Leonardo Bono en Avenida Q
Foto: Cortesía de la producción

Cinco preguntas a Majo Brunet y Leonardo Bono de Avenida Q. El musical

La queridos puppets del teatro musical regresan a la CDMX

Escrito por
Enrique Saavedra
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Al más puro estilo de Plaza Sésamo, Avenida Q. El musical se desarrolla en un barrio donde los personajes viven en comunidad y le hablan al mundo de la manera más irreverente posible sobre política, drogas, racismo y homosexualidad. Esta nueva producción, traducida y dirigida por Álvaro Cerviño (Ayolante), sitúa a los personajes —con las actuaciones protagónicas de Leonardo Bono y Majo Brunet— en un barrio de la Ciudad de México, con directas alusiones a nuestra situación actual.

1. ¿Cómo es manipular marionetas, actuar y cantar, Majo?
No se trata nada más de ponerse un guante en la mano. Tomamos un taller de puppets para saber cómo se hacen, qué tipos existen y cómo funcionan y así nosotros poder darles vida y voz.

2. Majo, ¿qué particularidades tienen tus personajes?
Katy Monstruo canta “There’s a fine, fine line”, una de las canciones más populares de la obra, porque es la parte más tierna. Ella es indecisa ya que busca ser un monstruo fuerte que lucha por cumplir sus sueños y encontrar el amor. Por otra parte, Lucy Lujuria trabaja en un cabaret en donde se le acercan muchos hombres a los que sabe dominar. En algún momento ambas se van a encontrar.

3. Leo, ¿de qué forma tu personaje se adapta al contexto mexicano?
Originalmente se llamaba Princeton, pero aquí me llamo Agustín. Es muy soñador. Está confundido porque recién terminó la universidad y, como ahora dicen hasta en los
memes, “sales de la universidad, buscas trabajo y piden 47 años de experiencia”. El públicorecibe mejor algo que está situado en México, que si dijéramos que la avenida está en Nueva York.

4. Leo, en Avenida Q. El musical mezclas la actuación, el canto y el baile...
Es más difícil de lo que creí. Soy tenor, pero de pronto hay notas que por alguna razón no están dadas en el disco, pero que en la partitura están escritas en un tono mucho más alto, entonces les pregunto: “¿Lo puedo hacer como en el disco?”, y me responden: “¡No, como en la partitura!”. “¡Demonios!”, pienso.

5. ¿Te sientes orgulloso de esto?
En los ensayos se me pone la piel chinita y digo: “Wow, estoy cantando las canciones que escuchaba en mi celular”. Eso hace que me la pase muy bien.

Recomendado: Obras de teatro musical imperdibles en la Ciudad de México.

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