Tiempo de cambio

A lo mejor ubicas a Yumiko porque musicalizó unas de tus mejores noches de baile en el Leonor o en el Rhodesia, pues ahora tiene un salón. Cortar el pelo no es nuevo para ella, antes era DJ, hacía booking y managment y su hobbie era cortar pelo a domicilio; desde hace tres meses los papeles se invirtieron, ahora su hobbie es poner música en fiestas y antros. El salón es de ella y Andrea Galván, una talentosa estilista y peluquera, –a sus 25 años ya tiene un muy exitoso salón en Monterrey, Beauty Bar–  quien decidió crecer y probar su suerte en el DF. Son muy diferentes, a Yumiko le gusta la gente que se deja hacer lo que sea en el pelo, mientas más extremo, mejor. A Andrea le gustan los cortes más clásicos sobre todo los estilo sesenteros. Paprika es un lugar chiquito pero con mucha personalidad que en tan poco tiempo de vida ya le va muy bien. Para probar las tijeras de estas dos hábiles y guapas mujeres llevamos a Belén, quien no se dejó hacer lo que sea (para la mala suerte de Yumiko), pero si se dejó hacer un cambio, que a nuestro parecer es muy favorecedor.

Martín lleva varios meses buscando la mejor barbería, así que me pareció correcto llevar a este “experto” a la barbería París Merínne para probar sus navajas –hasta ese momento no había ido a una que lo convenciera–. Este lugar es un espacio para caballeros, José Antonio el encargado del lugar, me platicó que así como las mujeres tienen su salón donde se consienten, este es uno para hombres “donde pueden ver la Playboy, decir groserías y hablar de chicas”. Además de todo eso, los clientes pueden escoger de un carrito, una bebida de cortesía (cualquier licor que se te ocurra o una michelada deliciosa), un puro, un cigarro o para entretenerte una laptop, un Ipad, un PSP o un Xbox. Y se pone mejor, mientras disfrutas de tu bebida, una señorita te hace manicure mientras uno de sus excelentes barberos te hace la afeitada de tu sueños después de un masaje relajante.  Estos maestros de la navaja se hacen en casa, París Merínne tiene 40 años de existir, y todos los barberos que ahí trabajan aprendieron ahí, es un lugar que permite que el que empieza barriendo termine cortando el pelo después de entrenarse. Y los entrenan muy bien. Fue tan buena que Martín recomendó “niñas, déjense la barba, no saben de lo que se están perdiendo”.

Entras por una puerta de edificio entre restaurantes en plena Zona Rosa, subes unas escaleras de madera y es el local de mano izquierda. No es un salón que se preocupa mucho por su decoración como uno “chido” en la Roma o uno más nice de Polanco, de vista, no das mucho por el lugar. Pero el valor no está en su caparazón sino en su interior: en Ssoni Park y Jenny Heo. Las dos coreanas abrieron este salón hace cuatro años,  pero la primera en llegar fue Ssoni. Ella estudió en varias escuelas de belleza en Corea y Japón y vino a México a visitar una amiga y terminó quedándose y abriendo su estética. Lleva diez años viviendo aquí y le encanta –sólo no le gustan los tamales–.  A Hair Charisma viene gente de todo tipo: coreanos, mexicanos, extranjeros, niños, hipsters, señoras, oficinistas y viejitos. Tiene una clienta de más de noventa años, ciega, que lleva mucho tiempo cortándose el pelo ahí y que todavía sus hijos la llevan a que la pongan guapa. Hay todo un culto alrededor de “la peluquería coreana”, preguntas por ahí y mucha gente ha oído hablar de ellas y tiene cosas que contar. Fui a buscarlas y llevamos a Julio ,que decidió deshacerse de su look de “náufrago” o “trovador de Coyoacán” y dejar que Ssoni le hiciera un cambio de imagen. Nota: Jenny y Ssoni viajan mucho para tomar cursos en Estados Unidos y Europa, entonces es mejor hablar para hacer cita.

No somos revista de chismes, entonces me voy a ahorrar todos los dramas involucrados en que tres de las estrellas de Contrastes se salieron de la estética para poner la suya.  Y son tan buenos que aún cortando el pelo en casa de uno de ellos y ahora que ya tienen un local adentro de un garaje, tienen suficientes clientes para que la única forma que te atiendan sea con cita. Para empezar Luis Meléndez es de los mejores coloristas de México, olvídate de los rayitos de tianguis, para él lo más importante es que tu pelo se vea natural o que vaya con tus facciones y estilo de vida. Nadie en el DF hace un ombré (degradado claro en las puntas) como él.  Por otro lado, Chio Carmona le corta el pelo a toda “la escenita cool” de la Condesa-Roma y lo hace muy bien. Estos dos genios de la cabellera junto con Danny Rodríguez, otro de los peluqueros legendarios de Contrastes, abrieron Rock Your Hair hace dos años, primero en casa de Chio, ahora en un garaje y para cuando leas esto, en un local más grande en Campeche pero también escondido en un garaje. Bego decidió hacer su cambio de look completito: corte y tinte y acabó una güerita feliz.

A unas cuadras de Masaryk, donde están las tiendas más finas de la ciudad, está este salón de belleza que encaja perfecto en la zona. Jaime Chávez lleva veinte años en la industria, tiempo que le ha servido para perfeccionar la técnica y llegar a ser famoso en el gremio. Llegamos al salón puntuales, el espacio blanco, con flores blancas, candelabros de cristal y un aire “refinado”. Esperamos que el peinado lo hiciera el mismo Jaime; pero como Lorenza quería una trenza para la graduación de su hermana, la que la peinó fue Connie, la maestra del trenzado quien lleva seis años trabajando con el maestro. Aprovechando que estaba ahí y que había que verse guapa para la ocasión, Ana –la esposa de Jaime­– maquilló a Lorenza de acuerdo al vestido que usaría, el peinado y su estilo. Los dos quedaron muy bien, considerando que muchas veces cuando vas a salones de este tipo terminas pareciendo quinceañera con caireles o señora de sesenta. Nota: Este salón recibe a mujeres de Polanco, Lomas y Bosques, empresarios y celebridades como Ana de la Reguera, Cecilia Suárez y Ana Claudia Talancón.