Ruta de la muerte en la CDMX
Lugares en la Ciudad de México con historias sobre la muerte

Sí ya visitaste los Panteones de la CDMX te invitamos a recorrer estos lugares que nos recuerdan que la muerte es un elemento constante en unesta vida. Por algo amamos el Día de Muertos.
Plazas, calles y hospitales en la CDMX
Plaza de las tres culturas
Es difícil olvidar la escena en la que la actriz María Rojo se asoma por una ventana del edificio Chihuahua y grita: “¡Los están matando!”. El filme Rojo amanecer nos traslada a la matanza de estudiantes el 2 de octubre de 1968. El escenario de este acontecimiento fue la Plaza de las Tres Culturas. En este sitio, pero en la época colonial, también estuvo el mercado tlatelolca, que fue visitado por Hernán Cortés días antes del enfrentamiento que diera muerte a cerca de 40 mil indígenas. Lo que hoy en día continúa erigiéndose como uno de los principales conjuntos habitacionales y una zona arqueológica de la ciudad, desde siempre ha tenido una historia ligada a la muerte y al sacrificio humano. Su nombre lo recibe por la unión de tres momentos históricos: el prehispánico (con las ruinas mexicas), el colonial (por la Iglesia de Santiago Tlatelolco) y el contemporáneo (con la Torre de Tlatelolco construida en 1966).
Archivo General de la Nación
La calle de la Buena Muerte
Lo que hoy es la calle San Jerónimo, que colinda con el Metro Pino Suárez, en su momento fue la calle trasera del Convento de San Camilo, en la cual, entre 1756 y 1861, habitó la orden religiosa de los camilos. Su encomienda era el auxilio a las personas desprotegidas, enfermas o moribundas. Si bien sólo queda la fachada ondulada e imponente del convento, también permanece la memoria grata sobre la buena muerte que los camilos brindaban a los necesitados, gracias a los vecinos que han pasado la historia de generación en generación.
Hospital Juárez
“¡Al menos yo no la he visto!”, dice una vigilante del Hospital Juárez cuando se le pregunta sobre la leyenda de La Planchada, mote que recibe un fantasma cuya presencia resulta fundamental para aquellos enfermos que, por alguna razón, son desatendidos por sus respectivas enfermeras. Se dice que se llamaba Eulalia, que era guapa y, sobre todo, que portaba impoluto su uniforme blanco de enfermera. Un día llegó al hospital el guapo y arrogante doctor Joaquín y ella se enamoró, y aunque él coqueteaba con las otras enfermeras, le prometió boda. Y enseguida Joaquín se casó, pero con otra mujer. Al enterarse, Eulalia cayó en depresión. La joven murió en el mismo hospital. Desde entonces, se cuenta sobre enfermeras que por descuido olvidan darle su medicina al paciente y, cuando recuerdan hacerlo, ésta ya ha sido suministrada, en palabras del paciente, por la enfermera rubia de bata blanca y sin ninguna arruga.
Templo Mayor, museo y zona arqueológica
Parque Delta
Fue el terremoto del 19 de septiembre de 1985 lo que dotó al antiguo Estadio de Beisbol (donde hoy se ubica el centro comercial) de la atmósfera lúgubre por la que aún hoy se le recuerda. Tras la destrucción del multifamiliar Juárez, a un costado del Centro Médico, el IMSS habilitó el estadio para alojar allí a los cadáveres. Se dice que aproximadamente 2,500 cuerpos fueron tendidos a lo largo del campo para que fueran reconocidos por sus familiares.
Campanario de la Catedral Metropolitana
La Casa De Don Juan
La Casa De Don Juan ofrece WiFi gratuita en todas las instalaciones, admite mascotas y se encuentra en la Ciudad de México, a 5 km del centro.El establecimiento dispone de cocina compartida.La Casa De Don Juan está a 5 km del centro ceremonial de Tenochtitlan y del Templo Mayor y a 2 km del aeropuerto Benito Juárez.
El Palacio de las Máscaras
Fue fundado hace 60 años por el marino Eugenio Sosa Rodríguez. En esta casa porfiriana de La Lagunilla se exhiben en 15 salas más de 4 mil 500 máscaras de los más diversos materiales y signifi cados. Se presume que en toda la galería no hay una máscara igual a otra.
Cantina La Peninsular
Después de que El Nivel cerrara, La Peninsular se convirtió en la cantina más antigua de la ciudad, con sus puertas abiertas desde 1872. Su barra mide más de seis metros de largo y, además, es famosa porque fue escenario de la película El callejón de los milagros.