
De acuerdo, hay que tener mucha imaginación para asegurar que las canchas de esta ciudad deportiva, en la frontera norte de la ciudad, son buenas. Pero por fortuna el futbol depende más del entusiasmo que de los espacios. Una ventaja es que, como los grandes monumentos deportivos locales, está semivacío y siempre hay una cancha disponible, aunque sea un arenal con dos porterías y gradas que apenas se sostienen. En síntesis, este lugar ofrece plenitud de espacio, lo cual es suficiente en una ciudad en la que muchos hemos jugado en las calles o los pasillos de la escuela con botellas de plástico o bolas de papel.
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