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[title]Netflix sigue apostando a las películas y series de superhéroes que salen del tradicional mundo de Marvel o DC. Ya lo logró con The Umbrella Academy, serie que nos ha tenido al pendiente los últimos dos años, y ahora quiere provocar el mismo efecto con Proyecto Power, una película dirigida por Henry Joost y Ariel Schulman que estrena el viernes 14 de agosto.
El universo de este programa se desarrolla a partir de que llega al mercado una nueva droga —dentro de una píldora bastante grande— que otorga poderes sobrenaturales (como si fuera X-men) a quien la toma. Protagonizada por Joseph Gordon-Levitt y Jamie Foxx, la serie nos llevará de viaje por la ciudad de Nueva Orleans bajo los efectos de este fármaco.
El villano de esta historia es Biggie, interpretado por el actor brasileño Rodrigo Santoro, a quien hemos visto en series consagradas como Lost y Westworld. Palticamos con él sobre cómo fue interpretar a este pintoresco dealer.
Antes que nada, ¿cómo has vivido esta cuarentena?
Ha sido un desafío muy intenso. No ha sido fácil, pero trato de hacer las cosas que todos están haciendo; trabajando desde casa, manteniendola limpia. Tengo una hija de tres años y estoy en el rol de papá, estudiando, leyendo y conectado con el arte. Viendo películas, haciendo yoga, trabajando en la meditación; cuidando el cuerpo y la mente, haciendo reflexiones y buscando mejorar.
A diferencia de Héctor en Westworld, en Proyecto Power eres un villano más pintoresco. ¿Qué fue lo que más disfrutaste de interpretar a Biggie?
Me pareció un desafío interesante por la transformación que vive el personaje. También puede ser un estereotipo, una caricatura de un dealer, pero me interesó el reto de humanizarlo, de darle capas interesantes. Comencé a hablar con los directores, que son talentosos y muy abiertos, escucharon mis ideas y me divertí mucho. Sobre ser el villano, veo a los personajes como personas, no son solo malos o buenos, pero siempre buscando quién es, qué puedo construir, conocer detalles y dimensiones; mi personaje superficialmente es una cosa, pero algo pasa, se convierte en algo muy distinto.
Foto: Cortesía Netflix
Biggie cambia su físico constantemente y se utilizaron efectos especiales para eso. ¿Cómo te adaptaste en el estudio para interpretar un personaje que es mucho más grande que tú?
Es un trabajo muy técnico. Había hecho esto ya en 300, trabajamos todo en green screen. En esta película casí no hay efectos especiales, trabajé con maquillaje y después incorporamos prótesis. El personaje fue un proceso de mucho trabajo, concentración, pero muy divertido. En el set hay cosas muy técnicas en las que debes poner atención.
Tienes una escena muy emocionante con Jamie Foxx, ¿cómo fue trabajar con él?
Fue un regalo. Es un excelente actor, un tipo que construye una atmosfera en el set, genial. Es muy proactivo y al mismo tiempo habla con todos, es de fácil acceso y cómico. Trabajamos con mucho gusto, demás muy generoso, estaba ahí para ayudar. Me la pasé muy bien trabajando con él.
En Proyecto Power la gente se transforma tomando una píldora, pero no sabes qué poder le va a dar hasta que la tomas. Si pudieras elegir tu poder, ¿cuál sería?
En la película, creo que el poder que necesita Biggie es desaparecer; en la vida, me gustaría el poder de convertir el prejuicio en empatía. Puede ser muy útil.
¿Qué enseñanza te dejó esta cinta?
Lo que más disfruté fue el proceso, la experiencia de hacerla por la convivencia con Jamie y Joseph. La atmosfera fue muy placentera, muy relajada. Es muy importante el ambiente, era muy relajado, teníamos espacio para crear. Enseñanza, puedo decir que tuve que profundizar mi concentración por el tema del maquillaje; las sesiones eran muy largas y ejercité mucho la concentración.
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