Si bien para alcanzar el éxito, la serie Riverdale apostó por los lineamientos de fórmula correspondientes al drama juvenil y el suspenso con aire a telenovela, conservando únicamente los nombres del cómic que toma como base, al menos eso sirvió para que este terminara de consolidar una necesaria reinvención, la cual ya venía empujando desde unos años antes y que no terminaba de llevar hasta sus últimas consecuencias.
A veces, por mas insólita que pueda parecer, basta con una pequeña variante para darle la vuelta a las fórmulas y refrescar conceptos explotados hasta el cansancio. Es el caso de la película Found (2012), que al transpirar un marcado tufo a cine independiente, deja de lado cualquier estilización, para apostar por un inusual punto de vista que le permite hacer un perturbador paralelismo entre el convulsionado proceso de la adolescencia y la patología de un asesino serial. La cinta de Scott Schirmer sigue los pasos de un niño que descubre que su hermano mayor se dedica a matar gente y oculta la cabeza de una de sus víctimas en una mochila para bolas de boliche.
Este tipo de procesos a la hora de desarrollar historias, así como al encontrar los puntos que vinculan con naturalidad los géneros a partir de situaciones que desnudan el salvajismo cotidiano, es una de las especialidades de Joe Hill, hijo del legendario Stephen King. Muestra de ello es esa inquietante y seductora mezcla de terror y fantasía llamada Lock and Key —que ya cuenta con una desafortunada adaptación al formato de serie en Netflix—, así como el título que hoy nos ocupa, Basketful of Heads (Canasta llena de cabezas en inglés), que desde su título evidencia la relación con la película arriba mencionada.
Publicada en Mexico por Smash, la miniserie gira alrededor de una chica llamada June que visita la isla Brody. Ahí, durante una noche lluviosa, ve cómo un puñado de convictos secuestran a su novio, Liam. Ella decide enfrentar a los maleantes usando una hacha vikinga, que por azares del destino cayó en sus manos, y tiene la facultad de que, al decapitar a alguien, deja su cabeza con vida y plena conciencia.
Por supuesto, tal circunstancia sirve para elaborar en Basketful of Heads retorcidas situaciones que transitan entre el horror y el humor negro, arrojando diálogos que empujan las necesarias vueltas de tuerca, y que funcionan no solo para dar pequeños respiros entre lo que se presenta como un thriller tan absurdo como intenso, sino que van definiendo a una protagonista que se aleja de los estereotipos. Éstos obedecen al necesario empoderamiento femenino que conecta con nuestra época y aprovecha el escenario análogo de los ochentas, que es donde se desarrolla la propuesta.
Pero eso no es todo, pues los giros de la trama que aluden a los distintos niveles de corrupción dentro de las estructuras sociales más simples, y los diversos encuentros con los antagonistas, sirven para exponer la patología propia de la violencia que suele ocultarse detrás de los comportamientos normalizados.
Lo mejor de Basketful of Heads, que por cierto va salpicado de algunas referencias musicales e ironías nacionalistas, es que siempre mantiene una clara vocación por el entretenimiento, lo cual aunado a la naturaleza y carisma de su protagonista, le hacen ideal para que quizás en algún momento pueda convertirse en una película o serie. Pero no “perdamos la cabeza”, todo a su tiempo.
Recomendado: The Outsides, una miniserie basada en el libro de Stephen King que puedes ver por HBO.