Héroe de Lobby, escrita por Kenneth Lonergan (ganador del Oscar por el guión de Manchester of the sea, 2016), nos presenta un drama realista con algunos toques cómicos y un trasfondo filosófico y moral.
Todo se desarrolla dentro y fuera de las puertas de un edificio de departamentos en Manhattan, por cuyo lobby transitan cuatro personajes que mas o menos creen que llevar una insignia les confiere un sentido privilegiado del bien y del mal.
Dentro del lobby tenemos a Max (Adriàn Makala), un supervisor de guardias de seguridad privada, super estricto y recto, y a Bruno (Miguel Jiménez), un guardia flojo y parlanchín. Rondando las calles aledañas está una pareja de policías, Alex (Horacio Pancheri), un policía reconocido y su pareja en entrenamiento (Alejandra Pavón). Estos personajes se van encontrando porque Alex frecuenta mucho el lobby por un romance con una modelo que habita el edificio y después, cuando el hermano de Max es arrestado, Alex se involucra también en ese caso.
Estos personajes tienen que tomar decisiones complicadas, muchas de ellas sobre lo que deben o no deben decir. Pero cuando se enfrenta con un conflicto moral, resulta que todo es relativo. A medida que avanza la obra, vemos cómo intentan racionalizar su selección entre lo que esta bien y lo que está mal entre ellos y con ellos mismos.
Hay algunos puntos que se reiteran en obras de teatro y las películas de Lonergan: una simpatía por las equivocaciones, inquietantes dilemas éticos, un oído extraordinario y comprensivo para el diálogo cotidiano. Sabe cómo hablamos cuando estamos agotados, nerviosos, indignados, y ese es el regalo que le hace a sus actores y a su público. Sus obras suenan como la vida. Y esto es algo que rescato de una excelente forma Christian Díaz en su traducción y adaptación de la misma. Bajo su dirección, la actuación de Miguel es en su mayoría extraordinaria, mantiene el tono, energía y simpatía de principio a fin con una secuencia de baile que demuestra que es un actor preparado en todos los sentidos. Pancheri, es una sorpresa, afirma que no solo es guapo, también soporta a un personaje en teatro, que a pesar de ser un buen policía y un pésimo ser humano, encanta con su seguridad. Adrian Makala, muestra la impotente determinación de Max de tomar la decisión correcta y las formas en que sus decisiones minan su sentido de sí mismo. Regina Pavón alcanza en energía y tono a sus compañeros, aunque como su personaje, tarda en conseguir la fuerza que requiere para conseguir su objetivo.
Algunos de los puntos de la trama y los personajes son complicados y por parte de la dirección no están bien matizados, como el racismo y el acoso laboral. Este texto no se puede tomar a la ligera, pues no solo te invita a cuestionar las desiciones de los personajes y a ti mismo. Podríamos decir que es una obra sobre la forma en que nos justificamos a nosotros mismos.
Recomendación. VORAZ