Alfonso Herrera protagoniza La Sociedad de los poetas muertos
Foto: Alejandra Carbajal

Alfonso Herrera encabeza La sociedad de los poetas muertos en teatro

Poncho Herrera regresa al teatro luego de triunfar en la televisión internacional, échale ojo a lo que nos contó

Escrito por
Enrique Saavedra
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Con el personaje de John Keating, Alfonso Herrera regresa al teatro luego de haber estado inmerso en el mundo de la televisión internacional —Sense8, El Exorcista—. De la mano de los productores y el director de Privacidad, Alfonso Herrera encabeza la versión teatral del clásico cinematográfico que protagonizó Robin Williams a finales de la década de los ochenta, La sociedad de los poetas muertos. Charlamos con él de teatro, poesía y libertad.  

¿Por qué regresar al teatro?
¿Por qué no? Estoy muy contento de volver a trabajar con Claudio Carrera y es la primera vez que trabajo con Francisco Franco. Este proceso lo levantamos desde hace un año, pero por cuestiones ajenas a nosotros no se pudo montar entonces. Este año pudimos retomarlo y fue muy fácil, puesto que ya nos conocíamos todos y fue quitarle la pausa a lo que ya se había trabajado. Además, nos entusiasma estar en este espacio relativamente nuevo, que es el Teatro Libanés, quedó increíble.

Esta obra parte de la poesía. ¿Cómo te relacionaste con este género?
No leía mucha poesía y a partir de esta obra empecé a clavarme con los poetas románticos, porque es algo que se tiene que hacer. Leímos a Walt Whitman y a Percy Bysshe Shelley, entre otros. Uno de los pilares de ésta obra es el poder de la palabra, el poder de las ideas y cómo éstas pueden modificar el mundo de una persona. Descubrimos que la poesía es un código muy delicado a través del cual el profesor invita a los estudiantes a sensibilizarse dentro de esa escuela que está en un área sumamente conservadora de los Estados Unidos, donde todos son blancos y el poder adquisitivo es brutal. ¿Qué es mejor: un abogado que lee poesía o uno que no lee poesía? Es una invitación a que todos los que van al teatro se dejen sorprender e inspirar.

Foto: Alejandra Carbajal

Cuando participaste en teatro hace varios años tú eras el joven del elenco y te respaldaban actores de importante trayectoria. Hoy tú encabezas una compañía de chavos…
Es refrescante llegar al salón de ensayos ver y sentir toda la energía de dieciséis jóvenes. Si llegas bajo de energía, ellos te contagian y es increíble. Tanto Francisco Franco, el señor Luis Couturier y yo somos los que ya desentonamos un poco.

Has tenido experiencias muy exitosas en la televisión internacional, ¿qué te traes de eso al teatro?
Las ganas de regresar a mi país, de trabajar en México y quedarme mucho tiempo aquí. Los procesos que tenemos en México son muy humanos. No es solamente trabajar por hacer industria o negocio. Regresar y tener un trabajo de mesa largo, un trabajo de investigación extensa, es algo que valoro mucho. Ha sido un proceso maravilloso.

¿Qué te está dejando como actor y como persona este primer momento de tu retorno?
Lo que tratamos de hacer es compartir e inspirar a los espectadores a partir de sus propias ideas. Todos hemos tenido en algún momento personas que han llegado a nuestras vidas, ya sean profesores, familiares o amigos, que nos han inspirado. Son personas que se han quedado allí, cuando los recordamos entendemos que siempre podemos ser soñadores y librepensadores como ellos fueron. 

"Es una invitación a volver a recordar a esos librepensadores que somos todos". 

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