[image]
[title]¿Qué tanto puede ofrecernos un mundo totalmente blanco? A partir de esta premisa se desarrolla White, una obra de teatro para niños, que poco a poco se llena de color. La puesta en escena estará en la Ciudad de México con una breve temporada y al respecto platicamos con su creador, el artista inglés Andy Manley.
¿Cómo surgió la idea de crear este show?
Vi en una revista de diseño una jaula muy blanca sobre un fondo muy limpio y me puse a pensar qué sucedería si el color existiera en esa imagen en específico. Desde allí comencé a pensar la obra; no podría decir que empecé a escribirla, porque esta puesta en escena no fue escrita, sino que fue concebida desde la creación misma de la escenografía, de qué pasaría si se agregara tal o cual color.
¿Qué tanto de la obra consideras que retienen o entienen los niños?
Es una obra que fue concebida para ellos. La obra posee un tipo de comunicación pensada en los niños.
Al ser una producción inglesa, ¿la lengua es una barrera para el público de habla hispana?
No lo creo en absoluto. White es una obra con muy poco texto y, en general, lo que usamos para comunicarnos en ella son elementos universales: el color, la música, los movimientos del cuerpo, las expresiones que a diario vemos cuando estamos felices, tristes o sorprendidos.
¿En qué momento decidiste hacer teatro para niños?
Trabajaba como actor independiente antes de participar en esta propuesta para niños de dos años. En 2010, estaba en la Catherine Wheels Theatre Company haciendo teatro para chicos de cinco años en adelante y fue entonces cuando nos dimos cuenta de que no existía una oferta para este público más pequeño en edad.
Junto a la compañía Catherine Wheels Theatre Company decidimos desarrollar un proyecto que involucrara elementos vistosos que funcionaran para los niños más pequeños. En consecuencia, esa universalidad de lenguaje es lo que nos ha permitido presentarnos en diferentes partes del mundo sin que el idioma sea un problema.
¿Seguirás haciendo teatro para niños?
Me gusta mucho trabajar para este público, pero hay que dejar reposar los proyectos y tomar distancia entre cada uno, porque existe el peligro de repetirlo y no de hacer algo novedoso. Trabajo tanto en espectáculos con adultos como con niños.
Vimos que White se trasladó a las tabletas en forma de app.
Al final de la obra, el público se quedaba con ganas de más, así que decidimos crear algo que les permitiera, de alguna manera, llenar ese vacío. La White app, aunque es una aplicación totalmente independiente de la obra, permite a quien la utiliza continuar con el show. Me parece que es algo que permite continuar el juego de una manera creativa.