Estamos en un día lluvioso dentro de una cárcel. Reporteros y manifestantes esperan la resolución de un caso luego de un juicio muy polémico. Dentro de la cárcel están dos personas, el padre Michael Banks y la fiscal Emma Solís. Su acalorada discusión es lo que mueve a Requiem, una obra íntima que toca grandes temas morales y sociales. Hablamos con su protagonista, Mónica Huarte que hace de dura Emma, un papel que prueba su rango actoral luego de hacer Señora Influencer.
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Esta clase de obras de teatro se sienten muy íntimas ¿Para ti representa un reto mayor hacer un personaje como el de Emma Solis?
Hacer a este personaje me hace muy feliz. Creo que es una antítesis de lo que soy yo y me gusta que me reten. Mi personaje apoya la pena de muerte a capa y espada, está convencida de que eso es lo mejor para que el mundo cambie. Es muy firme en sus convicciones pero se enfrentará a un cura que piensa distinto.
¿Qué temas crees que son los que dominan en esta puesta en escena?
Es un enfrentamiento entre un cura y una abogada. Hablan de las leyes divinas y las leyes del hombre. Es un debate moral sobre qué hacemos con alguien que infringió la ley. ¿Lo más correcto sería darle su merecido a la ley ojo por ojo, diente por diente? ¿O le damos otra oportunidad y lo rehabilitamos? Pero se trata de cuestionar también la justicia. En la obra vemos que más del 70% de los norteamericanos (la obra sucede en Texas) apoya la pena de muerte. ¿Es esa una solución ante una sociedad que ya está descompuesta? ¿Así es como vamos a darle un ejemplo al mundo para que deje de cometer crímenes? Mi personaje cuestiona la religión también. Ambos dan argumentos muy sólidos.
¿Qué es lo que más te llamó la atención del texto?
Me gustan los proyectos que me provocan un vértigo en la panza, los que leo y digo: “no tengo la menor idea de cómo voy a hacer esto”, ahí es donde un actor crece. En los ensayos tengo que buscar un lugar que yo no haya visto nunca. Me pregunto ¿cómo hace esta mujer [su personaje] para elaborar su discurso? Desde qué lugar consigue la convicción, la fuerza y el poder que tiene. Me acuerdo que cuando leí el texto dije: “Esto es una delicia para los lectores”, y cuando lo volví a leer acabé empapada en llanto, me conmovió muchísimo. Pensé que esto era lo que tenía que hacer después de Señora Influencer.
Quisiera que me contaras un poco sobre la química con tu coprotagonista (Alberto Estrella). ¿Cómo llegan a ser los ensayos?
Alberto no puede ser más divino. Es un ser humano generoso, un caballero. Lo que yo procuro es que cuando tenemos un texto donde hay un enfrentamiento tan fuerte, lo más importante es generar una relación muy amorosa. Entonces soy la encargada de hacer bromas todo el tiempo para que entendamos que estamos jugando y que por más cosas horrendas que nos digamos en la ficción, en la vida real tiene que haber un vínculo muy sólido para que no mezcle la ficción con la realidad.
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