Las 15 mejores películas de terror mexicanas

Este thriller psicológico de terror relata una historia sobre la perversión y la depravación que puede desarrollar el ser humano cuando se aleja de la realidad y los estándares de la civilización. La película, que se desarrolla entre escenas ilógicas de locura, lujuria y sexo, narra la vida de dos hermanos que, tras huir de casa y vagar varios días por las calles, llegan accidentalmente a un edificio en ruinas que aparenta estar abandonado.

Aquí se encuentran con Mariano (Noé Hernández), un hombre de mediana edad que les deja quedarse en el lugar a cambio de un trato que ellos aceptan. Esta decisión marcará el rumbo de sus vidas y despertará en ellos sus pasiones más bajas.

El primer largometraje de Daniel Gruener fue protagonizado por su Susana Zabaleta, Alejandro Tommasi y Ricardo Blume. Sobrenatural se situa en una oscura y tétrica Cuernavaca, donde vive Dolores. Una noche presencia el asesinato una vecina de su edificio y pasa de un estado de shock a una enorme paranoia, creyendo que el asesinó la vio y volverá para matarla y no dejar testigos.

Al tratar de aceptar que solo fue un hecho traumático, su miedo vuelve cuando su esposo murmura el nombre de la vecina mientras duerme, haciendo que Dolores comience a armar un rompecabezas lleno de sospechas en el que tendrá que distinguir entre la realidad y la brujería.

Esta antología de cortos mexicanos inspirados en leyendas o mitos mexicanos se estrenó en el Festival Internacional de cine Fantástico Sitges en 2014, dotando de frescura al cine de terror y horror de la industria mexicana. 

Aquí podrás ver Tzompantlu de Laurette Flores, Jaral de Berrios de Edgar Nito, Drena de Aaron Soto, La cosa más preciada de Isaac Ezban, Lo que importa es lo de adentro de Lex Ortega, Muñecas de Jorge Michel Grau, Siete veces siete de Ulises Gúzman y Día de los Muertos de GiGi Saul Guerrero. Cada corto transita entre el terror, el horror, la fantasía, el suspenso y el thriller.

La directora y escritora Issa López nos sorprendió con esta película: mostró la realidad que sufre México en temas como el narcotráfico, los feminicidios y los niños de la calle, en un thriller con una narrativa sencilla pero bastante feroz. Sus protagonistas, no mayores de 12 años, hacen un gran trabajo.

Aquí conocemos a Estrella, una niña que después de la desaparición de su madre desea volver a verla. El deseo se le hace realidad, pero tristemente su mamá vuelve en forma de fantasma. Mientras trata de buscar una respuesta a esto, conoce a una banda de niños que vive en la calle y quienes la integran a su pandilla.

Aunque su estreno fue opacado por Coco, Vuelven es una película que nos demuestra que en México tiene excelentes producciones. No por nada Stephen King y Guillermo del Toro la recomendaron.

Dirigida por el máster del cine de terror, Carlos Enrique Taboada (El libro de piedra, Más negro que la noche), esta es una de las cintas mexicanas más queridas de los fans del género. Protagonizada por Marga López, Maricruz Olivier, Alicia Bonet y Elizabeth Dupeyrón, la historia nos llevn directo a un internado para mujeres bastante estricto en el que suceden cosas sobrenaturales.

Todo comienza cuando Claudia y sus amigas son castigadas por desobedecer. Parte del castigo es pasar las vacaciones del verano en el internado sin poder salir. Una noche, Claudia escucha una voz que la llama y, aterrada, busca de dónde viene el sonido hasta que se topa con un ente paranormal que aterrorizará a todo el grupo.

Esta sangrienta historia de Alejandro Jodoroswky es protagonizada por Axel Jodorosky, Blanca Guerra y el famoso actor estadounidense, Guy Stockwell. Estrenada en 1989 y con bastante carga de símbolos esotéricos, conocemos a Fénix, un joven que está internado en un hospital psiquiátrico.

A través de sus memorias, conocemos los hechos más repugnantes de la infancia de Fénix y entendemos por qué se encuentra internado. Desarrollada en un circo, Santa Sangre muestra los vicios de la humanidad, desde el deseo sexual del padre de Fénix, hasta la manipulación de una sacerdotisa que venera a una niña sin brazos, los cuales le fueron arrancados mientras la torturaban.

Como es costumbre en las películas del director chileno, los escenarios sobrecargados, las situaciones violentas y los personajes extraños hacen de Santa Sangre toda una obra de culto desagradable, pero interesante.

Dirigida por Roberto Gavaldón y adaptada de la novela homónima de B. Traven, Macario es una de las películas más emblemáticas del cine mexicano. Protagonizada por el inigualable Ignacio López Tarzo, se convirtió en la primera película mexicana en ser nominada al Oscar a Mejor película extranjera. Además de ganar el premio a Mejor fotografía en el Festival de Cannes. Es más, esta obra de arte ha sido proyectada en los ciclos de cine del Museo de Arte Moderno de Nueva York.   

Macario es un leñador padre de familia que se enfrenta a la pobreza. Cansado de la vida que lleva, sueña con comerse un pavo él solo y no compartirlo con nadie. Un día, las situaciones se acomodan y logra hacerse de un guajolote, por lo que se interna en el bosque para devorarlo sin darle a nadie. En su trayecto se encuentra con tres extraños personajes, que le pedirán compartir el banquete.

El México que duele por su constante violencia, la injusticia y la corrupción han sido temas recurrentes en películas de la última década, especialmente. Estos aspectos son llevados a un terreno más oscuro por Amat Escalante en La región salvaje, creando una atmósfera de suspenso, fantasía y terror, y recordándolnos la serie japonesa Urotsukidoji (1986).

La historia se centra en Alejandra (Ruth Ramos), una joven madre y ama de casa que tiene dos hijos con su marido Ángel (Jesús Meza) en un pequeño pueblo de México. Su hermano Fabián (Edén Villavicencio) es enfermero en el hospital local. Un día sus vidas son alteradas con la llegada de la misteriosa Verónica (Simone Bucio). Ella les convence de que en el bosque, en una cabaña aislada, existe “algo” que no es de este mundo, pero que resolverá todos sus problemas.

Puede que no sea de lo mejor del cine de terror, pero sus efectos la hacen parte de este listado. Todos los niños que crecimos en los noventa quedamos aterrorizados con esta cinta dirigida por René Cardona III, protagonizada por Pedrito Fernández, Gabriela Hassel y Julio Alemán. A pesar de su baja producción —y pobres actuaciones— la cinta cuenta con excelentes efectos especiales, además de una historia bastante aterradora.

Aquí conocemos a una familia que se va de viaje a una casa de campo que acaban de heredar. Cuando llegan, se dan cuenta de que el edificio fue olvidado por varios años, pero a pesar de su tétrica estética deciden quedarse. Todo comienza a tornarse espeluznante cuando Gaby, una de las hijas, cae a un pozo y se encuentra con una muñeca que pertenecía a una bruja, desatando eventos paranormales.

Otra obra maestra de Carlos Enrique Taboada. Después de haber dirigido El libro de piedra y Hasta el viento tiene miedo, el director presentó esa película en la que demuestra por qué era tan bueno con las historias de terror, a pesar de ser un género poco solicitado en la industria mexicana de los ochenta.

Esta cinta de culto nos presenta a Verónica, una niña que después de escuchar las fantásticas historias de brujería juega a ser bruja. A manera de que su amiga Flavia le crea, dice ser responsable de algunas situaciones extrañas que suceden. Después de obligarla a hacer travesuras que poco a poco suben de tono, Verónica convence a Flavia de invitarla al rancho de su familia para fabricar un veneno para las hadas, pero su amiga tiene otros planes para ella.

Una de las cosas que más nos gusta de Veneno para las hadas es que fue filmada en la Ciudad de México, por lo que se ven colonias como la Condesa y Del Valle, además del estado de Tlaxcala.

Si bien para las nuevas generaciones llegan a ser ridículas, las producciones de El Santo no solo consagraron al luchador mexicano como un icono nacional, también llevaron a la pantalla grande terroríficos entes. Nuestra cultura visual está tan afinada, que es fácil identificar la calidad de los efectos especiales, pero imagina qué impacto fue para los mexicanos ver zombies, momias y vampiros caminando en los sesenta.

Dirigida por Alfonso Corona Blake y protagonizada por Lorena Velázquez, María Duval y Ofelia Montesco, además del Enmascarado de Plata, conocemos a la sacerdotisa Tundra, que quiere revivir a la reina vampiro Zorina para comenzar su reinado de horror. El Santo tendrá que luchar contra las mujeres vampiro, e incluso algunos amigos luchadores, para detener sus sangrientos planes.

Estrenada en 2007, esta cinta causó bastante revuelo ya que mostró una historia de terror mexicana con buenos efectos especiales y una historia bastante terrorífica. Ésta comienza cuando Ágata está manejando por una carretera solitaria, justo en el Km 31, sin querer atropella a un niño que apareció de la nada. Aterrada por el evento, se baja a ver si el niño sigue vivo, pero al igual que ella, un carro no la ve y la atropella, dejándola en coma.

Después de enterarse el accidente, Catalina, su gemela, comienza a sentir el dolor de su hermana y a escuchar voces, lo que la hace investigar más sobre el accidente para descubrir por qué Ágata está entre el mundo de los vivos y los muertos.

Después de tener algunos problemas en postproducción debido a que el presupuesto sobrepasó lo planeado, Belzebuth de Emilio Portes llegó a las salas de cine poco después de lo que se pensó, en 2017. Esta cinta de terror presenta a unos agentes que tratan de resolver una serie de asesinatos en la frontera norte de México.

Además de las trágicas muertes, los investigadores se sumergen situaciones paranormales y comienzan a considerar que los asesinatos tienen que ver con posesiones demoniacas. Poco a poco, el agente Iván Franco (Tate Ellington) comienza desenredar el hilo que lo llevará con caminos terroríficos.

René Cardona fue uno de los cineastas más activos de la Época de oro del cine nacional; protagonizó películas como El peñón de las ánimas (1943), Cartas marcadas (1948) y La barca de oro (1947); además de dirigir películas como Don Juan Tenorio (1936), Allá en el rancho chico (1938) y La reina del río (1939). 

Uno de sus más emblemáticos trabajos es La Llorona (1960), cinta filmada en Guanajuato, en la que narra la historia de este fantasmagórico personaje mexicano. Aquí vemos el inicio del mito: en un ataque de furia y celos, Luisa asesina a sus dos hijos, cuando se entera que su esposo está por casarse con otra.

Con las actuaciones de María Elena Marqués, Eduardo Fajardo y Luz María Aguilar, La Llorona nos hizo (re)conocer la tradicional leyenda, además de ponernos la piel de gallina con el clásico lamento ¡Ayyyyy, mis hijos!

Luppi, un anciano comerciante de antigüedades, descubre un artilugio de oro que un misterioso alquimista había escondido dentro de una estatua, siglos antes. El anciano se vuelve inmortal, su cuerpo sufre una extraña transformación y desarrolla una sed de sangre.

Resistiendo los esfuerzos del empresario moribundo Brook y su secuaz Perlman para apoderarse del llamado dispositivo Cronos (tiene extrañas habilidades para perforar el cuerpo), Luppi lucha por aferrarse a su humanidad incluso más allá de la tumba. Así es la ópera prima de Guillermo Del Toro, quien le da un giro intrigante a la tradicional foto de vampiros.

Entre la sangre, el ritmo sombrío y una patada emocional sustancial, el protagonista intenta mantener el poderoso vínculo con su esposa y su nieta, a pesar de que se ve, bueno, como algo de una película de terror. Una pieza de género más sorprendente: tierna, imaginativa y totalmente propia.