Si pudieras contar tu historia personal, ¿cómo lo harías? ¿Qué dirías de las personas que comparten tu historia? ¿Cómo lo representarías? Sin duda una historia así sería muy personal, llena de significados. Eso mismo hizo Gala Gutiérrez en Cascada 126, una obra teatral que ella misma interpreta y escribe, y en la que rinde homenaje a su familia con una puesta en escena poderosa e íntima que quizá te permita tener catarsis.
Al empezar la obra ves diversos objetos colgados y dispuestos en todo el escenario. Fotos colgadas en cuerdas, de hombres, mujeres y hasta un perrito. Ves un vestido de novia largo, una botella de alcohol, flores, una urna, entre otros objetos que reflejan de alguna manera la vida de aquellos a quienes Gala quiere homenajear.
Durante la obra la protagonista nos va diciendo quienes eran muy a su manera, como contándonos su historia un día cualquiera. Pero entre las líneas de la dramaturgia nos enteramos más de cómo era su padre, su madre, sus hermanos… ella misma. No es evidente, da pistas a cuenta gotas y aún algunas de esas pistas pueden no ser tan ciertas. Más que un ejercicio detectivesco, lo que vemos es la inevitable subjetividad que a todos y a todo los empuja a ver las cosas no como son sino como creemos que son.
El nombre de la obra, Cascada 126, nos habla de una calle en la Alcaldía Iztapalapa, donde la protagonista y su familia compartieron sus vidas. Sus historias son sencillas, particulares pero en las que a su vez podemos vernos reflejados muchos y muchas. La historia cómo la mamá se enamorada del papá, de cómo los hermanos son incorregibles, de cosas no dichas, de cosas no resultas, de seres humanos imperfectos, con sus carencias y necesidades.
Al final Cascada 126 es una obra sobre el amor como acto liberador, una guía para encontrar nuestra casa, nuestro corazón.
Se presentará hasta octubre en dos sedes de la CDMX. En el Foro La Nabe el 24 y 9 de octubre. Y en Centro Cultural la Titeria el 23 de septiembre, y el 7, 14, 21 y 28 de octubre, con un costo de $150.
Recomendación. Jauría y La Llorona en Cuemanco.
