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Siri, tienes compañía. Conoce a Samantha, la novedad en sistemas operativos inteligentes y fáciles de usar. Theodore (Joaquin Phoenix) la instaló en su computadora y está satisfecho gracias a su sentido del humor y a su voz sensual (cortesía de Scarlett Johansson). Por su parte, ella parece apreciar la sensibilidad y la inteligencia de Theodore. El amor entre ellos, naturalmente, florece.
Podría ser una respuesta a aquella fantástica epopeya que vivió Richard Farnsworth montado sobre una máquina de segar en The Straight Story de David Lynch.
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El hígado de Prometeo siempre vuelve a crecer para que un águila lo devore, Sísifo vuelve a subir la roca que caerá cada vez que llegue a la cima y Llewyn Davis siempre pisará un charco helado de agua, siempre recibirá una paliza a un callejón sin salida.
La trama, en la que un trabajador de una tintorería clandestina, Irving Rosenfeld (Christian Bale), se convierte en un falsificador de arte que trabaja para el agente federal Richie DiMaso (Bradley Cooper) en un complot para derribar varios políticos de alto rango es, sin duda, bastante nudosa.
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Presenciamos el viaje de tres adolescentes guatemaltecos a través de México, con el sueño de escapar de la pobreza y encontrar trabajo en Estados Unidos.
De esta película, audaz, valiente y de un descontrol difícil de disimular, existen dos versiones de diferente duración, una más explícita, la otra menos. Esta es corta, la más púdica, aunque todavía parece imposible que se proyecte en un multisalas de Dubai o de Idaho.
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El director texano quiso hacerse el mejor de los homenajes, la mejor de las repeticiones. Aquí volvemos al mundo kitsch y hermético de sus películas, en lo que es hasta ahora el culmen de su estilo.
Combina la rabia de Goodfellas y Mean Streets, con un antihéroe encarnado por Leonardo DiCaprio que no le pide nada a Gordon Gekko ni a Bill “the Butcher”. Este personaje es Jordan Belfort, un corredor bolsa que a finales de los ochenta se convirtió en unos de los hombres más ricos de Estados Unidos, y también en un (mal) ejemplo de excesos, drogas y sexo.
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Es la radiografía antisentimental de un país que a menudo olvida que tarda demasiado en entender qué significa la palabra ‘igualdad’.
Al resultar ganadora del Oscar a la Mejor Película de Habla no Inglesa, La gran belleza se ganó a pulso firme el respeto de crítica y público en todo el mundo. ¿Por qué? Bueno, para eso está nuestra crítica.
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