Ms. Marvel cómic bajo presión
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Ms. Marvel: bajo presión encontrar lo genuino del concepto super

Un cómic que retrata perfecto la esencia de Ms. Marvel

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Después de 60 años, vaya que sigue funcionando el concepto Spiderman creado por Stan Lee. A partir de la que fue la gran premisa de su trabajo, y sobre la que construyó aquel célebre sello Marvel, que revolucionaría el mundo de los cómics. Esa que tenía como consigna el que en sus historias las personas que portan las habilidades extraordinarias, son tan importantes como las que no. La cual llevó al ya mencionado “arácnido” a que, a la par de las batallas con los supervillanos, se sumergiera en dramas escolares, románticos y laborales, para consolidarse como la representación del más humano de los superhéroes. 

Y es que tales lineamientos que atienden la cotidianidad, son sobre los que hoy se sustenta Ms. Marvel, uno de los personajes más interesantes y refrescantes del universo al que pertenece. A menos de una década de haber surgido en Captain Marvel #14, como una clara respuesta al más que justo y necesario reclamo de inclusión, ha ido más allá de la simple intención editorial o comercial de montarse y aprovechar las tendencias. Se ha convertido en un producto de entretenimiento multicultural con sólidos modelos de equidad y representatividad.

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Un ejemplo de ello es Bajo Presión, título publicado en México por Panini Cómics, donde aunque el conflicto de la aventura detona desde el entorno Avenger, dado que nuestra protagonista entrena como parte de la nueva generación del equipo -junto a Miles Morales y Chica Ardilla-, esta es llevada al interior del núcleo familiar, haciendo tan grande el reto de responder a las expectativas de unos padres amorosos, pero también estrictos debido a su empeño de mantener sus tradiciones a pesar de encontrarse en un país diferente al de sus raíces.

Como el de enfrentar los ataques de un coloso cibernético y descubrir a quien obedece. Claro, tiene el agregado de que ella pertenece a un hogar musulmán, lo cual puede llevar a estereotipos y literalidades irrespetuosas; sin embargo, gracias a que la guionista Nadia Shammas trabaja desde una genuina sensibilidad y la naturalidad de la mirada juvenil íntimamente ligada a la cultura pop y el impacto de las redes sociales, aunado al arte de pinceladas evocadoras y lúdicas de la también musulmana Nani H. Ali;  la propuesta se aleja por completo y con ligereza de los estereotipos y el costumbrismo. Esto para lucir un espíritu multicultural asumido y presentar la diversidad en las estructuras familiares, normalizando convenciones y reflexionando sobre el cariño y los motivos detrás de tales exigencias, así como los mecanismos de entendimiento entre el mundo adolescente y el adulto.


Cómo una curiosidad extra, la amenaza criminal en turno representa con el encanto de la simpleza y leves toques de ironía, el choque entre lo análogo y las nuevas tecnologías, recordándonos un poco aquella historieta mexicana llamada Zor y los Invencibles, que por los 70 llegaba al mercado en formato “mini”, y presentaba a un grupo de niños acompañados de un pequeño robot que de aparentar ser un juguete, aumentaba su tamaño para ayudarles a enfrentar el mal. Sin duda un agregado de nostalgia que hace que lo que evidentemente es una obra de corte infantil, divertida e inteligente, pueda ser una pequeña y entrañable sorpresa para el lector mayor que decida acercarse a ella.

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