Hay un lugar en el Centro de la CDMX donde puedes comer al aire libre, beber y convivir con los amigos. Se llama Patio Container y se trata de un punto de reunión gastronómico a unos pasos de la Alameda Central, en donde en lugar de locales hay contenedores industriales. No están oxidados, descuidados y ocupados por mercancía transcontinental, sino pintados en colores brillantes y frente a ellos hay mesas para ser llenadas de comida y comensales. No es un lugar grande, en realidad sólo encontrarás dos opciones de comida: Pizza Amore y Frida Luna, conceptos muy distintos entre sí.
Seguramente ya conoces Pizza Amore, el emporio de pizzas local que gracias a sus horarios extendidos y venta de chelas (y la neta su pizza de camarón), pronto creció para posicionarse en las mejores colonias de la ciudad. Además de que no tenían de todos los ingredientes, la desventaja de esta sucursal es que la variedad por rebanadas no es amplia, sólo están las clásicas peperoni y hawaiana. Te conviene pedir las pizzas completas —seis rebanadas, para que te hagan una de queso de cabra, con su salsa de tomate que va más allá de ser cumplidora, justificada en acidez y orégano; pero ojo, como la costra es muy delgada, pronto se hace dura así que hay que comerla rápido.
Frida Luna se trata de comida mexicana, y antes de entrar en tema, te aviso que hay micheladas de litro y se llaman Las Fridachelas. Son una delicia porque todos los vasos los escarchan con chamoy: la clásica ($70) que sólo lleva limón o la especial ($80), con cacahuates o gomitas (y más chamoy), de nada.
Para comer hay chilaquiles ($55), pambazos ($65) y tortas ($55). Gracias a la promoción de tacos al pastor me llegaron dos ($27), los sirven con arroz y frijoles, al estilo taco de guisado y sin quitarle merito porque la carne estaba suave, con dos quedas muy bien. Las tortas al pastor son miniatura, pero llevan queso y un pan ligeramente dulce que combinó bien con la carne, aunado a la piña asada y un aderezo de chipotle. Hay combos comida y bebida, con diferentes precios y opciones de botana.
Hay una tercera propuesta por si tu plan no es comer: Onírico Bar. Se presta para festejar. Tienen dos cocteles dulces e interesantes. El dulce barzón con crema de elote, almendras, nueces, licor de coco y coñac; y el nube de malvavisco con jarabe de bombón tostado, manzana y whiskey bourbon.
Patio Container cae como anillo al dedo para esas tardes de paseo por la Alameda o el Centro, además está estratégicamente localizado entre el Metro y el Metrobús, por si te agarra el hambre temprano o la sed más tarde. Antes de partir a casa te caería bien compartir una pizza, un par de historias y una michelada, ¿apoco no?