Fiesta de recaudación de fondos para el albergue de migrantes LGBTTTI

Con sudor en la frente y toalla en mano, redescubrimos la tradición de los baños de vapor en la ciudad Conocí a Kevin, un canadiense ansioso por un poco de sol, mientras deambulaba por la Zona Rosa. Yo buscaba cosas nuevas para esta sección, mientras él descubría la oferta del barrio gay de la ciudad.Tropezamos por el gentío que se aglutina en la acera donde se juntan el 42ND Street Café, el Lollipop y el Papi Fun Bar. Volteó la cabeza para ver mi camiseta de My Bloody Valentine y le sostuve la mirada, porque tenía esa forma de coger el cigarro que me derrite, presionando la boquilla con las yemas del pulgar y el índice. Platicamos un rato en la calle y decidimos entrar a la Botica Mezcalería. Kevin parecía algo desilusionado: la Zona Rosa no era precisamente lo que había pensado. En ese momento recordé la tradición de los saunas defeños, mejor conocidos como vapores. Comenzaron como una alternativa de relajación, pero por su aislamiento y sus áreas divididas para hombres y mujeres, se convirtieron en espacios de los que se adueñó la comunidad homosexual. Los vapores son una parte importantísima en la identidad gay de la ciudad. Así que invité a Kevin para que me acompañara a visitar algunos vapores y que conociera una cara distinta de la vida gay. Jueves: Baños Rocío (Tlalpan) Le cuento a Kevin que la fama de este baño se debe a que era frecuentado por el escritor y ensayista Carlos Monsiváis. El cronista nunca hizo pública su homosexualidad, hasta que el flautista Horacio

El Marrakech Salón De alguna manera, este local cabaret-galería-gay-kitsch-retro-medio-izquierdoso fue el que convirtió a la calle de República de Cuba del Centro en un destino alternativo a la Zona Rosa. Y lo de alternativo va en serio. Es inevitable que no se escuche a Katy Perry o “La maldita primavera”. En algún momento, suenan también Radiohead o los Pixies. Aquí la constante es el humor y una colorida capacidad de burlarse de uno mismo, algo no muy común en la comunidad LGBTTTI capitalina, que suele ofenderse por casi todo. Tom’s Leather Bar Puede ser que aquí casi todo es garantía: diversión, tragos, ligues, porno. Incluso sexo. Y es que cuando las cervezas hacen efecto, se tiene que pasar forzosamente por el cuarto oscuro para llegar al baño. No hay de otra. Por si esto les sirve de advertencia. O anzuelo. Se ubica en una cautelosa entrada sobre Insurgentes, poco antes de la esquina con Michoacán. Para muchos es un destino conocido, pero las nuevas generaciones, quizás aquellos que tengan menos de 24 años, podrán reconocerlo por sus puertas plegables tipo cantina norteña. Guilt Para bailar éxitos en inglés sin culpa. Este es el hermano polanqueño del Envy. Se encuentra en el interior de un discreto centro comercial sobre Anatole France, en Polanco. De alguna manera mantiene el mismo criterio de selección para entrar que el club de Palmas: no camisetas sin mangas, no shorts, no chanclas, no chispitas sobre camisetas sin mangas, no gorras de beisbol. Sin embargo, sí exi

Para cumplir tus fantasías grupales, te recomendamos algunos clubs swingers Líbido Para entrar al club -que admite a mujeres y parejas heterosexuales- debes llenar una solicitud por internet. En su página publican toda la información sobre sus fiestas temáticas. En Líbido cuentan con un playroom especial para hombres homosexuales. Las chicas que llegan solas entran gratis. Tienen bocadillos y botanas de cortesía.  Club SW Fue el primer club swinger del DF. Con 21 años de experiencia, tiene el reconocimiento de la comunidad internacional swinger NASCA. En el bar hay música en vivo, show de strippers, gogo dancers, pista de baile y playrooms. No aceptan parejas masculinas. Centro Swinger En este lugar, ubicado en el corazón del Centro, se organizan fiestas temáticas. Los miércoles son para tríos, los jueves de principiantes y los viernes para parejas. Las mujeres que van solas no pagan cover. Siempre hay show stripper. SQ Swinger Únicamente admiten a 40 parejas por fiesta. El código de vestimenta es riguroso, nadie entra con ropa sport. Tienen show de strippers y karaoke. Hay espectáculo de strippers y privados para ambos sexos. La dirección es secreta (la única pista es que está en la Narvarte) y sólo la revelan con reservación. Dreams Es uno de los más concurridos de la ciudad. Organizan fiestas temáticas, destacan la noche de jeans, playrooms y festival de máscaras, aunque las favoritas son las fiestas de semáforo, en las cuales las parejas van vestidas de rojo, amarillo o

Te recomendamos las mejores opciones para el disfrute de la comunidad lésbica en la ciudad Cine De reven en: Zona Rosa La Suite Bar Cuentan los rumores noctámbulos de la vida gay que el mejor día para visitar La Suite es el jueves a partir de las seis de la tarde, hora en la que arrancan sudorosas fiestas exclusivas para hombres. Una vez dentro hay que despojarse del pudor (y de un poco más). El primo de un amigo nos contó que se ponen bastante agitadas, sobre todo en la parte de la terraza. Quizás, cuando la temperatura es más fuerte que los decibeles, no importa tanto que el sonido esté mal ecualizado y las instalaciones no sean precisamente elegantes. Es un local de tres niveles que satisface la demanda de un público gay poco exigente. Aunque hay cadena, sólo es una señal equívoca de su interior cero pretencioso. Los tragos no escapan al rango de la Zona Rosa: cervezas de 35 pesos y tragos desde 55 pesos.  Los fines de semana La Suite es mixta. Entrar cuesta 75 pesos porque tienen DJs invitados. A diferencia de otros sitios, los chicos solitarios son bastantes y entablar comunicación es fácil, por lo que ligar es parte de su oferta. Pussy/La Gayta Es un local partido en dos, unidos por una barra en medio debajo de un marco desde donde se puede ver lo que ocurre del otro lado. En el Pussy las paredes están tapizadas de rosa, mientras que en La Gayta hay estampas de hombres desnudos. El Pussy está pensado para chicas, La Gayta para chicos. Ambos son bares muy pequeños con n