La Narvarte continúa dando pelea para convertirse en el nuevo hotspot del DF, y el recién inaugurado Negro Menta Café quiere entrar a la competencia. Aquí no encontrarás las pretensiones de los cafés de especialidad, pero mantiene esa imagen trendy que ha imperado en las casas de café recién abiertas de nuestra ciudad.
“El café es de Chiapas” fue la única aseveración que recibí de la barista. Probé un capuccino que rondaba las fronteras del latte. Algo que me resultó extraño, pues en el interior del lugar hay un pizarrón con coloridos y detallados esquemas que diferencian a un americano de un espresso o un capuccino. Faltaría una nota de que el auténtico chai no es el polvo que venden en el pasillo 7 del súper.
Eso sí, hay una estrella en la casa: el negromenta, un affogato que lleva helado de chocomenta con un shot de espresso. Olvídate del postre y cámbialo por esta bebida redentora.
Hablemos de panes. Me hace ojitos un cuernito cumplidor relleno de nuez. Es pequeño, por lo que reta tu fuerza de voluntad para evitar comer otro —u otros— más. Pero si decides mandar al diablo la dieta (lo vas a hacer con el affogato de todas formas), pide un brownie, receta de la casa, seductor en aroma y aguantador de varias sopeadas. Para los de gusto salado hay bagels y sandwiches.
Aunque lleva poco tiempo, Negro Menta ya no sólo es favorito de los vecinos sino también de sus perros, pues es totalmente pet-friendly.
Sin embargo, aunque es cierto que hay que dar una oportunidad a lo nuevo, por ahora Negro Menta Café se queda un poco verde menta. Aunque destaca el affogato como nota principal, sus notas secundarias dejan que desear. Esperamos que en el futuro su oferta de café mejore.