Chuí y su patio se volvieron un referente porque desafían la idea de que la gastronomía argentina se limita a la carne. Su fama se debe a una propuesta audaz: un oasis culinario centrado en vegetales. Si a eso le sumas el amplio patio para la sobremesa, el combo es ganador.
Este viejo conocido, famoso por su cocina abierta, está de estreno con su nuevo menú de brunch y algunos takeovers especiales durante todo el mes de agosto. Y seamos honestos, ¿a quién no se le antoja una mimosa o un Campari en un ambiente tan tranquilo, con música de DJ y unos huevos benedictinos para compartir?
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Nosotros nos decidimos por una porción para compartir su versión de shakshuka (plato magrebí) de la abuela con huevos benedictinos, un tierno queso taleggio y un pan de masa madre extracrujiente que va bien con las coles de bruselas. Pero si buscas algo más ligero, la tostada de aguacate es la opción perfecta, con su toque agridulce de maple, hongos portobello y tomates asados.

Para los más golosos, hay opciones como el pastel de zanahoria con betún de nuez de la India, o uno de nuestros favoritos: la pastafrola con dulce de guayaba y crema, que le da un contraste ácido delicioso. Se acompaña bien con un café filtrado o una leche dorada bien aromatizada con cardamomo.

Y en cuanto a las bebidas, si necesitas algo para levantar el ánimo, pide el Orizaba, con mezcal, piloncillo, jugo de naranja y angostura. O prueba la versión de la casa del Bloody Mary, con una sangrita que se aleja del sabor tradicional, entregando un trago más firme y único.Al final (o inicio) del día, el objetivo de un buen brunch es ese: sentirse a gusto y pasar un buen rato. En Chuí se logra con creces.
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