Huevos fritos
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Lugares para disfrutar de un café y/o postre

¿Café gourmet o tan solo una buena malteada? Opciones para disfrutar de una tarde en la ciudad.

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Barracuda Diner
  • Restaurantes
  • Hot dogs
  • Condesa
  • precio 2 de 4

La decoración del Barracuda cumple con su cometido: al cruzar la puerta te sentirás en un tradicional diner estadounidense de los años sesenta. Los sillones, las lámparas, la barra larguísima, el diseño del menú y la música te harán pensar que en cualquier momento podría entrar John Travolta y Olivia Newton cantando “You're the One That I Want”. Las estrellas del menú son, por supuesto, las malteadas y las hamburguesas. Te recomendamos la Red Neck con queso Monterey Jack, cheddar, tocino y salsa BBQ o la Father’s Office con queso azul, tocino, cebollas caramelizadas y arúgula. La fuente de sodas tiene una selección de bebidas del mes. El Cherry Valentine (flotante de Coca Cola con helado) y el Cupid’s Dream (martini de ginebra con jugos de piña, naranja y arándano) son nuestros favoritos. Los sandwiches y los hot dogs son otra opción acertada. Al igual que las hamburguesas, son de buen tamaño y se sirven con generosas guarniciones. No digas que no te lo advertimos: a este lugar es mejor llegar con un buen espacio en el estómago y dispuesto a entregarte a un festín de carbohidratos.Si eres vegetariano y a tus amigos les encanta este lugar, la hamburguesa de tofu es para ti. El pan está hecho en casa, ésa es una de las principales razones por las que el Barracuda suele encontrarse en las listas de las mejores hamburguesas de la ciudad. A pesar de ser un lugar de la más popular comida americana, los alimentos son cocinados y presentados de tal forma que no le pedirían nada a un lugar más elegante y gourmet. La gente que viene al lugar ronda los veinte o treinta años.

Maison Francasie de Thé Caravanserai
  • Restaurantes
  • Orgánica
  • Roma
  • precio 1 de 4

Por fuera, una de las esquinas más hermosas de la cudad: el edificio Balmori en la colonia Roma. Art noveau, vista a la avenida arbolada. A la entrada, una ecléctica tiendita de regalos y utensilios variopintos: teteras, muñecos y hasta jaulas para pájaro. Por el pasillo, un gran gato negro, que vive en el recinto, se pasea entre las piernas de los visitantes. Pero lo principal, por supuesto, es el té. Blanco, verde, negro, oolong, el que más se te antoje. Probablemente éste es uno de los espacios más cómodos en la metrópoli. Literalmente: tiene divanes para que te relajes mientras conversas y bebes tu infusión favorita. Este spot de la Roma ofrece tés helados y calientes, fuertes o suaves. Y el lugar va en consonancia con este espíritu: en sí mismo, es un homenaje a Europa y Oriente, culturas que han establecido complejas ceremonias alrededor de esta bebida sutil y evocadora. Así, encontramos espacios de suelo con piedras zen; muebles de corte hindú para recostarse, llamativos tapices que remontan a Francia, pequeñas mesitas para té. Su carta, de 62 páginas (todo un libro), ofrece un práctico esquema al lado de cada tipo de té que explica sus características: si es doble, puro, tradicional, si es para tomar en la noche o día, su precio, o si es suave o fuerte. Entre la variedad de bebidas encuentras las perlas de jazmín, el espíritu de jade, el gunpowder (de fuerte sabor negro), el flowery oolong y el China golden. Cualquiera puede transportarse a Darjeeling, Yunnan, Sri-Lanka o París con solo probar alguno de los tés que maneja la casa, en combinación con la decoración del lugar. Aconsejamos que tu bebida se complemente con otra de las especialidades del lugar: las galletas estilo europeo, cakes ingleses, tartaletas y los macarrones de sabores, tan en boga: higo, queso de cabra… o los platillos orgánicos de su breve menú de alimentos.

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Caffé Biscottino
  • Restaurantes
  • Cafés
  • Polanco
  • precio 1 de 4

¿Suaves o duros? Los hay para todos los gustos: de chocolate, de almendras o de mantequilla. Me refiero a los crujientes biscottis, recién hechos en el Caffé Biscottino, la nueva revelación de Polanco. En la calle Luis G. Urbina se esconde un localito urban chic, como lo define su dueña Maggie Bejar, quien nos contó la historia de cómo nació la idea de este café y lo que lo hace diferente y único entre todos los que hay en la ciudad. Maggie es una fiel creyente de las buenas vibras y la energía, y asegura que no le fallaron al escoger el lugar donde quería que Caffé Biscottino abriera sus puertas. “Un presentimiento me trajo hasta aquí, vi buena energía en el lugar y pedí informes, cuando me di cuenta ya estaba firmando los papeles del contrato. Para mí era muy importante que el lugar tuviera vibra positiva, pues para tomarte un café tranquilamente, solo o acompañado, es necesario estar en un lugar agradable”, cuenta Maggie. “Grupos de amigas y amigos, gente de negocios y personas solas vienen a relajarse y platicar, para tomar un café y acompañarlo con alguno de los panes de hojaldre o muffins hechos en casa”. Todos los detalles están previamente pensados, empezando por la máquina de café italiana, La Marzzoco, fabricada a mano, por lo que hay muy pocas en el mundo. Un conocedor sabe lo que significa que esté hecho con esta máquina. El café que se hace en el Biscottino es nacional, traído de Oaxaca y Veracruz. Se trae verde y se tuesta con la ayuda del experto Salvador Benítez. Él es dueño de El Café Passmar en el mercado Lázaro Cárdenas, considerado como uno de los mejores de México por expertos en nuestro país y en el mundo. Así que el del Biscottino se mantiene puro y fresco, sin polvos ni saborizantes. Desde el expreso hasta el frappé son naturales o con cocoa, vainilla o caramelo, todo preparado en casa. No olvidemos los detalles del arte latte que llevan los capuchinos, la crema está fundida con el café y es más una seda que una espuma. En cuanto al menú salado, Maggie nos cuenta por qué solamente maneja cinco tipos de sándwiches, todos muy sencillos y sin carnes. “El aroma y el sabor del café son muy delicados, nosotros los queremos conservar puros sin mezclarlos con olor a comida, aceite o carne”. Eso apoya la idea de que la finalidad del Biscottino es ofrecer siempre una buena taza antes que nada; esto no quiere decir que sus bocadillos no sean buenos, porque lo son, los hay de queso brie, de alcachofa y espinacas, y de queso panela. El pan del Biscottino es preparado hasta dos veces al día por la frecuencia con la que se termina. Se hacen también mermeladas de diferentes frutas para acompañar al croissant, el cual se deshace en tu boca apenas lo muerdes. Lo recomendamos calientito. Para el que prefiere echarse una cervecita, el Caffé Biscottino tiene una variedad de cervezas artesanales que puedes disfrutar en la terraza durante un día soleado. En fin, es un lugar ideal, acogedor y con onda. No dudarás en regresar por más café y más biscotti.

Dumas Gourmet
  • Restaurantes
  • Mundial
  • Polanco
  • precio 2 de 4

Usualmente la idea de comer en una cafetería nos remonta de inmediato al estereotipo de las películas gringas para adolescentes: una fila eterna a la espera de que una mujer corpulenta sirva en platos de plástico purés con aspecto a engrudo o Gerber de verduras para adultos. Dumas Gourmet, en la calle de Alejandro Dumas de la colonia Polanco, deja atrás el concepto de cafetería con potajes incomibles y señoras amargadas para introducir un nuevo concepto: cafetería gourmet. El sistema funciona igual que en las películas: uno se para en la barra y escoge los alimentos que desea consumir para después cargar su charola hasta su lugar de elección. Los alimentos incluyen una amplia variación: pollo a las hierbas, atún sellado, salmón en salsa de mostaza o bien carne al vino tinto entre otros.Como guarnición hay pasta, arroz salvaje, noodles asiáticos, hongos y papas al horno. Por 150 pesos se puede escoger un plato fuerte con dos guarniciones de porción bastante generosa. Las opciones cambian cada día pero siempre se busca ofrecer una selección bastante sana apta para todos los paladares. Todos los platillos son receta de la chef internacional Josefina Santa Cruz.  El día que fui mi menú consistió en lo siguiente: atún sellado, hongos y arroz salvaje. El atún estaba bastante seco, pero tenía buen sabor, los hongos, aunque ricos, tenían un poco de sabor acanelado, como de ponche navideño. El arroz salvaje fue lo mejor: cumple con las características que lo hacen “salvaje”, pero sin estar demasiado condimentado. El lugar es espacioso y ordenando. Al fondo hay una linda terraza con mesas que lo hacen ideal para tomar un café y leer o trabajar. Además, la venta de tantos productos gourmet como pan artesanal, quesos, vinos, mermeladas y una gran variedad de productos delicatessen reafirman la confianza en los ingredientes de la comida. Además de contar con los alimentos ya preparados, hay una barra de sandwiches y una barra con café y postres (probé elcheesecake tamaño polly pocket, su apariencia miniatura prometía mucho más que su sustancia).  El Dumas es la promesa de un proyecto de comida de gran genialidad, sin embargo la ejecución de la comida se queda en lo satisfactorio. Es una excelente opción para comida rápida, es decir, para ir por un sandwich o a echar un café y trabajar. Pero si buscas algo delicioso y sofisticado, no cumplirá con tus expectativas.

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Fresco by Diego
  • Restaurantes
  • Ecléctica
  • Condesa
  • precio 2 de 4

Sábado final de tarde. Post comida. Aún la ciudad está tranquila. Hasta la Condesa, incluso, es transitable y silenciosa en este paréntesis sabatino. De fondo llegan las notas ligeras de jazz del Fresco by Diego. De la vitrina principal resaltan los postres, mermeladas para llevar, galletas y panes, que el mesero recuerda constantemente que son de elaboración propia. Diego Pérez Turner, chef y dueño, tiene trayectoria en el mundo de la repostería, y ha logrado que los vecinos muchas veces dependan de su buen gusto para sus comidas diarias, siempre frescas, variadas, saludables: ensaladas, pastas, baguettes, pizzas, sopas y los especiales de cada día. No pedimos nada de eso: ya habíamos comido, nos inclinamos por el mouse de chocolate y maracuyá y la tarta de chocolate y naranja con helado de vainilla. Como acompañante, pedimos un té. Fresco by Diego tiene un aire a bodega de barrio porteño (es decir, con ondas europeas): techos de doble altura, exhibidores aéreos y olores a comida casera.

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