Su nombre embona a la perfección con la ambientación del lugar. Ideado bajo el concepto de fachada de tienda de pueblo, este espacio recibe a sus visitantes con mostradores que exhiben papillas para bebé, jabones Zote y paquetes de bicarbonato de sodio, mientras que una de las repisas del anaquel presenta productos como refrescos en botella de vidrio y triangulitos de Boing que se encuentran a la venta.
Desde cantinas clásicas en el Centro, hasta cantinas modernas en Polanco, la Condesa y la Roma, la ciudad tiene muchos espacios para precopear y botanear a gusto.