No se puede negar que hay una ola de cafeterías de especialidad brotando en el centro de la ciudad. Muy cerca del metro Juárez fui a conocer una que cumplirá con tus sueños más “asterik”. Aunque el local no es grande, todo está perfectamente distribuido para hacerlo cómodo y luminoso gracias a su gran ventanal. Sobre todo, este lugar llama la atención desde la fachada del histórico edificio tipo art-decó, en armonía con el estilo pulcro y redondo de la cafetería.
¿Quién podría estar detrás de este espacio sino arquitectos y fotógrafos? El concepto fue creado por la arquitecta Marcela Segovia, el diseñador Ramses Viazcán y el fotógrafo Zaickz Moz como hermano de Otrostudio, cuya sede está cruzando la calle de Otrocafé.
Excelente la vista, pero faltaba el gusto, así que hablemos del café. Luego de instalarnos junto a la ventana, pedí un flat white y mi acompañante un latte que demostraron que la calidad del café también es una de sus preocupaciones. Antes de entrar, ya le había echado ojo a la panadería, colocada cerca del ventanal para que atrape la mirada de los transeúntes. Ambos panes fueron una gran elección, pero nuestro favorito fue la galleta de matcha, con muy buena consistencia y sabor al té sin pasarse en dulzor.
Siempre se agradece la amabilidad del equipo, y aquí fue notoria durante la lluviosa tarde que pasamos trabajando; tiempo en el que me di cuenta que la comunidad que lo frecuenta está integrada por gente de entornos creativos, artistas y amantes del café.
En la carta de alimentos nada es muy rimbombante, hay opciones clásicas pero con buenos ingredientes y a precios accesibles como el bowl de yogurt natural con berries, plátano y granola o el avocado toast con pan de masa madre, jocoque, jitomate cherry, arúgula y proteína a elegir: salmón chileno o pechuga de pavo. La única desventaja es que solo se sirven durante la mañana. Toma en cuenta que alrededor de las 3 de la tarde ya no encuentras alimentos salados.
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