Si andas buscando plan nocturno en la zona centro de la Ciudad de México, además de los antros y bares en la Roma, del Centro o de la Cuauhtémoc, te recomendamos estos lugares en la Condesa.

Publicidad
Disfruta la vida nocturna en la Condesa
La música es importante para todos, pero hay quienes simplemente aspiran a hacer de ella el centro de su existencia. Gracias a gente con ese nivel de obsesión es que existen espacios como éste, que es un tres en uno: tienda de vinilos (99 Records), un bar y el listening room. De todos, éste último es el más especial, pues es un espacio donde todo está completamente acondicionado para disfrutar la música con un sistema de sonido poco común, que va de pared a pared, y donde, según me explican, logran una claridad superior al dividir el sonido en cuatro vías, bajos, medios bajos, medios altos y altos.
El listening room es un gran lugar para ir solo o en grupos pequeños, de hecho no aceptan mesas de más de 6 personas y, al abrir la carta, en la primera hoja verás que te recomiendan hablar en voz baja. La idea es que los visitantes guarden silencio para disfrutar la cartelera de discos del día (tienen alrededor de 10 mil vinilos en la tienda).
También lee: 7 bares para melómanos
Esta selección siemore tiene algún hilo conductor, ya sea geográfico, de género musical o histórico, con lo cual buscan rescatar algo que se ha perdido con las apps de música: escuchar discos completos. Durante mi estadía descubrimos y disfrutamos como nunca antes las sutilezas de Nubya Garcia y Milton Nascimento.
Hay cocteles clásicos y signature, los cuales llevan el sello de Ismael Martínez (Hanky Panky), y todos están inspirados en canciones. Por ahí está Ha Ha I’m Drowning de The Teardrop...
Te aseguramos que el AM es mucho más que un sitio donde podrás echar fiesta hasta muy entrada la madrugada, porque cuando todo termine, estarás convencido de que valió la pena tu elección.
Es un club de tres pisos. En el segundo, después de subir unas escaleras de caracol (el elevador es decorativo), es donde sucede toda la magia: hay mesas translúcidas que cambian de color y te guían hacia el dj booth al fondo. El techo y las paredes de la pista de baile están cargadas con efectos de luces LED multicolor, a esto se le suma la precisa capacidad y ecualización del equipo de sonido (de los mejores de la ciudad). No le pide nada a los clubes concepto de otros países.
La barra es un oasis cuando el lugar está repleto de noctámbulos, tienen un sonriente servicio, son rápidos y los tragos son servidos por manos generosas a precios razonables.Al subir al tercer piso encuentras la terraza para fumadores, y si la casa está llena, ten cuidado, porque encontrarás abierta la barra de shots.
Este club ha dejado huella en los corazones de los fiesteros electrónicos capitalinos. A lo largo de más de diez años, ha sido un punto de reunión, socialización y experimentación musical. Luego, con la explosión demográfica de amantes del audiovisual electrónico, aquí les abrieron las puertas para recibirlos como en casa.
Justo así, como en casa, en AM no tendrás problemas en la cadena, a menos que lo merezcas (si llegas en shorts o en estados inconvenientes). Si registraste tu nombre y el de tus...
Publicidad
Si te gusta leer, seguramente tienes en mente alguna que otra cafebrería, pero…¿cuántos bares-librería conoces?
¿Qué es?
El concepto es muy ganador dado que si algo le gusta a la gente de literatura (ejem, por supuesto no lo digo por experiencia) es beber. Pero éste no es un bar cualquiera, la Americana lo llevó al siguiente nivel, ya que el menú fue creado por bartenders reconocidos en listas internacionales como los 50 Best Bars de Norteamérica.
Me cuentan que el espacio, en medio de la Condesa, tenía tanto potencial que le fueron agregando capas al proyecto: es una librería especializada en autores de todo el continente americano, pero también tienda de cocteles ready to drink (en botellas de distintas porciones), pero también hay menú de desayunos y cenas, pero también se está volviendo un punto de encuentro de la escena literaria, ya que realizan eventos de poesía o talleres de narrativa. La Americana abarca mucho y sin embargo, todo cabe en su sitio según la hora del día.
¿Por qué ir?
Cáele a ver su selección de revistas o fanzines independientes o checa su programación de presentaciones de libros, las cuales podrás disfrutar como se debe, con un trago en mano. De sus cocteles te recomiendo balanceado y girly Spritz de Guayaba (muy de mujer, dirían por ahí), con campari, vino rosado con guayaba, fresa y ruibarbo; o ya en modo Gatsby, el siempre clásico e intelectual martini seco. Y si no tomas alcohol, prueba el café que es delicioso.
Tip: si ves un libro con...
Después de una remodelación, el Leonor está de vuelta y con todo. Cada fin de semana, este pequeño lugar, alberga noches épicas de baile, excesos y diversión. La música cambia con el dj en turno, pero los set lists más exitosos son los que van desde los clásicos de Michael Jackson y Madonna hasta los beats más hot del momento.
El único problema es que por ahí de las tres de la mañana, ir de la pista de baile a la barra (una distancia de aproximadamente cuatro metros) significa ser pisado y empujado por las decenas de personas presentes. Si finalmente llegas a la barra, deberás esperar otro rato para que te atiendan y te cobren. Sin embargo, a pesar de estos contratiempos, que más bien hablan del éxito del lugar, Leonor se ha posicionado como uno de los mejores centros nocturnos de la zona, donde te encontrarás sudando en la pista de baile hasta el amanecer.
Publicidad
Este lugar ha logrado mantener una clientela habitual gracias al menú, el servicio y su ambiente relajado. Se encuentra ubicado en una casa alejada de la zona más ajetreadra de la Condesa, adaptada para las necesidades del local, por lo que el garaje funciona como una de las áreas principales para disfrutar de la luz del día.
Su menú ofrece platillos de la cocina italoargentina. La especialidad de la casa son las pastas, las cuales pueden acompañarse con las salsas sugeridas por el chef, Fernando Lara.
Otra de las razones por las que el lugar ha logrado cierta popularidad es su bien equipado bar, en el cual presentan jazz en vivo los miércoles por la noche, así como buenos descuentos en la carta de vinos.
La casa tiene una decoración ecléctica con muebles antiguos, extraños objetos que llegaron del pasado a nuestros días y afiches que remontan a otras épocas, llenando de nostalgia cada rincón. La atención es eficiente y cordial, los meseros y el gerente están al pendiente de lo que se necesite.
La clientela está principalmente conformada por gente de la Condesa, en su mayoría jóvenes que buscan buena comida en una atmósfera relajada y desenfadada.
El Felina es uno de esos bares que he visto crecer. Me acuerdo de él, por allá de 2009, y recuerdo que sentí orgullo de mí misma por haber encontrado un rincón de la Condesa que carecía de pretensiones y precios absurdos. Desde entonces, la selección melódica de ese localito -como boogaloo y soul- ha sido impecable. Tras una remodelación a principios de 2015 (en la que cambiaron la entrada a Baja California e hicieron los baños y la barra más cómodos), Felina regresa.
Su menú de coctelería, que ya era una referencia en la ciudad, se ha sofisticado bajo el cargo de su nueva bartender, Jane.
Además de los clásicos, hay que probar el double roses gimlet, un trago refrescante con ginebra, limón amarillo, Lillet Blanc, agua de rosas y una rama de romero; y el hanky panky 24, fuerte por el fernet que se acompaña con ginebra, vermut rojo y Mandarine Napoleon.
Para qué engañarse: esos tragos a media luz, son invitación al romance (aunque sea al de una sola noche). La clientela ya no es la que busca fiestón loco, sino el disfrute de un buen trago al terminar el día. Los años han pasado sobre Felina y sobre quienes nos hemos ido y vuelto a él. Casi todo ha cambiado desde que abrió (yo creo que para bien). Afortunadamente, la música sigue igual.
Publicidad
En la Condesa nunca faltan lugares para aliviar la sed de la mala mientras bailas al ritmo del último hit musical, pero estos factores no impiden que cada cierto tiempo un nuevo integrante se ha sume a la lista de opciones antreras. Ejemplo claro de ello, Studio 73.
Este pequeño lugar pasaría desapercibido si no fuera por el número 73 en la entrada que servirá de guía durante la noche. Si quieres sortear a los cadeneros tendrás que asegurar tu consumo al interior; para tu fortuna casi siempre cuentan con alguna promo para que le saques partido a la quincena. ¿Alguien dijo todo a $99 y sin cover? Ponte listo y checa lo que anuncien en redes.
Una vez dentro no habrá marcha atrás, ¡no te asustes! aquí no hay nada de aburrido. Siempre hay un dj que se asegura de mantener tu atención en la pista de baile. Nos tocó con el productor mexicano Elías Valdez, quien con una mezcla de canciones nuevas y alguna que otra clásica de los dosmiles con un toque neo perreo (o electro reguetón) cumplió con la energía del lugar.
La música y decoración te hacen sentir en una especie de rave o en un pequeño Patrick Miller del reguetón, en el que las luces neón y la máquina de humo suman puntos para conseguir este efecto. Punto clave de Studio 73: el arte en graffiti, trabajo del diseñador gráfico e ilustrador Jesús Cruz. Figuras loquísimas de distintos temas que aluden a la diversión nocturna en la ciudad; además la barra presume coquetos letreros brillantes imposibles de perder a la lejanía.
No...
Uno de los bares-billares clásicos de la zona. Su multidisciplinaria propuesta incluye una minigalería de arte. Su carta es el cumplidor catálogo de cualquier bar: chelas, cocteles con tequila y mezcal y mojitos por sólo 60 pesos.
A diferencia del bar de snacks, aquí puedes pedirte una lasaña a la boloñesa o bien, para tener al lado de la mesa de billar, unas papas a la francesa. Su crujiente consistencia hace salivar a muchos.
La música está a cargo de las bandas de rock que se presentan en este bodegón, arreglado para que las mesas de billar tengan cierta estética que te hace sentir como todo un profesional en una sala de juegos.
La hora de billar está en 100 pesos y si la cuenta se te pasa, cuentan con un cajero automático adentro. Sólo aceptan efectivo.
Publicidad
Es lo más cercano a un loft neoyorquino pero del Bronx: con ambiente clandestino, bandas en vivo, buenas melenas, cortinas negras, sudor, gente amontonada, alcohol barato y luces rojas. No es un lugar “para pasar el rato”, al Caradura va uno a reventarse con todo, después de todo el rock se vive al extremo, ¿no?
Sus mejores días son miércoles y sábados, te recomendaríamos checar la cartelera, pero la verdad es que perdería la esencia, mejor lánzate espontáneamente y adéntrate a conocer nuevas propuestas musicales. La oferta musical es variada, por su pequeño escenario han pasado bandas como Phantogram de Estados Unidos, Denver de Chile, El Columpio Asesino de España y muchas agrupaciones nacionales. El único inconveniente es que el audio suele ser deficiente.
Encontrarás todo tipo de gente con un rango de edad entre 20 a 35 años. De bebidas, lo principal son las chelas y el mezcal, ahora que si te pones más exigente, pide que te preparen el mezcal con arándano. Ah, y no te extrañes si de pronto ves a la banda que tocó conviviendo a tu lado, suele ocurrir muy a menudo. Antes de ir, asegúrate de llevar tu identificación oficial (forzosamente IFE o pasaporte), ya que si no cargas con ella, aunque tengas cara de baquetón treintañero, será imposible que te permitan el acceso.
¿Qué es?
¿Otro bar de vino en la Condesa? Así es. Manarola es un wine bar y tienda que ofrece una propuesta interesante para quienes disfrutan de este fermentado y buscan conocer etiquetas distintas. Este espacio nació como showroom de Vernazza Wine, Spirits, Food & More, lo cual se nota en la selección que tienen en sus anaqueles y también en los precios, que, en realidad, son accesibles.
¿Por qué nos gusta?
Su carta incluye vinos de Francia, Italia, España, Alemania, Austria, Portugal, México, Argentina, Chile, Nueva Zelanda, Estados Unidos y Australia. La mayoría son de pequeños productores, con una clara inclinación hacia lo orgánico y biodinámico, aunque también hay opciones veganas certificadas y hasta vino natural. Es un buen lugar si quieres explorar etiquetas poco comunes o aprender más sobre otras regiones vinícolas. Además, el servicio es agradable y el equipo siempre está dispuesto a compartir contexto sobre cada botella.
¿Qué pedir?
Puedes pedir una copa del vino blanco o tinto del día —o botella— ahí, pero también puedes comprar vino para llevar, lo que convierte a Manarola en una buena opción si buscas agregar alguna novedad a la cava de tu casa. Y a diferencia de algunas propuestas —coff, coff, Brutal—, ellos no cobran descorche si compras algún vino de casa y te lo tomas ahí mismo. Esto parecería normal, pero en una de las zonas más gentrificadas como es la Condesa, créeme, no siempre pasa.
La comida es sencilla: tapas y casual food pensadas para...
También te puede gustar
También te puede gustar
Discover Time Out original video
Publicidad