Ilustración del cómic Strange Fruit
Ilustración: Cortesía Panini Comics

Rockstar Comic: Strange Fruit, el racismo y el otro superhéroe

Strange Fruit, un cómic que elabora una descarnada exposición de la segregación a distintos niveles.

Escrito por
Jesús Chavarría
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Si se trata de hablar de los acercamientos más sugestivos e inusuales con respecto a la estigmatización y la intolerancia que nos ha ofrecido en los últimos años el campo del entretenimiento, tales como la novela The Plot Algainst America de Phillip Roth —perturbadora ucronía sobre un Estados Unidos pactando con Hitler durante la Segunda Guerra Mundial— o Lovecraft Country de Matt Ruff —insólita mezcla de géneros que emparenta lo social con lo sobrenatural—, es necesario hablar de la poco referida, pero no por ello menos interesante, Strange Fruit.

Escrita por J.G. Jones (Wanted, Wonder Woman: The Hiketeia) y Mark Waid (Kingdom Come, Superman: Brrthright), se trata de una miniserie en cómic que retoma rasgos que han definido las distintas etapas del concepto del superhéroe. Éstas van desde su origen como una representación del ideal al que aspiraba el ser humano —con DC cómics y Superman como precursores—, pasando por ese momento en que empezaron a tomar importancia no solo los superpoderes, sino las personas que los portaban —tendencia consolidada por Marvel—, hasta llegar a las tramas en donde se da prioridad al punto de vista del ciudadano de a pie —dígase Marvels de Alex Ross—. Todo esto para elaborar una descarnada exposición de la segregación a distintos niveles.

El escenario de Strange Fruite es la pequeña comunidad de Chatterley, en Mississippi, días previos a la Gran Inundación de 1927, catástrofe que se convierte en una trágica metáfora del resquebrajamiento de la ya de por sí desigual convivencia social. A la par de que el río se desborda irremediablemente, los ánimos de los pobladores están a punto de estallar, un niño desaparece y llega un poderoso ser caído del cielo; todo esto es el detonador final.

Aquí no hay capas, ni máscaras u otro tipo de trajes estrafalarios, solo una infame bandera confederada que sirve irónicamente de improvisado ropaje para cubrir la desnudez de un enorme sujeto, cuyas habilidades extraordinarias le convierten en el silencioso punto de encuentro entre el sacrificio y la empatía, con los prejuicios y el discurso de odio normalizado.

Pero hay algo más, y que es lo que le da el mayor sustento a la propuesta de Strange Fruit. Nos referimos a los pequeños detalles que llevan a algunos de los personajes más allá del cliché, y las situaciones al margen que dan pie a diálogos que exponen los matices del racismo, incluyendo tanto aquel que vocifera y se manifiesta violentamente, como el que acompaña las buenas intenciones. 

El arte pictórico y estilo realista realizado por el mismo J. G. Jones, se convierte en otro de los principales atractivos, equilibrando el dramatismo de las composiciones con cierto aire a la épica propia de las aventuras de superhéroes, con una elaborada reproducción de la época. También se destaca su epílogo en formato periodístico que refleja el desencanto ante lo injusta que llega a ser la versión oficial de la historia.   

Strange Fruit fue publicado originalmente post BOOM! estudios, y es traído a México por Panini Cómics. Sin duda una opción para aquellos que se acercan por primera vez a los cómics, o aquellos ya iniciados que buscan algo más que entretenimiento.

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  • Qué hacer

Si bien para alcanzar el éxito, la serie Riverdale apostó por los lineamientos de fórmula correspondientes al drama juvenil y el suspenso con aire a telenovela, conservando únicamente los nombres del cómic que toma como base, al menos eso sirvió para que este terminara de consolidar una necesaria reinvención, la cual ya venía empujando desde unos años antes y que no terminaba de llevar hasta sus últimas consecuencias.

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