Los clásicos de Disney en live action

Con elementos tomados de la famosa versión animada de Disney, así como de los cuentos originales de Rudyard Kipling, El libro de la selva regresa a los cines bajo la dirección de Jon Favreau, quien supera con méritos una prueba complicada. El cineasta presenta una cinta que, a la historia de un personaje que debe descubrirse a sí mismo, añade un mensaje ecologista, momentos de comedia, secuencias de aventuras, personajes que se sienten reales y escenarios que te trasladan a la selva. 

Esta princesa es una joven cuyos únicos intereses son los libros y su padre (Kevin Kline). Si algo está buscando esta mujer no es un príncipe que la despose, sino más bien una aventura que le dé chispa a su vida aburrida. Vive con su padre, un inventor del que ha aprendido mucho; un día Bella se ve en la necesidad de rescatarlo de la bestia (Dan Stevens), quien lo ha encarcelado por robarle una rosa, ella intenta convencerlo de dejarlo libre, pero lo único que logra es cambiar de lugar con su papá. 

Si entras al cine esperando que esta cinta sea una visión más ruda de La bella durmiente, saldrás decepcionado. Esta nueva versión se enfoca en su lado más suave: una heroína herida que protege a la princesa Aurora (Elle Fanning), a pesar de que ella fue quien la condenó a un sueño eterno. Este tipo de argumentos se sienten fuera de lugar, además, en un punto, Jolie suelta un terrible grito ante la pérdida de sus alas y parece como si estuviera audicionando para la película equivocada. Para bien y para mal, la cinta es dirigida por un diseñador de producción ganador del Oscar.

Una versión llena de acción del clásico cuento de niños por parte de Kenneth Branagh. Helena Bonham Carter interpreta al hada madrina, mientras que Lily James le da vida a Cenicienta.Cate Blanchett y Hayley Atwell también forman parte importante de las historias clásicas de hadas. El guión fue escrito por Aline Brosh McKenna (Annie, The Devil Wears Prada) y Chris Wietz (The Golden Compass, About a Boy).

Tal como ha pasado durante los últimos años con las películas de superhéroes, las cintas que toman conocidos cuentos de hadas para reinventarlos en un formato live action –como Cenicienta (2015) o Blancanieves, con Espejito, Espejito (2012)– han invadido las salas de cine y podría decirse que, de cierta forma, dicha tendencia comenzó con Alicia en el país de las maravillas (Tim Burton, 2010). Por esta razón no sorprende que ahora llegue su secuela, Alicia a través del espejo.

Para cumplir con la urgente necesidad por abrazar osos de peluche en la dulce Paddington 2, Disney presenta el híbrido de animación y live action, Christopher Robin —protagonizado por el amante de la miel, Pooh—, que es de gran corazón, pero poco emocionante. Mientras las aventuras recién imaginadas de Christopher adulto (Ewan McGregor, muy lejos de Trainspotting) y sus amigos de la infancia del Bosque de los Cien Acres colocan al director Marc Forster en el encantador territorio de la película Descubriendo nunca jamás (2004), no tienen nada en común y no convoca la misma magia. 

Primero hablemos del bebé elefante en la habitación: ¿cómo se ve el nuevo Dumbo de Disney en una película de acción en vivo? Afortunadamente, el paquidermo bebé es una presencia adecuadamente fundida con el remake del clásico de animación de 1941, de Tim Burton. Los ojos expresivamente gigantes y las orejas de toalla de playa irradia calidez. Es solo cuando vuela que parece un poco torpe. El hecho de que conozcas la historia de Dumbo, de adentro hacia afuera, presenta un desafío que el guionista de Transformers, Ehren Kruger, intenta superar al introducir franjas de nuevos personajes.

Parece que Disney se quedó sin ideas y ha enfocado todo su esfuerzo en secuelas y live actions de sus clásicos. Después de producciones medianas como Dumbo —con Tim Burton como director— y Aladdín, es el turno de El rey león. Esta historia está inspirada en Hamlet de William Shakespeare, pero presenta a Simba, un cachorro de león que debe vencer a su tío Scar para tomar el trono que le pertenece. 

De los pocos recuerdos de mi infancia son las visitas a la “Casa de Disney”. Mis padres me llevaron al desaparecido Cine Continental  —ahora un supermercado sobre Xola— a ver clásicos como El libro de la selva, Bambi, Dumbo y La sirenita. Con la llegada del remake de Aladdin, sentí que era una obligación verla. Al parecer Disney se quedó sin magia y ahora se dedica a revivir clásicos animados para tratarlos en live action. Que no suena tan mal, pero… Al igual que la versión animada de 1992, Aladdin es la adaptación de un cuento de Las mil y una noches.