Los mejores restaurantes y fondas para oficinistas en Reforma Centro

Poco importa estar junto al Bellinghausen, este estacionamiento improvisado como bazar gastronómico no se achica. Hay puestos de tacos de guisado, quesadillas, pambazos y hasta ramen casero, pero la garnacha estrella es la gordita. ¿El motivo? 30 centímetros de diámetro de chicharrón y masa al comal. 

Tras leer el menú de esta lonchería coquetísima, la boca confirma que aquí se vive del #foodporn. El foreplay es el pambazo de pulpo a las brasas con puré de papa y quesos mixtos, un bocadillo pizpireto para comenzar. Luego, una torta de pan casero y rabo de res estofado, suave y jugoso. 

Hay otras fondas en la zona que le hacen mosca, pero la Cocina Berna es la mejor, y lo comprobamos tras comer en todas. Siempre incluye sopa del día, guisado, agua y tortillas, pero su menú es variado y cambia todos los días, como dictan los cánones de la comida corrida. 

Doña Blanca no está cubierta de ningún pilar, sino de comensales que disfrutan de sus platos bien servidos. Ya sea que comas ahí o pidas a domicilio, son tres tiempos: entrada, pasta o ensalada y plato fuerte. Los especiales varían de acuerdo a la temporada (como un buen chile en nogada, por ejemplo).

Aquí puedes disfrutar de una hamburguesa de arrachera acompañada de la sopa del día, refresco o agua. Si buscas algo más light, también hay nueve tipos de baguettes y cuatro ensaladas.  En viernes puedes agarrar la fiesta después de comer, pues venden cerveza de barril y cierran hasta las 2am.

Esta es la opción para los oficinistas que cuidan de su salud. El chef Agustín Fresno ofrece una extensa variedad de baguettes, ensaladas y sándwiches hechos con pan fresco y bautizados con nombres propios. Nuestra sugerencia es el quiché pilar, con jamón serrano, queso parmesano, crema y cebolla.