Desde hace más de dos décadas, Ewan McGregor no solo ha conquistado la pantalla grande, también ha recorrido el mundo sobre dos ruedas junto a su gran amigo Charley Boorman. Juntos han protagonizado la aclamada serie documental Long Way, una trilogía que mezcla aventura, paisajes extremos, amistad y motocicletas icónicas. Ahora regresan con una nueva entrega que los lleva de Escocia a Londres, atravesando el Círculo Polar Ártico, el mar Báltico y gran parte de Europa.
No te pierdas: Festival Internacional de Cine de la UNAM (FICUNAM) 2025, lo mejor del cine experimental.
¿Cuándo decidieron el camino que tomarían en esta temporada?
Esa es una buena pregunta, porque cuando hicimos Long Way Up nos enfrentamos a territorios difíciles, como un camino muy destruido en Bolivia. Fue probablemente el reto más grande al que nos hemos enfrentado. Conversábamos a través de los intercomunicadores de los cascos, mientras avanzábamos por ese camino rocoso, lleno de tierra y lodo. Ahí comenzamos a hablar sobre Escandinavia y lo genial que sería explorar esa parte del mundo, porque nunca habíamos ido. Yo no conocía Dinamarca, Noruega, Finlandia, Estonia, Letonia… y empezamos a fantasear con ese siguiente viaje.
Charlie me dijo: “Cuando estás por terminar un viaje, empiezas a pensar en el siguiente, porque eso te ayuda a terminar el que estás haciendo.” Hay una parte de ti que no quiere que termine; es más un acto de escapismo que una simple aventura.
¿Cómo nace la amistad entre Charlie y tú?
Nos conocimos hace 30 años, en la película The Serpent’s Kiss. Los dos actuábamos ahí y acabábamos de ser papás. Charlie tuvo a su primera hija, Dune, seis meses después de que nació mi hija Clara. Teníamos eso en común, y descubrimos que también compartíamos la pasión por las motos.
En una fiesta previa al rodaje, Charlie se me acercó a contarme sobre su personaje y me dijo: “Escuché que andas en moto”. Desde ese momento no dejamos de hablar de motocicletas… y no hemos dejado de hacerlo desde entonces.
Hemos creado una relación como ninguna otra. Hemos viajado por todo el mundo en nuestras motos, en buenos y malos momentos, con caídas, mal clima, terrenos difíciles. Compartir eso con tu mejor amigo es una experiencia magnífica. No tengo esa conexión con nadie más.
¿Cómo deciden el nombre que tendrá cada temporada?
La premisa al inicio era ir de mi casa, en Escocia, a la de Charlie, en Inglaterra. Era un viaje largo, así que pensamos en varios nombres. Long Way Home siempre estuvo sobre la mesa, aunque al principio no parecía encajar.
Pero cuando llegamos a casa de Charlie y al día siguiente me regresé en moto a Escocia, el título empezó a tener sentido: Charlie llegaba a casa y yo estaba en camino a la mía. Se cerraba el círculo.
Aun así, no creo que ese título signifique el final de nuestras aventuras. Nunca se sabe… pero no lo es.
¿Qué nos puedes contar de su viaje por México en la temporada pasada?
Quiero decir cuánto amamos viajar por México. Charlie y yo lo adoramos. En el último episodio de Long Way Up había presión por terminar rápido: teníamos que llegar a un autobús donde cargaríamos las motos, porque se acercaba la Navidad y queríamos llegar a la última parada lo antes posible.
La edición del capítulo hizo parecer que era una situación muy peligrosa, pero no fue nuestra intención proyectarlo así. No tuvimos control sobre esa parte. Ambos coincidimos en que nuestros amigos en México pudieron pensar que dimos una mala imagen del país, pero no fue así. Nos encanta.
Viajamos por Oaxaca y por todo el sur de México cuando cruzamos Centroamérica. Fue hermoso. Recuerdo que pescamos y un cocinero nos preparó el pescado fresco ahí mismo. Un desayuno increíble. No recuerdo el nombre del lugar, pero era algo local, nada turístico. Qué gran placer estar ahí.
Te puede interesar: Hablamos con Pom Klementieff por Misión: Imposible – Sentencia Mortal Parte 2.