Son muchas opciones para disfrutar un helado, pero nosotros tenemos 10 que nos vuelan la cabeza
Si ya probaste los 20 mejores postres de la CDMX ahora es momento de clavarse en las mejores heladerías. Te daremos un recorrido por helados sofisticados con frutas deliciosas, otros más simplistas y puros con vainilla, hasta delicias cremosas de recetas italianas y cubanas. No podrás dejar de comerlos.
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El restaurante siciliano por excelencia de Santa María la Ribera, María Ciento38, invitó a Fiorellino -productores de gelato artesanal italiano- para surtir sus delicias. El mejor es el fior di latte, un queso cremoso de leche de vaca similar al mozzarella con un sabor exquisitamente concentrado y en su punto en azúcar.
Dónde comerlo: María Ciento38 Santa María la Ribera 138, Santa María la Ribera.
Al fondo, destaca un letrero neón que dice “fatto con amore” (hecho con amor) y, justo debajo, está el congelador con 16 opciones de helado. El pistaccio di bronte es una creación de pistache colorido, cremoso y con trozos de la semilla: un helado perfecto que te dejará enamorado.
Dónde comerlo: Stracciatella Chiapas 182, Roma.
Dentro del Mercado de Medellín se esconde un local que no aparenta ofrecer algún postre o café, mucho menos los famosos helados cubanos. En Helados Palmeiro verás a uno que otro conocedor ordenando en la barra un helado de nata, mantecado o coco. El mantecado da pistas de tener vainilla natural, pero sólo lo intuimos porque son muy celosos con su receta.
Dónde comerlo: Helados Palmeiro Campeche 69 local 507, Roma,
Es un postre muy sutil, cuando parece que entiendes a qué sabe, ya te lo terminaste. Como un efecto de tornasol, tiene muchos sabores dependiendo de dónde lo pruebes en tu paladar. A veces se acerca a la vainilla, otras a diferentes sabores florales. Es como si el color violeta tuviera un sabor.
Dónde comerlo: Bigotes de leche Diagonal de San Antonio 909A, Narvarte.
Es el famoso helado de coco vainilla con plátano caramelizado y galleta de café de Nómada, donde procuran utilizar materia prima orgánica y mexicana.
Dónde comerlo: Nómada Heladería Ámsterdam 297, Condesa.
Sus helados, además de tener nombres originales y únicos, contienen alcohol; así es: helados con piquete. Hay muchos favoritos, pero hay uno que destaca por su excelente nivel de dulzor, especias y alcohol. El beso de gremlin tiene cardamomo y midori, un licor de melón, lo que lo vuelve una especie de chutney, lleva un poco más de mango, arándano y un buen toque de vodka, para redondear todos los sabores.
Dónde comerlo: Helado Obscuro Córdoba 223, Roma
Todos los helados se preparan con ingredientes naturales, orgánicos y, sobre todo, bajo los principios de la botánica y la herbolaria, balsámicos, plantas y flores como azahar, cempasúchil o lavanda. Prueba el helado de mamey que es absolutamente cremoso, el sabor de la fruta es muy sutil.
Dónde comerlo: Heladería Escandón José Martí 61, Escandón.
Pareciera que desde los años cincuenta no han cambiado ni la decoración, ni las cartas. Creado por la mismísima familia Chiandoni, una leyenda en el mundo de los helados. Aquí se trata de lo tradicional y no hay uno mejor en la CDMX que su helado de limón.
Dónde comerlo: Chiandoni Pennsylvania 225, Nápoles.
Su auge fue en los años treinta, pero su nieve de vainilla con puntos negros sigue vigente y es la mejor del país. Parece ser un simple helado de vainilla, pero es preparado con una vaina natural extirpada de orquídeas frescas de Veracruz.
Dónde comerlo: La Especial de París Insurgentes 117 local B, San Rafael.
Ofrecen helados desde 1922 con casi 30 variedadades. Es difícil, pero todas las métricas indicaron como resultado que el helado de chocochips es el más apropiado para extasiar el paladar. El sabor del chocolate de leche es suave y terso una vez en la boca.
Dónde comerlo: La Bella Italia Orizaba 110, Roma.
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