La teoría del todo
Foto: Time Out

Entrevista con Eddie Redmayne

El protagonista de ‘La teoría del todo’ habla sobre interpretar al científico más famoso de nuestra generación

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Cuando el profesor Stephen Hawking vio La teoría del todo por primera vez, le mandó un mail al director para decirle que había momentos en los que realmente pensó que se veía a sí mismo en la pantalla. Eddie Redmayne, quien interpreta a Hawking, seguramente ha escuchado esta historia mil veces, pero cuando hablo de ello, su cara se ilumina. "Esa fue la mejor reseña", dice sonriendo de oreja a oreja. "Ya me puedo retirar".

Ni hablar. El londinense de 32 años está a punto de unirse, junto a su compañero Benedict Cumberbatch, a las grandes ligas de los actores ingleses a seguir de Hollywood. No sólo porque Hawking alabó su trabajo, sino porque es uno de los candidatos más fuertes para el Oscar como Mejor Actor.

La película se parece más a una historia de amor que a una biopic. Está basada en las memorias de la primera esposa de Hawking, Jane. La pareja se divorció en 1995, 30 años y tres hijos después y, a pesar de que esperaríamos que el filme fuera una especie de apología de Jane, es mucho más maduro y honesto que ello. Cuando uno de los compañeros de Hawking le pregunta si "todo está bien allá abajo", él contesta que "esa parte funciona automáticamente".

Redmayne interpreta al profesor desde sus días como estudiante de Cambridge (antes de que su enfermedad neurológica le fuera detectada) hasta los tiempos de rockstar de la física. En una de las escenas finales, cuando Hawking es incapaz de moverse o hablar, Redmayne se vuelve hermoso para la vista, irradia calidez y descaro.

La sorpresa más grande del filme es que muestra cuán divertido es Stephen Hawking. ¿Cómo es él en la vida real?
Es muy gracioso. Cuando lo conocí no paré de reír, acabé con dolor en el estómago. Tiene un aire travieso. Lo definiría como un "señor del desorden". A pesar de que le es muy difícil comunicarse con los demás, tiene una presencia increíble, deslumbra a todos y el ritmo con el que habla, hace que sus silencios se vuelvan algo poderoso.

¿Cómo fue la primera vez que lo conociste?
Vergonzoso. Tuve que luchar contra los silencios incómodos. Lo más aleatorio que dije fue terrible. Él nació el 8 de enero, 300 años después que Galileo, así que le dije: "es gracioso porque ambos nacimos el 6 de enero, así que somos capricornio". Me miró fijamente y luego pasó unos minutos escribiendo en su computadora. Esta fue la segunda cosa que me dijo, en su icónica voz: "Soy astrónomo, no astrólogo". Lo cual es muy gracioso, pero muy agudo.

¿Qué tan asustado te sentiste durante la filmación de la película?
Aterrorizado. Conocí a Stephen y sabía que jamás diría: "Estoy encantando de lo que estás haciendo, todo saldrá excelente". Fueron nueve meses sin dormir y pensar en si le gustaría.
Para alguien que no entiende de ciencias, como yo, La teoría del todo hace que la astrofísica no parezca tan compleja. Tú tienes un título en Historia del Arte. ¿Cómo hiciste para adaptarte?
Bueno, leí Breve historia del tiempo, el cual ya tenía -arrumbado en mi librero-. Mientras leía esta gentil historia de la astronomía, pensé "Ok, lo entiendo; estoy a punto de conocer cómo funciona el universo". Luego, en algún punto entre la página 17 y la 24 me di cuenta de que no tenía idea de lo que decía. Así que trabajé con uno de los estudiantes más antiguos de Stephen en el Imperial College. Me habló acerca de la Teoría de cuerdas.

La primera vez que vi el tráiler en el cine, me di cuenta de que todo el público jadeó justo cuando Hawking se tambalea y cae de cara al pavimento.
Es una escena increíblemente poderosa porque sabes inmediatamente que es algo muy serio. Cuando caes, tienes el instinto de poner las manos. Conocí a muchas personas con ALS y todos describieron sus caídas como una desconexión. Es algo inesperado.

¿Cómo te preparaste físicamente para interpretar a una persona con una enfermedad motriz?
Trabajé con un bailarín y me enseñó a entrenar mis músculos. El entrenamiento trataba de hacerme capaz de permanecer en la misma posición durante largos periodos de tiempo y parecer relajado.

Generalmente las cintas sobre genios sugieren que tener una familia interfiere en su camino a la grandeza. En ésta se demuestra lo contrario, la necesidad de proveer a su familia estimuló a Stephen.
Así lo creo. Lucy Hawking y Tim Hawking, sus dos hijos más pequeños (nunca conocí a Robert) fueron muy generosos. Luego de ir a la clínica neurológica, empecé a sentir mucho respeto por la enfermedad. Un día Tim dijo: "Sí, pero alguna vez nos subimos en la silla de papá y la usamos como un go-car. Incluso escribimos groserías en su máquina de voz y le dimos play".

¿Qué lecciones de vida aprendiste durante la filmación de La teoría del todo?
Número uno: Stephen y Jane se enfrentaron a muchos obstáculos en su camino, pero se negaron a definirse por ellos, sino por la forma en que los superaron. Lo importante es cómo rebasamos nuestras limitantes. Número dos: la noción del tiempo. Los doctores le dieron dos años de vida a Stephen, así que cada día que vive es como un regalo. Vive cada minuto con la mayor pasión posible. Soy una de esas personas que se dejan llevar por la mierda del día a día. Él es un gran recordatorio de que sólo tenemos una oportunidad en la vida y debemos vivirla al máximo.

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