esboza un amor incontenible por los museos, las infancias, y las mascotas. Nos comparte su visión sobre cómo acercar a los niños y niñas al mundo de los museos y el arte, usando la imaginación, el juego y la escucha atenta.
“Yo quería que las infancias se aproximaran a los museos de una manera muy divertida, se puede decir desde lo lúdico,” explica Álvarez, quien busca que el arte deje de ser una experiencia rígida para los niños y se convierta en una aventura.
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La historia es sobre Otta, quien se lanza en una búsqueda por su perro, Artemio (o como le dice la niña: Arte) en los grandes museos de la CDMX como el Castillo de Chapultepec, el Palacio de Bellas Artes, el MUNAL y el MUAC. En el camino pregunta a distintos y divertidos personajes si “Han visto a Arte”, dándole cada uno su idea de lo que era la disciplina artística, pero dejando confundida e insatisfecha a la pequeña que solo busca a su amigo.

Para Ekaterina, romper el hielo con los museos no sólo implica el contacto con las obras, sino también con las personas que los habitan: “Siempre les digo a los niños: háblenle al vigilante. No son malos. Son personas increíbles que ven una obra ocho horas al día. ¿No les da curiosidad saber qué piensan?”
Esta conexión íntima con los museos se remonta a su infancia: “Mi mejor guía en los museos fue una amiga de mi mamá. Jugábamos a que yo era un perro. Me hacía bromas. No he olvidado ni una de esas exposiciones.” De esa experiencia nace una de sus grandes lecciones: “El acompañamiento cambia todo. Que alguien te lleve al museo y juegue contigo hace toda la diferencia.”
Sin embargo, Álvarez advierte que aún queda camino por recorrer: “Los museos deben escuchar más. Decimos que queremos dialogar, pero todavía no los hemos escuchado de verdad.” Esta reflexión está muy ligada a su respeto profundo por las infancias, quienes deben tener su propio espacio para explorar y comprender el arte: “No subestimo a las infancias. Al contrario: busco que descubran a su manera, sin que nadie les imponga el sentido de una obra.”
Sobre la elección del xoloitzcuintle como guía en su historia, Ekaterina comenta que “una vez me dijeron: escogiste al xoloitzcuintle porque es guía en el inframundo. Y sí, es una guía también en este viaje.” Esta figura canina también tiene un significado personal: “Los niños se emocionan muchísimo con el perro. Este libro está dedicado a mis perritas: Limonada y Mandarina.”
La autora destaca la recepción de su obra entre las infancias: “Me han invitado a muchísimas escuelas. Me hacen preguntas que a mí ni se me habían ocurrido.”
Finalmente, Ekaterina resume el sentido profundo del viaje de Otta: “Cuando ella encuentra al perro, no solo termina su búsqueda, también empieza a entender un poco eso que le llaman arte.”
Alfaguara Infantil, Ekaterina Álvarez. $149.

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