Resurgen teatros de antaño

El Teatro Milán y el Teatro Arlequín levantaron sus telones para la alegría de los amantes de las artes escénicas

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Teatro Milán (Foro Lucerna)
  • 4 de 5 estrellas
  • Teatro
  • Juárez 
  • Crítica de Time Out
Durante los casi 30 años en los que el interior del Teatro Milán permaneció en ruinas, su marquesina se mantuvo intacta. La mañana del 19 de septiembre de 1985, ese importante recinto fue víctima del terremoto que sacudió a la ciudad. El espacio que permitía al público capitalino conocer las propuestas teatrales gestadas en la Universidad Veracruzana tuvo que cerrar. Lo que en pleno 2014 parecía improbable, ha sucedido: el Teatro Milán volvió a levantar su telón. Ahora bajo las riendas de los actores y empresarios Mariana Garza y Pablo Perroni, quienes se encargaron de proyectar la remodelación del sitio que alberga tres espacios destinados a las artes escénicas. “Amamos el teatro. Desde muy chiquitos nació en ambos el interés de crear un espacio. Nos conocimos en 2003 en el musical Regina, desde entonces descubrimos que tenemos una misma filosofía, un amor, una pasión y una misma ética para el trabajo”, dice Mariana. Eso les permitió, 10 años después, echar a andar el que consideran su proyecto de vida. El edificio cuenta con una capacidad para 260 espectadores que presenciarán obras de mediano formato. Además dará cabida al Foro Lucerna, una caja negra cuyas dimensiones permiten ajustarla a las necesidades y propuestas de las compañías que ahí se presenten, con proyectos de pequeño formato que podrán ser vistos hasta por 140 espectadores.
Teatro Arlequín
  • Teatro
  • Cuauhtémoc
Esta historia me la contó Toño Calvo –el productor de La dama de negro– cuando fui a ver la obra en una de las tantas funciones que han dado durante los 20 años que se han mantenido en cartelera. Es el resurgimiento del Teatro Arlequín. Nadia Haro fue una actriz y atleta francesa que participó en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936. Muy joven se enamoró del coronel mexicano Antonio Haro. Regresaron al DF para instalarse en una casa de Villalongín e Insurgentes. Allí comenzaron a presentar comedias francesas y, con el tiempo, mandaron construir el Teatro Arlequín, a manos del arquitecto Julio Prieto, quien creó los teatros del IMSS. En 1994, en ese teatro se estrenó La dama de negro, bajo la producción de Antonio Calvo. Como no tenían quién le diera mantenimiento al teatro el día del estreno, Calvo limpió butaca por butaca, Nadia se impactó de su entrega por la obra. Se hicieron amigos. Luego, historias más, cuentos menos, el teatro cerró después de 60 años de funcionamiento. En 2009, Nadia le ofreció venderle el teatro a Toño. Él no sólo aceptó, sino que le ofreció comprar su casa (en el terreno contiguo), para ampliar el foro. Luego de cinco años de conflictos legales, finalmente el 15 de enero de este año (2014) Calvo le informó emocionado a Nadia que el teatro ya era oficialmente suyo. Nadia –con su buen francés– le deseó suerte y se despidió de su teatro y su casa. Dos días después, 17 de enero, Nadia murió. El teatro abre en este primer trimestre de 2014.
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