Olímpica (CERRADO)

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  • Cuauhtémoc
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
  1. Olímpica
    Foto: Alejandra Carbajal
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Time Out dice

4 de 5 estrellas

Conoce Olímpica, la nueva cantina en el Centro Histórico

Llevábamos un par de tacos en Olímpica cuando mi acompañante dijo: “¿no te pasa que la comida te pone?, estoy puesta de comida”. No hay mejores palabras para describir esta experiencia. Y por cierto, qué buen viaje.

A la cabeza de cocina de Olímpica está Raúl “Dexter” Castillo Cruz, mente creadora de Lou’s Pizza. El concepto es cantinero, en el Centro y toda la cosa —está ubicado dentro de Selina—. Puedes pedir a la carta (se valen medias órdenes, por si quieres probar varias cosas) o cantinearle como se debe; a cada trago, te traen un plato, con la promesa de servirte platillos dependiendo del mood en el que vayas. Si empiezas ligerito, una entrada también ligera; pero si ya traes la fiesta encima, unos taquitos para ayudarte a reponerte y seguir.

Nosotras nos fuimos por las opciones a la carta. Empezamos por unas croquetas rellenas de jaiba, hechas al mero estilo español pero con su toque de chile serrano y salsa de chipotle. Luego, un coctel de camarón. He de advertirles que este coctel les va a arruinar todos los que prueben en el futuro, porque lleva cátsup hecha en casa y los camarones no son pacotilla, sino unos más grandes, frescos, cocidos en su punto y partidos a la mitad.

De ahí le seguimos con unos esquites; llegan a la mesa en un plato hondo, con bastante caldito y espinazo de cerdo, en cantidad suficiente. Aparte, el imprescindible chile piquín, el que pica mezclado con el que no pica. Pero el plato explota cuando ves llegar al mesero con un platito y un rallador. Sobre el plato, un trozo de trufa que viene directito de Puebla para vivir por siempre en nuestros corazones. Piénsenlo: esquites con trufa.

Le seguimos con un taco de cerdo encacahuatado que nos recordó a nuestra infancia y a nuestras abuelas, y otro de milanesa de calamar que fue sorpresivo, a la vez que familiar. Y todavía le entramos con otro taco que se convirtió en uno de los favoritos: era de jaiba frita y venía con sus huesos de tuétano; sobre ellos, una salsa de chipotle y unos chips de ajo. Y de postre, un mango al grill con bolitas de tapioca y un flan.

Para acompañar la comida tienen desde chelas industriales y artesanales hasta súper opciones de vino por copeo o por botella. Pero si tienes ganas de coctelear, no te pierdas los viejos y confiables como el negroni o el Aperol Spritz, o los tragos de la casa como el Ginger Pineapple Gin, que tiene ginebra, jugo de limón, Aperol, ginger ale y bitter de angostura o el Airmail, una irreverente mezcla de ron añejo, champaña y jugo de limón. 

Y unas horas más tarde, todavía contenta por la comida tan rica y vasta, me di cuenta de lo más importante: el concepto de Olímpica va mucho más allá de lo que te ponen en la mesa (delicioso, sencillo pero con sus toques irreverentes y divertidos; valiosísimo ya de por sí); ahí, el concepto de la comida como pegamento social se materializa. Y eso es vivir una cantina, comer rico y compartir con tus convidados tanto la comida como las emociones y los sentimientos, mientras que se estrechan los lazos afectivos.

Debes de saber que si prefieres, Olímpica también te recibe para desayunar —o para curártela, con unos chilaquiles— y para brunchear los domingos con un concepto que se debería hacer todos los días, en todos lados: brunch todo el día, y todo lo que puedas comer por un precio fijo ($700-$800 más bebidas)

Y pensar que ese viaje lo iniciaron unas croquetas de jaiba. Larga vida a las cantinas. Que los dioses nos las bendigan.  

Andrea Vázquez
Escrito por
Andrea Vázquez

Detalles

Dirección
José María Izazaga 8
Centro
Ciudad de México
06000
Transporte
Metro Salto del Agua
Precio
Consumo promedio por persona $600
Horas de apertura
Lun-dom 8-10pm
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